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19 de Abril de 2001.
Sin ser ninguna novedad la combinación creada por Seat hace ya tres años al unir el Ibiza/Córdoba al motor TDi de 110 caballos sigue dando unos resultados óptimos, que no han sido igualados por ningún rival. Si algún punto flojo pudiéramos destacar al protagonista de esta prueba sería sin duda el paso de los años que se manifiesta especialmente en cierta estrechez de carrocería, dando lugar a una ligera falta de aplomo a alta velocidad y menos espacio para los codos de los ocupantes que sus más modernos rivales.
Exterior
No obstante se trata de un diseño muy equilibrado y entre sus rivales resulta elegante y serio. La atención al detalle destaca especialmente, con elementos estéticos como los faldones laterales o el deflector sobre el maletero. Otros detalles no son exclusivamente estéticos, como los faros antiniebla o las llantas de aleación.
Interior
Los asientos son cómodos y abrazan muy bien el cuerpo, sujetando bastante sin molestar en ninguna maniobra.
La instrumentación incluye ordenador de viaje con funciones de consumos, autonomía y termómetro, cuentarrevoluciones y hasta un útil indicador del los kilómetros restantes hasta la próxima revisión recomendada.
El equipamiento es por tanto muy completo. A los citados elementos se añaden de serie los elevalunas eléctricos, el cierre centralizado con mando a distancia, la dirección asistida y el volante de cuero y el climatizador Climatronic con gran pantalla de visualización en la consola central.
En cuestión de seguridad no se pueden hacer reproches a la amplia dotación de medidas tanto pasivas como activas que posee el Córdoba TDi Sport. Entre las activas los airbags protegen lateral y frontalmente a los ocupantes de las plazas delanteras, mientras que para evitar tener que usar las bolsas de aire se han previsto el ABS y el control de tracción de serie.
En marcha
Si las suspensiones son suaves pero con garra, el motor merece el calificativo de deportivo, especialmente si se conduce recurriendo a la elevada cifra de par que el ya veterano pero todavía en forma TDi de 110 caballos es capaz de ofrecer. Es un motor que no agradece los cambios de marcha constantes, pues no se queja cuando se arrastra desde prácticamente 2.000 vueltas hasta el entorno de las 4.500 revoluciones por minuto. En estas condiciones es fácil de llevar con agilidad, sin esfuerzos ni exigencias especiales hacia el conductor gracias al control de tracción, cuya aportación palia el problema más grave que puede presentar este Córdoba en cuanto a su comportamiento. Y es que con las montañas de par procedentes del motor (cifra máxima de 235 Newtons/metro a 1.900rpm) las estrechas vías de los coches de estas características llegan a atragantarse ante algunos acelerones saliendo de curvas lentas.
Estas comentadas pérdidas de tracción están relacionadas con la brusquedad en la respuesta, una característica de este motor que en sucesivas versiones del mismo se ha ido paliando. El otro inconveniente del TDi 110cv sigue siendo el ruido, especialmente en frío.
Tampoco se pueden verter críticas hacia los frenos, pues su actuación es muy adecuada en cuanto a potencia aunque eso sí, algo brusca en su entrada en servicio.
Los consumos son uno de los puntos fuertes de este motor, sea cual sea el coche en el que se instale. En el caso del Córdoba las cifras oficiales no mienten y se consiguen cifras similares a las anunciadas. En ciudad se mantiene en torno a los seis litros y medio cada 100 kilómetros (6,3l/00km oficiales) y en carretera entre cuatro y seis litros (4l/100km oficiales) en función del ritmo… si no usamos el gas con demasiada alegría, claro.
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