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A POR EL TRONO
El recién llegado Peugeot 307 tiene la intención de convertirse en el rey del segmento de los compactos, y argumentos no le faltan. Posee un ‘look’ muy actual y acertado, ofrece un completo equipamiento, dispone de un espacio interior asombroso, y demuestra un comportamiento de primera línea.
La versión probada por Autocity es, por el momento, la más potente de la gama e incorpora el excelente motor del 206 GTI aunque, como es lógico, en este caso arroja unas prestaciones algo más discretas. En materia de comportamiento el 307 2.0i XS resulta mucho más burgués que su hermano pequeño, pero la nota que obtiene sigue siendo muy alta gracias al excelente compromiso entre estabilidad y confort. Comparado con sus rivales el 307 2.0i sale muy bien parado y, como veremos más adelante, disfruta de grandes virtudes y se le achacan muy pocos defectos.
Enrique Marco, Autocity.
24 de julio de 2001.
Diseño y equipamiento
DISEÑO Y EQUIPAMIENTO
El Peugeot 307 pertenece a la nueva era de compactos, que lo que es de ‘compactos’ no tienen mucho ya que sus medidas son bastante generosas. Quizá la longitud sea lo que menos se haya incrementado, pero cotas como la de la altura han crecido significativamente. Esta línea, que impuso hace pocos meses el Honda Civic, parece que va a tener continuidad en el resto de la marcas, pues al 307 le seguirá en breve el Fiat Stilo, de similar concepción.
La carrocería podrá gustar o no gustar, evidentemente, pero lo cierto es que la comodidad y la calidad de vida interior es ahora mucho mayor. Por poner un ejemplo, en uno de estos nuevos compactos pueden viajar tres adultos totalmente erguidos con un grado aceptable de confort, superior en algunos casos al que ofrecen las berlinas. Como fiel seguidor de esta tendencia, el nuevo Peugeot resulta un automóvil cómodo, práctico y espacioso. Visto lateralmente, el 307 de tres puertas puede parecer un 206 a escala, pero en la vista frontal ya se encuentran grandes diferencias, marcadas sobre todo por el enorme parabrisas. Los faros y la parrilla tiene un claro aire de familia pero con personalidad propia y la zaga presenta un aspecto moderno y robusto.
Al abrir las gigantescas puertas se accede a un habitáculo que destaca por la altura y por la profundidad. La disposición y el tamaño del parabrisas delantero nos recuerda al interior de un monovolumen, pero la altura de los asientos y el diseño del cuadro de mandos es más convenciona, como en un turismo propiamente dichol. La sensación de calidad de los materiales es más que aceptable y la combinación del color negro con el ‘look’ aluminio de la consola central impone un aire deportivo y muy actual.
El nivel de acabado de la unidad probada (XS) traía de serie elementos como el ABS, airbags delanteros frontales, laterales y de cortinilla, aire acondicionado, llantas de aluminio, ordenador de abordo y radiocasete, equipamiento aceptable para los 3.065.000 pesetas que cuesta. Como opción, figuran la tapicería de cuero (115.000 pesetas) y el climatizador (50.000 pesetas) aunque no están disponibles, por el momento, los controles de tracción y de estabilidad.
CONDUCCION
Peugeot siempre se ha distinguido por ofrecer un comportamiento de referencia y en este caso no rompe la tradición. El 307 2.0i XS se mueve muy bien por cualquier tipo de trazado de forma segura y a la vez cómoda. No obstante, el único punto criticable podría ser que, al tratarse de la versión más potente de la gama, cabría esperar unas reacciones un tanto más ‘racing’, y de eso nada de nada. Pero si nos olvidamos de las pretensiones deportivas, dejándolas para su hermano pequeño (206 GTI), la nota que se merece el nuevo Peugeot es la de sobresaliente.
Con el motor sucede lo mismo. Es elástico, suave y no le falta potencia en ningún momento aunque quizá alguno eche en falta algo más de ‘punch’. Las prestaciones son bastante buenas y si las comparamos con las de sus actuales rivales del segmento por precio (ver tabla de competidores), todavía mejores. Sobrepasar los 200 km/h de velocidad máxima y bajar de los 10 segundos en el paso de 0 a 100 km/h son cifras a tener en cuenta. Los consumos se sitúan dentro de los razonable para un ‘dos litros’, declarando 10,9 l/100 km en ciudad y 6,2 en carretera.
El manejo del cambio no admite ninguna pegas y destaca por la suavidad pero, ya que se ha pretendido lanzar un modelo más bien tranquilo, la quinta velocidad hubiera sido más acertada siendo más larga, ya que se ahorraría en consumo y se bajaría el nivel sonoro. Ya que nombramos la insonorización, ésta no es mala, pero para los tiempos que corren se agradecería un poco más de silencio.
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