El mismo traje, distinta camisa
El C30 eléctrico, que pudimos ver in situ en el Salón del Automóvil de Madrid 2010, tiene un aspecto parecido al del Volvo C30 convencional y ofrece el mismo nivel de seguridad, confort y espacio que el vehículo de serie. La diferencia más obvia en el interior son los nuevos instrumentos que el conductor tiene a su disposición. Los indicadores y gráficos son ligeramente distintos a los de un Volvo convencional. Los elegantes instrumentos combinados son muy fáciles de usar y en principio solo muestran velocidad y consumo de energía. Sin embargo, integra varios símbolos nuevos, como un indicador del estado de carga de la batería y otra información relevante para este tipo de vehículo. La experiencia de conducción también es diferente a la de un vehículo convencional. El C30 eléctrico no tiene marchas y la potencia del motor se desarrolla gradualmente, alcanzando la plena potencia de forma inmediata.
Un motor eléctrico utiliza aproximadamente la cuarta parte de la energía que necesita un motor alimentado con combustibles fósiles. La superioridad de esta eficiencia energética sugiere que el interés por los vehículos eléctricos crecerá a medida que aumenten los precios del combustible y las demandas de bajas emisiones de CO2 sean cada vez más estrictas. El Volvo C30 está alimentado por baterías de iones de litio que pueden recargarse en una toma eléctrica normal de casa o en estaciones de servicio especiales en carretera. La carga de la batería completa tarda ocho horas. Si el vehículo se recarga con electricidad renovable, las emisiones de CO2 podrían reducirse hasta cero desde la perspectiva del análisis del ciclo de vida. La velocidad máxima con las baterías totalmente cargadas es de unos 130 km/h. La aceleración de 0 a 100 tarda menos de 11 segundos. La autonomía del vehículo es de hasta 150 km. Esto cubre las necesidades de transporte diarias de más del 90% de los conductores en Europa.
La ambiciosa estrategia de electrificación de Volvo Cars no ha tardado en obtener resultados concretos. Además de introducir en el mercado un híbrido con baterías recargables mediante conexión a la red eléctrica (plug-in hybrid) en 2012, actualmente se está trabajando en evaluar la viabilidad de un coche alimentado enteramente por electricidad conocido como BEV (siglas inglesas de Vehículo Eléctrico alimentado por Baterías). La electricidad es un combustible muy apropiado para turismos. La mayor eficiencia energética del motor eléctrico frente al motor de combustión es lo que indica que los coches eléctricos pasarán a ser cada vez más comunes en el futuro, a medida que los precios de combustible suban y las exigencias de bajo nivel de emisiones de CO2 se vuelvan más estrictas. El Volvo C30 BEV se alimenta con una batería de ión de litio que se carga a través de la toma de alimentación normal que encontramos en la mayoría de las casas. El motor eléctrico va se encuentra bajo el capó, igual que el motor de un coche convencional. Una de las prioridades del proyecto BEV es encontrar la ubicación óptima de la batería.
Volvo Cars impone los estándares de alta seguridad de siempre a todos sus productos, independientemente del tipo de combustible o fuente de alimentación utilizados. La dedicación a la seguridad por parte de Volvo se centra siempre en el ser humano y se basa en sólidos conocimientos especializados procedentes de situaciones de tráfico de la vida real. Lo que es más, en Volvo se llevan a cabo exhaustivas pruebas internas tanto virtuales como en su laboratorio avanzado de pruebas de choque. Si Volvo elige introducir un tipo de coche eléctrico totalmente nuevo en el mercado, será exactamente igual de seguro que cualquier otro coche que lleve el emblema de Volvo. Teóricamente, Volvo ha identificado todos los escenarios de seguridad relacionados con la electrificación en las etapas previa, concurrente y posterior a una colisión. Tras un estudio minucioso de dichos escenarios, los ingenieros de la empresa crearán soluciones para gestionar cada una de las situaciones identificadas, con la garantía de que todos los futuros coches eléctricos cumplan plenamente con los bien conocidos estándares de seguridad de Volvo en todos los aspectos.