A fondo
Ahora que llega el S60, los Volvo más pequeños los S y V 40 alcanzan su plena madurez, con unas brillantes versiones turbodiesel de inyección directa «common rail» que reúnen brillantez, economía y confort, a un precio especialmente atractivo, inferior a los 4 millones de pesetas.
Desde que nació en 1996, fruto del desarrollo conjunto con Mitsubishi de la plataforma media/pequeña de la marca (a compartir con el Carisma) el Volvo S/V 40 había sido algo así como el «patito feo» de la marca sueca, un modelo destinado a hacer volumen, pero sin el caché de sus hermanos mayores, víctima del pecado original de compartir su plataforma con un constructor generalista.
Sin embargo, a lo largo de los últimos años, los S/V 40 han ido depurando sus defectos de juventud, mejorando equipamientos y aumentando su oferta mecánica, hasta disponer de versiones diesel de vanguardia, como este 1.9D+ de 115 CV, dotado del motor de 1.870 cc de origen Renault, en su más avanzada configuración, con inyección directa «common rail» y turbocompresor de geometría variable, capaz de un sorprendente rendimiento gracias a sus 27 mkg oficiales de par máximo constantes entre 1.750 y 2.500 rpm.
El lanzamiento de esta variante coincide con el último «restyling» de la gama, que adopta una estética más próxima a los S80 y V70, con un frontal algo más ancho (1,8 cm más), faros de cristal transparente, nuevos antinieblas y diversos retoques menores, como nuevos paragolpes, distinta configuración de los grupos ópticos traseros, nuevas llantas, etc. El bastidor ha sido retocado, con nuevas suspensiones que implican alteraciones del ancho de vía (18 mm más) y hasta de la batalla (12 mm más), mejorando el confort y sustituyendo los neumáticos de perfil 55 por otros más altos, en este caso de 195/60 VR 15, lo que ha mejorado el comportamiento del coche sobre mal piso. Y se han reducido los niveles de ruido y vibraciones, algo especialmente notable en estos diesel, con unos soportes hidráulicos más eficaces en el anclaje del motor.Una estética más próxima a los S80 y V70
Tradición sueca
En el interior encontramos el habitáculo conocido, muy logrado en las plazas delanteras, y muy bien rematado, en la mejor tradición de la marca sueca, con una amplia guantera y una consola muy ergonómica, ya preparada para montar la pantalla del equipo de navegación opcional. Detrás, seguimos contando con una buena cota de anchura (incluso para tres plazas) y hasta casi un cm más de altura (debido al rediseño de los asientos), pero el problema sigue estando en el algo escaso espacio para piernas, consustancial a la estructura del coche, que con una batalla de 2,56 m se queda corta para un turismo medio de más de 4 metros y medio de largo. Aunque mientras no se retrasen demasiado los asientos delanteros, no es un problema grave.
En el interior encontramos el habitáculo conocido, muy logrado en las plazas delanteras, y muy bien rematado, en la mejor tradición de la marca sueca, con una amplia guantera y una consola muy ergonómica, ya preparada para montar la pantalla del equipo de navegación opcional. Detrás, seguimos contando con una buena cota de anchura (incluso para tres plazas) y hasta casi un cm más de altura (debido al rediseño de los asientos), pero el problema sigue estando en el algo escaso espacio para piernas, consustancial a la estructura del coche, que con una batalla de 2,56 m se queda corta para un turismo medio de más de 4 metros y medio de largo. Aunque mientras no se retrasen demasiado los asientos delanteros, no es un problema grave.
