Inicio
ATRACCION TOTAL
Con una misma plataforma, Subaru ha buscado dos productos de distinta filosofía creados para el placer de conducir, con la emoción (prestaciones) e inteligencia como rasgos de diseño para el cliente que sabe de coches, mejorando el mismo y su ingeniería con motores más potentes. El Legacy es ahora un auténtico alto de gama, con una mayor sensación de calidad y una versión muy poderosa con el motor 6 cilindros 3.0 de 245 CV, que con su cambio automático secuencial de 5 marchas se convierte en todo un gran turismo al nivel de muchos modelos de lujo de las marcas especialistas. El Outback, por su parte también se ha puesto al día, adoptando la carrocería familiar del Legacy, y mejorando su rendimiento en las versiones 2.0 y 2.5, mientras que la 3.0 supera todo lo anterior, al tiempo que mantiene su leyenda de pionero entre los SUV (Sport Utilities Vehicles) de lujo, asegurando a la marca nipona su hueco de honor entre los especialistas mundiales en 4×4. Como especialista que es en tracción total, Subaru ha hecho del Outback un coche muy inteligente, situado en un escalón intermedio entre los 4×4 puros de campo y los gran turismo de tracción total, cuyas necesidades son distintas como bien lo demuestra la marca a través del nuevo Legacy. De este modo el nuevo Outback surge como el ‘todo camino’ superpráctico más próximo a un turismo familiar, sin dejar de ofrecer las principales ventajas de un 4×4 de campo, con reductora incluida y una generosa altura libre al suelo (20 cm).
Más dinamismo y menos peso
El nuevo Subaru Legacy, con sus dos carrocerías -sedan y familiar o Station Wagon- ofrece una alternativa muy atractiva entre los turismos familiares de gran capacidad y polivalencia, con la ventaja añadida de la tracción total -ahora denominada Symmetrical AWD- y un renovado y elegante diseño que combina a la perfección funcionalidad y belleza. El empleo de aluminio en determinadas partes de la carrocería (capó, portón, elementos de refuerzo del chasis, largueros de parachoques, etc) ha permitido que el aumento de rigidez del bastidor no se traduzca en un mayor peso, ya que se ha logrado reducirlo en hasta 100 kg en algunas de las versiones. Combinado con el empleo de acero de alta resistencia, se ha conseguido aumentar la rigidez a la flexión en un 14% y en un 5% a la torsión, todo un récord cuando además se reduce el peso, mejorándose también el comportamiento de la conducción.
El nuevo Subaru Legacy, con sus dos carrocerías -sedan y familiar o Station Wagon- ofrece una alternativa muy atractiva entre los turismos familiares de gran capacidad y polivalencia, con la ventaja añadida de la tracción total -ahora denominada Symmetrical AWD- y un renovado y elegante diseño que combina a la perfección funcionalidad y belleza. El empleo de aluminio en determinadas partes de la carrocería (capó, portón, elementos de refuerzo del chasis, largueros de parachoques, etc) ha permitido que el aumento de rigidez del bastidor no se traduzca en un mayor peso, ya que se ha logrado reducirlo en hasta 100 kg en algunas de las versiones. Combinado con el empleo de acero de alta resistencia, se ha conseguido aumentar la rigidez a la flexión en un 14% y en un 5% a la torsión, todo un récord cuando además se reduce el peso, mejorándose también el comportamiento de la conducción.
La renovación que ha llevado a cabo la marca nipona de Fuji Heavy Industries ha mantenido al Legacy dentro de sus parámetros tradicionales, esto es con unas amplias dimensiones que generan confort y basadas en una carrocería media/grande que crece 35 mm de largo (4,66 m y 4,72 el SW) y otro tanto de ancho (1,73 m), con su habitual mecánica ‘boxer’ de cilindros horizontales opuestos, en tres cubicajes -2.0, 2.5 y 3.0- mejoradas en su rendimiento, de 4 cilindros las dos primeras (con 138 y 165 CV ahora, frente a 125 y 156 antes) y de 6 cilindros el 3.0, con 245 CV (antes 209). Y por supuesto, con la tracción a las 4 ruedas que forma parte de las señas de identidad tecnológica de la marca japonesa. De momento, a España sólo vienen los motores 2.5 y 3.0, tanto en Legacy como Outback, incorporándose en breves meses el 2.0.
Una imagen totalmente nueva.- Subaru ha apostado fuerte por el Legacy como modelo estrella de su gama en el nivel medio alto. El nuevo modelo estrena nueva plataforma y carrocería, con mayor rigidez y batalla (2 cm más, de 2,65 a 2,67 m), así como mayores vías (3 cm más delante y 2 cm más detrás), adoptando una línea radicalmente nueva, muy elegante y dinámica, con un frontal de faros afilados únicos estilo ‘ojo de halcón’ muy vanguardistas que engloban hasta 4 focos bajo sus tapas externas comunes transparentes.
