Antes de ponernos al volante y si lo miramos con detenimiento veremos que es uno de los hatchbacks más atractivos del mercado, premiando el diseño sobre la practicidad, con unas líneas modernas, lisas y que fluyen definiendo la silueta de un coupé. De hecho hay un guiño al mítico y carismático Volvo P1800 en la parte final del coche. En el interior se mantiene la fina y delgada consola central típica del fabricante en los últimos años, pero con una nueva instrumentación de inspiración futurista y personalizable que es sencilla de interpretar, y eso que los detalles vanguardistas están a la orden del día.
En general todos los Volvo V40 vienen bien equipados desde la versión Básica hasta el acabado Summum, lógicamente cada uno adecuado a su precio, de hecho si lo comparamos con sus rivales alemanes con versiones equivalentes en motorización y equipamientos estos tendrían que incorporar entre 2.000 y 4.000 euros en opciones. Como elemento de seguridad de serie en todas las versiones incluye el “City safety”, esto es, una tecnología destinada a evitar o mitigar colisiones traseras (este dispositivo se desactiva a velocidades superiores a 50 km/h y su propósito principal es ayudar a un conductor que se ha distraído un momento y que se encuentra ante una situación crítica).
Impresiones de conducción
Es fácil coger una posición cómoda al volante, ayudan los asientos y la regulación en altura y profundidad del volante. Una vez en marcha destaca la suavidad del motor en cualquier régimen y el excelente cambio, muy preciso, un tacto del embrague que no es ni muy duro ni muy blando. Esto es importante ya que en puertos de montaña como el de los Leones, que forma parte del recorrido elegido para nuestra prueba, el Volvo V40 diésel D2 necesita de cierta anticipación a la hora de maniobrar con el cambio para que sus 115 cv de potencia no se queden cortos.El chasis del Volvo V40 lo agarra al asfalto como una lapa
Es fácil coger una posición cómoda al volante, ayudan los asientos y la regulación en altura y profundidad del volante. Una vez en marcha destaca la suavidad del motor en cualquier régimen y el excelente cambio, muy preciso, un tacto del embrague que no es ni muy duro ni muy blando. Esto es importante ya que en puertos de montaña como el de los Leones, que forma parte del recorrido elegido para nuestra prueba, el Volvo V40 diésel D2 necesita de cierta anticipación a la hora de maniobrar con el cambio para que sus 115 cv de potencia no se queden cortos.El chasis del Volvo V40 lo agarra al asfalto como una lapa
En referencia al bastidor destaca la gran deportividad del mismo, suspensiones firmes pero no incomodas, excepto en badenes, que hacen que el coche se agarre al asfalto como una lapa, de lo mejor en su categoría. Eso sí, nos hemos quedado con ganas de probar el D4 de 5 cilindros. Sin embargo, para la gran mayoría del público será suficiente con este D2, motorización que tendrá como objetivo una conducción práctica y quizás urbana con consumos ajustados, de hecho en un recorrido de unos 1.000 km con mezcla de autovía y carretera, a una media de 130 km por hora, el registro de consumo reflejado en el ordenador es de ¡4,6 litros a lo 100km!Los ajustados 4,6 l/100 km de consumo real en este Volvo V40 D2 son una de sus grandes bazas
Por cierto el sistema star/stop de este nuevo modelo funciona con mucha suavidad, se nota que esta tecnología avanza para conseguir que sea más refinada. El único pero lo ponemos en el maletero, con un cubicaje algo inferior a sus competidores y la altura de las plazas trasera, un pelín justas; pero a cambio tenemos un Premium realmente bueno, bonito, bien equipado y con su sello Volvo.