Volkswagen Jetta Sport TDI 110 CV
Pocos segmentos más abandonados a su suerte que el de las berlinas, y más concretamente, las que declinan de variantes compactas tipo hatchback. En Volkswagen esto se traduce en que hay un súper Golf y de él (bueno, más concretamente, del anterior Golf de sexta generación) deriva el Jetta, un sedán de cuatro puertas y 4,66 metros de longitud (2 centímetros más que antes) que hemos probado durante la última semana.
Víctima del omnipresente Golf VII, pero también de la berlina superior Passat (ambos lanzados con recientes y modernas generaciones basadas en la plataforma modular MQB), el Jetta 2015 tiene que conformarse con una modesta campaña comercial que apenas atrae clientes (menos de 100 matriculaciones hasta el 31 de marzo) y, por si esto fuera poco, dentro del Grupo Volkswagen otro modelo le amenaza seriamente: el Skoda Octavia, que además de más maletero (590 por 510 litros del Jetta) se beneficia de un práctico portón trasero.Con 510 litros de maletero, es uno de los turismos de su tamaño y 4 puertas más capaces del mercado
El Jetta es fiel al concepto de la berlina clásica hasta el extremo de mantener la tapa de maletero (estéticamente modificada junto a los pilotos y paragolpes traseros), marcando nítidamente los tres volúmenes (capo, techo, maletero) que todos hemos dibujado en el colegio. Como él apenas quedan modelos en el mercado, los Renault Fluence (el único con más maletero, 530 l), Opel Astra Sedán, Chevrolet Cruze 4 puertas o Mazda 3 SportSedan son algunas propuestas de marcas generalistas, dejando en un plano más lujoso, dinámico y deportivo a los Audi A3 Sedán y sobre todo Mercedes CLA.
a favor- Consumos ajustados- Funcionamiento DSG- Habitáculo espaciosoen contra- Rumorosidad mecánica- Diseño discreto- Situación del navegador
De cualquier manera, el Jetta tiene un maletero fácil de organizar (y aprovechar), circunstancia que únicamente un notable escalón entre el piso y la carrocería puede complicar. Al igual que en turismos de 5 puertas de silueta similar (ahí están los Skoda Rapid o Seat Toledo, algo más compactos), los respaldos de los asientos traseros del Jetta se pueden abatir asimétricamente.
Esta practicidad de uso se extiende al resto del habitáculo. Por ejemplo las pocas licencias del diseño exterior, una buena altura total (1,48 metros) y un generoso ángulo de apertura de sus cuatro puertas hacen del Jetta un coche sencillo de entrar y salir de él. Eso sí, aunque esté homologado para cinco ocupantes, mejor que sean cuatro: la plaza central trasera es estrecha y está ligeramente sobreelevada respecto a las laterales.
Por lo demás estamos ante un automóvil cien por cien Volkswagen, desde su mirada (parrilla frontal con lamas cromadas prolongadas hasta las rectangulares ópticas, ahora con nuevos faros con LED diurno), hasta los pequeños detalles interiores (las formas de los paneles de las puertas o del salpicadero) son reconocibles como un coche de última generación del fabricante. Por ejemplo del Golf VII el nuevo Jetta toma el diseño y los botones del volante, el cuadro de instrumentos con una pantalla en TFT con más información disponible entre las dos esferas o una consola central ensanchada con pantalla a color y táctil con navegador y botones auxiliares (que su disposición algo baja obliga a apartar la vista de la carretera), dejando reservada la zona inferior a los nuevos mandos de climatización, también heredados del Golf VII.Por dentro el Jetta resulta convincente tanto por espacio como por calidad percibida
Esta atmósfera favorece una rápida adaptación, sobre todo para un cliente que venga de Volkswagen. Al conductor del Jetta no le faltarán las cajoneras y otros espacios útiles para dejar objetos, unos asientos muy cómodos con sujeciones laterales más que correctas y unas regulaciones (manuales de serie) para todo tipo de alturas (el volante se ajusta en altura y profundidad). Y sí, las molduras decorativas símil madera de la unidad de pruebas chirrían más que un husky en el desierto del Gobi.
El Jetta 2015 incluye algunas novedades muy útiles en materia de equipamiento. El aviso de objetos en el ángulo muerto (Side Assist) y un segundo asistente que, al salir de un aparcamiento en batería marcha atrás, alerta de los vehículos que se aproximan. Sobre el acabado Sport (el más equipado) de nuestra unidad, se incluían como opcionales el paquete Sport por 825 euros (luces y limpias automáticos, retrovisores exteriores plegables eléctricamente, conexión bluetooth, sensores delantero y trasero de aparcamiento, bluetooth, y luz interior de bienvenida y cierre Leaving y Coming home), el techo corredizo por 925 euros, o el navegador por 625 euros.En relación a sus rivales generalistas el precio del Jetta es algo elevado
Nuestra unidad de prueba corresponde al motor turbodiésel 2.0 TDI de 110 CV (una evolución de potencia extraña, que apenas nos encontramos en otros modelos del Grupo como Skoda Yeti o Volkswagen Tiguan). Con el cambio automático de doble embrague y siete velocidades DSG la tarifa crece en otros 960 euros respecto al manual hasta un total de 25.690 euros. Y con otros opcionales más que nos acompañaron durante una semana (llantas de 17 pulgadas con neumático 225/45 R17 y tren de rodaje deportivo, por 540 euros, o los faros bixenón con el citado LED diurno, por 1.215 euros), el precio final (sin descuentos) asciende a 30.780 euros.
En marcha el Jetta es un coche gratificante de conducir, por el confort y la suavidad que ofrece la comunión TDI-DSG. En modo automático las transiciones pueden ser más rápidas con el modo Sport de esta caja, y para los que no se fíen de la gestión electrónica del DSG, cuenta con un manejo parcialmente manual (vuelve a automático en unos segundos si entiende, por ejemplo, que el motor está demasiado revolucionado) mediante levas o toques longitudinales del pomo.
Este dos litros que sustituye al 1.6 TDI 105 CV se siente más lleno en un margen más amplio de revoluciones (250 Nm entre 1.750 y 3.000 rpm), una reserva de par suficiente para acelerar desde parado con energía, para solventar un adelantamiento o para subir un puerto de montaña sin excesivos problemas. Y aunque las prestaciones no son desorbitantes (menos de 200 km/h de punta y más de 10 segundos de 0 a 100), el consumo puede ser realmente bajo: durante la semana a prueba combinando kilómetros por ciudad y autovía se quedó en 5,4 litros. El sobrecoste de 960 euros por el DSG merece la pena
Es una berlina pensada para viajar cómodamente; sin prisa pero sin pausa: con un habitáculo bien aislado de ruidos y unas suspensiones que, tanto a baja como a alta velocidad, también protegen de irregularidades del asfalto a los ocupantes. El motor, que apenas vibra, sí que es áspero a bajo régimen o en frío. Es la única pega, por ejemplo, callejeando por ciudad, donde el Jetta es un virtuoso por lo manejable que es (dirección de asistencia eléctrica en función de la velocidad) y lo fácil que el DSG hace la vida del conductor.