La toma de aire del capó motor (calandra) es rectangular, con una barra cromada con el escudo de la marca en el centro, más las tomas principales talladas en el paragolpes (una en los Legacy 2.5 y Outback, dos en el Legacy 3.0R), flanqueadas por los faros antiniebla (independientes en los 2.5 e integrados en las tomas en el 3.0R, y más grandes y distintos en el Outback). Con 4,67 m de largo (y 4,72 m el SW), el Legacy ofrece una excelente habitabilidad gracias a un pleno aprovechamiento de espacio interior, superior incluso a lo que se esperaría de sus generosas dimensiones, que han permitido diseñar una forma muy aerodinámica, como lo demuestra la mejora de su Cx, de sólo 0,28 en el Legacy sedan, 0,30 en el SW y 0,34 en el Outback). Y por si fuera poco y pese al ligero aumento de dimensiones, gira incluso más que antes, con un radio de giro de sólo 5,4 m (antes 5,6).
La toma de aire del capó motor (calandra) es rectangular, con una barra cromada con el escudo de la marca en el centro, más las tomas principales talladas en el paragolpes (una en los Legacy 2.5 y Outback, dos en el Legacy 3.0R), flanqueadas por los faros antiniebla (independientes en los 2.5 e integrados en las tomas en el 3.0R, y más grandes y distintos en el Outback). Con 4,67 m de largo (y 4,72 m el SW), el Legacy ofrece una excelente habitabilidad gracias a un pleno aprovechamiento de espacio interior, superior incluso a lo que se esperaría de sus generosas dimensiones, que han permitido diseñar una forma muy aerodinámica, como lo demuestra la mejora de su Cx, de sólo 0,28 en el Legacy sedan, 0,30 en el SW y 0,34 en el Outback). Y por si fuera poco y pese al ligero aumento de dimensiones, gira incluso más que antes, con un radio de giro de sólo 5,4 m (antes 5,6).
Por detrás, la luneta trasera cae ahora con más suavidad, manteniéndose la pequeña tercera luna lateral de custodia. Los grupos ópticos son ahora más cuadrangulares en el sedan y ojivales en el SW, habiéndose eliminado la banda de unión entre ellos, lo que proporciona una zaga más elegante, sólida y maciza. Los Legacy Station Wagon y Outback presentan un despejado volumen de carga en su zona posterior, con un portón trasero muy luminoso separado ahora de los grupos ópticos, que se sitúan en las esquinas, prolongándose en flecha por las aletas. El maletero cubica ahora 433 litros (sedan) y 459 (SW y Outback), que además puede aumentarse a más de 1.600 plegando los asientos traseros (por mitades asimétricas) hasta lograr una superficie de carga rigurosamente plana, facilitada por el diseño de unas suspensiones específicas muy poco intrusivas, con un plano de carga sorprendentemente bajo para un coche con un eje motriz trasero. Además, bajo el piso de todos los modelos encontramos una bandeja portaobjetos oculta (que se añade a la infinidad de huecos útiles del coche) con 11 litros de capacidad, bajo la que se aloja la rueda de repuesto.
Motores
MOTORES MEJORADOS
La mecánica de los nuevos Legacy y Outback recurre a los acreditados 4 y 6 cilindros ‘boxer’ (cilindros opuestos) multiválvula. El primero disponible en dos versiones, 2.0 de 138 CV y 2.5 de 165 CV, aunque por ahora sólo está disponible el 2.5, tanto en los Legacy sedan y SW como en el Outback. Ambos son motores especialmente brillantes con 4 válvulas por cilindro, tanto el 2.0 que entrega sus 138 CV a 5.600 rpm, con un par máximo de 19,1 mkg a 4.400 rpm, como el 2.5, que sube su rendimiento hasta 165 CV al mismo régimen, con un par máximo de 23 mkg también a 3.600 rpm, valores muy positivos que contribuyen a una excelente respuesta motriz a medio régimen. Así, el Legacy 2.5 alcanza una velocidad máxima de 214 km/h, cubriendo en 9,3 segundos el 0-100 km/h. Y eso con un consumo en el promedio combinado ECE de 8,2 litros/100 km. Cifras por otra parte muy similares para el Legacy SW (206 km/h de punta con 9,6 segundos de 0 a 100 km/h). El Legacy 3.0R ya es otra cosa: con 245 CV, da una potencia específica de 81 CV/litro (superior, por ejemplo, al motor 3.0 de BMW), a un régimen de 6.600 rpm, con un par máximo de 30,3 mkg a 4.200 rpm. Con tal rendimiento y sensación de alta calidad y potencia, la velocidad punta sube a 237 km/h, unido al cambio automático de 5 relaciones, con una aceleración de 8,2 segundos de 0 a 100 km/h. Prestaciones de auténtico gran turismo, que se repiten también en el ‘todo camino’ Outback con este motor y transmisión, con los que logra los 224 km/h de velocidad máxima y casi igual aceleración (8,5 segundos) de 0 a 100 km/h que el Legacy 3.0R.