La tapicería mixta piel/tela (opcional) está muy lograda y no resulta excesivamente calurosa en verano, y el equipamiento de serie está bastante cuidado, ya que además de los retrovisores exteriores eléctricos y el cierre centralizado con telemando, trae de serie el aire acondicionado. Pero el climatizador automático del mismo ya es opcional, igual que el ordenador de a bordo y los alzacristales eléctricos traseros. Sin embargo abundan los detalles prácticos, típicos de Volvo, como el respaldo abatible del asiento del acompañante (ideal para transportar objetos largos en el V40), la pinza interior portanotas del parabrisas, el cesto/papelera portátil, etc. El asiento del conductor se regula en altura y apoyo lumbar, proporcionando un gran confort, pero las llantas de aleación y los faros antiniebla son opcionales (no como en otras versiones).Equipamiento mejorado, bien sea de serie u opcional
En cuanto al maletero, los 415 litros anunciados antes en el S40 son ahora 471, y la verdad es que algo se ha ganado con la nueva configuración del plano de carga (con rueda de repuesto de emergencia), un volumen muy honesto en su categoría. El V40 no tiene tanta suerte, ya que pese a su configuración familiar el volumen útil hasta la bandeja no supera los 400, aunque las posibilidades que ofrece al retirar ésta compensan esta disminución.
Desde el punto de vista de la seguridad, los nuevos S y V40 hacen honor a la tradición de la marca sueca. Dotados con el sistema WHIPS de apoyacabezas activo contra lesiones cervicales, añaden ahora la cortina inflable (airbags de cabeza) integrada en el forro del techo, airbags delanteros de inflado diferenciado (según intensidad del golpe) y hasta fijaciones ISO para sillas infantiles, estas últimas dentro de los diversos packs de equipamiento opcional de la marca. El ABS, por supuesto, es de serie, pero no así el control de tracción DSA ni el dinámico de estabilidad DSTC, no disponibles ninguno ni siquiera en opción.
Pero sin duda el cambio sustancial de este diesel es el nuevo motor turbodiesel de inyección directa de 115 CV (116 según especificaciones suecas) denominado 1.9D+, que sustituye al 1.9 dTi de 95 CV. Sigue siendo el mismo bloque de 8 válvulas de origen Renault, de 1.870 cc, pero ahora con la inyección «common rail» del 1.9 dCi, retocado por Volvo (en el «intercooler» y la presión del turbo) ofreciendo 102 CV en la versión 1.9D, y 115 en esta 1.9D+, que pese a su mayor potencia tiene un consumo oficial combinado de sólo 5,4 litros/100 km.El motor turbodiésel de inyección directa gasta tan sólo 5,4 l/100 km
Este motor supone un gran avance en la oferta diesel de esta gama, que, si bien desde la introducción del 1.9 dTi de 95 CV pasó a ser realmente competitiva, ahora se sitúa a la cabeza de su categoría, sin desmerecer ante los TDi del grupo VAG ni los HDI de PSA, cediendo sólo ante los 1.9D de BMW (136 CV) y el último 1.9 TDi de 130 CV de Audi. Este motor mejora aún más su rendimiento sobre el 1.9 dCi de la marca gala gracias a la adopción de turbocompresor de geometría variable, que aumenta sobre todo su elasticidad en baja, al tiempo que le permite estirar el giro en alta. Algo especialmente indicado en este coche, con un peso superior a la tonelada y cuarto, que admite alargar los desarrollos del cambio (no olvidemos que tenemos 27 mkg de par entre 1.750 y 2.500 rpm) sin perjuicio de su respuesta, reduciendo todavía más los consumos.
Volvo anuncia una velocidad máxima de 195 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 10,5 segundos. Nosotros hemos logrado justo los 200 con el V40 y los 197 con el S40, repitiendo ambos las aceleraciones al filo de los 11 segundos. Pero las recuperaciones son tanto o más brillantes (menos de 20 segundos en los 400 m entrando a 40 y 50 km/h respectivamente en 4ª y 5ª, y sobre los 35 en el km), lo que le convierte en un motor muy agradable entre las 1.500 y 3.000 rpm, pudiendo rodar perfectamente horas y horas a este último régimen (que supone hacer los 140 km/h en 5ª), con una reserva de potencia capaz de hacerle ganar mil vueltas más en pocos segundos, hasta hacer techo sobre los 4.300/4.400 rpm. En marchas cortas llega con facilidad a las 4.500 rpm (y hasta las 4.800, actuando sobre este régimen ya el corte de inyección).
