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EL TT 100% ESPAÑOL
En la era del coche sofisticado, con electrónica por todas partes, con exceso de plástico, complejidad técnica y falta de durabilidad, nace el Santana Anibal, el todoterreno por execelencia. Pasa de las modas y se dirige principalmente al profesional, aunque también encajará perfectamente en nostálgicos o aventureros.
Se presentó todavía en fase de desarrollo en el Salón de Sevilla de 1999, llamado entonces PS-10, y ahora, en el Salón de Madrid 2002, se puede observar ya con su diseño definitivo. La comercialización se iniciará en breve, a un precio que rondará los 23.000 euros, un poco menos que lo que cuesta un Land Rover Defender, único modelo del mercado al que se le puede comparar.
Puede acomodar a nueve pasajeros, hasta 1.000 kilos de carga, sobrepasar los 140 km/h y llevar elementos como el aire acondicionado. El motor es un robusto cuatro cilindros de 2,8 litros de la marca Iveco, turbodiesel con sistema common rail y 125 cv de potencia.
Enrique Marco, Autocity
4 de junio de 2002
Detalles
DETALLES
Santana lleva ya casi medio siglo construyendo vehículos todoterreno. Comenzó asociado a Land Rover en 1958 y fabricó miles de modelos que se caracterizaron por su resistencia a los trabajos duros, tanto que hoy en la zonas rurales todavía están en activo muchos de ellos. Santana también lanzó al mercado camiones 4×4, y ya en 1986 empezó a trabajar con Suzuki, año en el que se inició la venta de los populares Suzuki-Santana, modelo que representó perfectamente al todoterreno accesible. Hoy, con la Junta de Andalucía como principal accionista, Santana renace al presentar el Anibal, un TT puro, duro y español.
Como se puede ver, salvo excepciones, los TT actuales han renegado a sus principios renunciando a fabricar vehículos fuertes y capaces para ‘subirse al tren de la moda’. Pues bien, el Anibal es todo lo contrario, tanto por estética, como por técnica. Eso sí, se han incluido algunos elementos de confort como el aire acondicionado y se ha contado con un potente motor turbodiesel con sistema ‘common rail’.
Comenzando con el motor, lo que Santana pretendía era buscar uno principalmente fiable, de bajo mantenimiento y con una potencia que le permitiera cargar grandes pesos y poder transportarlos hasta los destinos más abruptos. Para ello se ha contado con Iveco, y su 2.8 turbodiesel de cuatro cilindros, que en este caso desarrolla una potencia de 125 cv y un par de 275 Nm. La potencia no es espectacular, pero su respuesta promete ser la adecuada para los trabajos forzados, ofreciendo lo mejor de sí a pocas revoluciones. Su autonomía es de más de 1.000 km gracias su depósito de 100 litros.
El ‘esqueleto’ del Anibal es de los que ya no hay. Seguro que no ofrece la comodidad en carretera de los TT actuales, pero sus dos largueros con travesaños de perfil rectangular, eje rígido y suspensiones de ballestas multihoja, le acreditan como el ‘campero’ más eficaz del mercado. Los recorridos de las suspensiones son, ni más ni menos, que de 52 cm en el eje delantero y de 54 cm en el trasero. Su caja de cambios cuenta con cinco velocidades y el sistema de transmisión es conectable a las cuatro ruedas mediante palanca, mientras que la reductora puede multiplicar por tres la fuerza del motor.
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