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ALIANZA GERMANO-AMERICANA
Chrysler introducirá después de este verano en nuestro mercado un deportivo biplaza desarrollado conjuntamente con Mercedes. Se trata del Crossfire, un modelo cuya imagen definitiva se ha podido ver durante estos días en el Salón de Ginebra, 24 meses después de que fuera presentado en fase de prototipo en el Salón de Detroit de 2001.
El Crossfire combina el diseño americano con la tecnología alemana. De hecho incluye varias piezas del Mercedes SLK y ha sido probado por carreteras europeas. Además, su fabricación se realizará en Alemania en colaboración con Karmann. Con un tamaño de 4,06 metros de largo y un motor 3.2 V6 de 215 cv de potencia, el Crossfire se convertirá en un duro rival para los Alfa Romeo GTV, Audi TT o BMW Z4.
Enrique Marco
13 Marzo de 2003.
Detalles
DETALLES
El diseño del Crossfire no pasa desapercibido, pues su originalidad y aspecto de ‘dragster’, unido a las espectaculares llantas, no dejan indiferente a nadie. Mide 4,06 metros de largo, 1,77 metros de ancho y 1,30 metros de alto, mientras que su batalla es de 2,40 metros. La capacidad del maletero es razonable (215 litros), más aún si tenemos en cuenta que estamos ante un coche de propulsión trasera.
Por lo que se refiere a su construcción, parece que el comportamiento dinámico será uno de sus fuertes, pues al notable chasis y evolucionadas suspensiones se le unen unos potentes frenos (discos ventilados de 300 milímetros delante y discos sólidos de 278 milímetros detrás) y un generoso calzado (Michelín Pilot Sport en medida 225/40 ZR delante y 255/35 ZR 19 detrás).
De equipamiento y seguridad el Crossfire también irá bastante completo, con ESP, airbags laterales y controlador de la presión de los neumáticos entre otras cosas. Y terminando con la mecánica, su ‘corazón’ será un V6 de 3,2 litros de cilindrada, 215 cv de potencia y 310 Nm de par a sólo 3.000 rpm. El cambio podrá ser manual de seis velocidades o automático de cinco, mientras que el peso del conjunto se queda en 1.388 kilos. De momento no se han facilitado datos de prestaciones ni consumos, ni por supuesto tampoco de precios, aunque se espera que sean más bien competitivos.