‘Mecánica refinada, ideal para este rutero de pura cepa’Además de brillante y rutero, es un motor particularmente silencioso, gracias a la inyección «common rail» y al buen trabajo de insonorización, delatando su condición diesel sólo al ralentí. Y de remate, su consumo es realmente bajo, prácticamente idéntico al del 1.9 TDi de 110 CV del grupo VAG montado en una carrocería equivalente. Baste decir que aunque ha superado los optimistas valores oficiales, no ha llegado a 8 litros/100 km en ciudad (7,9) permaneciendo en 5,5 en carretera (90/100 km/h) y 6,5 en autovía (120/130). Pero lo mejor es que a 140/150 (142 km/h de media) no llegó a 7, cifra excelente para un coche de su tamaño y peso, sin apreciar diferencia sensible entre las dos carrocerías.Mecánica refinada, ideal para este rutero de pura cepa
Este rendimiento dinámico va de la mano de un superior comportamiento rutero de estos Volvo, el mejor con diferencia logrado hasta la fecha en esta gama. En primer lugar, a los retoques de suspensión (horquilla inferior del eje anterior Mac Pherson robustecida, con los brazos modificados hasta ganar 1 cm más de batalla, aumento de vías, nueva amortiguación algo más blanda, junto con muelles algo más duros, etc) se añaden nuevos neumáticos en las ya conocidas llantas de 15 pulgadas de diámetro, de medida 195/60 VR 15. El ligero aumento de perfil junto a la justa medida de goma permite un mayor confort sobre mal piso junto a una excelente progresividad de reacciones, ayudado por una dirección rápida y precisa y también novedad en Volvo sin pecar de excesiva asistencia.
El resultado es magnífico, con una estabilidad impecable en curva y recta sobre buen firme, con un contenido balanceo, sea cual sea la velocidad. Sobre mal piso se tiene ahora mucho mejor que antes, sin apenas acusar rebotes, y en virajes muy cerrados subvira incluso menos en los apoyos al límite, deslizando suavemente del eje delantero (más porque ya empieza a quedarse corto de agarre, sobre todo con los neumáticos ecológicos de la unidad de prueba), mientras el chillido de las gomas nos avisa de que ya estamos superando su límite de adherencia. Quizá con las ruedas de 205/55 opcionales se limite este fenómeno para quien quiera correr más, pero no nos parecen tan necesarias. Más lo sería el control de tracción (DSA), que se echa de menos en curva cerrada y sobre piso deslizante, dado el elevado par en baja a transmitir por el eje anterior motriz.Estabilidad impecable en curva y pisada colosal en recta, sin apenas balanceo
En cuanto a los frenos, pese a montar ahora discos ventilados delanteros de 281 mm (detrás siguen siendo los macizos de 260 mm) la mejora no es tan palpable, quizá por culpa otra vez de los neumáticos «verdes». Lo cierto es que entre el ABS (+EBD) de serie, de acción algo prematura, y el tacto algo esponjoso del pedal, cuesta hacerse un poco a ellos, con unas deceleraciones a tope no muy brillantes (sobre los 65 m de 120 km/h a 0 en el S40, y apenas 60 en el V40, que resultó más eficaz en este apartado). A cambio, la resistencia al trato duro es bastante buena en ambos.
Silencioso, confortable y seguro, y muy fácil y agradable de conducir, este carácter se alía de maravilla con la tranquila potencia de su motor, ayudado por una caja de cambios (nueva, tomada de la del V70) mucho más precisa y rápida que la anterior. Tanto da en carrocería familiar (V) como berlina (S), los S/V 40 1.9D+ representan hoy por hoy una de las mejores sino la mejor opciones de esta gama desde el punto de vista de lo que ofrecen en rendimiento, confort y consumo, por menos de 4 millones de pesetas (3.754.334 pesetas el S40 y 3.931.535 el V40).