Además, la tracción total Symmetrical AWD -con reductora en el Outback- es muy eficaz, recurriendo al experimentado sistema de reparto al 50 por 100 entre ambos ejes, con diferencial viscoso central que modifica este reparto cuando alguno de ellos pierde adherencia, un sistema ideal y desde luego, bastante más eficaz que el reparto automático al 95 por 100 al eje anterior, que sólo se modifica cuando éste pierde tracción, tan en boga hoy entre los ‘todo camino’. La alimentación corre a cargo de una inyección electrónica multipunto secuencial, que permite un óptimo aprovechamiento del combustible en todo el espectro de revoluciones, ayudada por una elevada relación de compresión (10,7 en el 3.0 y 10 a 1 en el 2.5) garantía de un brillante rendimiento térmico. Y la insonorización se ha mejorado, no sin antes haber conseguido un sonido especialmente logrado del motor, que contribuye a su identificación, fruto de su peculiar arquitectura ‘boxer’.
Un comportamiento muy superior.- La suspensión es independiente a las 4 ruedas, y ha sido diseñada especialmente para adaptarse a los dos ejes motrices conjugando la máxima seguridad dinámica con el máximo confort para sus ocupantes. En el tren delantero encontramos un eje Mac Pherson con un brazo inferior auxiliar en ‘L’, y en el trasero un eje por tirantes de articulación múltiple, con el conjunto diferencial y árboles motrices en un subchasis que aísla del habitáculo de modo firme y eficaz las vibraciones y ruidos producidas por estos elementos. Ambos ejes van suspendidos por muelles, con amortiguadores de gas y barras estabilizadoras, lo que asegura a los Legacy un excelente comportamiento rutero, ayudado por la tracción total AWD y el bajo centro de gravedad que facilitan sus motores ‘boxer’, más bajo que el de los habituales motores en línea, y ahora incluso menor al bajar en 22 mm el extremo delantero del motor y en 10 mm el centro del diferencial delantero. Esta rebaja tiene otras dos consecuencias positivas; reduce el ángulo de montaje de 7,5 a 5,8 grados, y con él el del eje propulsor, disminuyendo ruido y vibraciones.
Los frenos de los nuevos Legacy y Outback son a base de cuatro discos de gran diámetro con ABS (ventilados los delanteros), de 277 mm delante y 274 mm detrás en el Legacy 2.5 y de 316 mm y 290 respectivamente en el Legacy 3.0R (el Outback los lleva en sus dos versiones de 294 y 274 mm, respectivamente). El aumento de diámetro se ha visto facilitado por el de las llantas, que ahora son de 16 y 17 pulgadas (calzadas en el caso del Legacy 3.0R con neumáticos de 215/45 WR 17, y de 205/55 VR 16 en el 2.5), manteniéndose en el Legacy también el mismo reparto, con llanta 16 en el 2.5 y 17 en el 3.0, con neumáticos de 205/60 VR 16 para el 2.5 y 215/50 VR 17 en el 3.0. El control dinámico de estabilidad (VDC) es opcional en ambos, tanto con el motor 2.5 como con el 3.0, pero los dos llevan de serie el dispositivo de arranque antirrampa, que actúa sobre los frenos cuando el vehículo está parado en una pendiente, impidiendo su deslizamiento hacia atrás. Una peculiaridad Subaru de especial utilidad a coche cargado o cuando se arrastra una caravana.
Interior
INTERIOR SENSUAL
En un interior mucho más sensual, de alta calidad, cómodo y muy seguro, con un puesto de conducción muy conseguido en aras del placer de conducir, el grado de equipamiento del Legacy es muy elevado, a la altura del nivel del coche, tanto en los 2.5 como en el 3.0, incluyendo de serie airbags delanteros y laterales, climatizador de aire acondicionado, dirección asistida, 4 alzacristales eléctricos, telemando de cierre centralizado (con apertura de maletero o portón incluida), retrovisores exteriores por mando eléctrico, ABS, equipo hi-fi con antena y 8 altavoces, apoyacodos delantero con tapa, 4 posavasos, inmovilizador, volante regulable en altura, asientos con reglaje de altura y lumbar, etc. El Legacy 3.0R añade la tapicería de piel, las llantas de 17 pulgadas y los airbags de cabeza. Y todo ello a un precio muy competitivo, que va de los 27.900 euros del Legacy 2.5i Sedan (29.700 en carrocería SW) a los 38.800 euros del Legacy 3.0R (40.600 en carrocería SW), añadiéndose 2.400 euros más en los 2.5i si se desean con cambio automático. Outback: la versión ‘todo camino’.- En cuanto al Subaru Outback, cuyo desarrollo parte de la carrocería familiar SW del Legacy, constituye en realidad una versión campera apta para uso ‘off road’, sin renunciar a las ventajas y funcionalidad de una carrocería de turismo. Con los mismos motores del Legacy, recibe ahora una serie de mejoras en suspensión y trenes rodantes que aumentan su versatilidad y funcionalidad dentro y fuera del asfalto, gracias a su chasis sobreelevado (20 cm de altura libre al suelo). Como decimos comparte su carrocería con la del Legacy Station Wagon, con su misma batalla (2,67 m) y 4,73 m de largo (apenas 1 cm más), adoptando algunos detalles propios (paragolpes más gruesos, pasos de rueda más prominentes, grandes protecciones laterales, capó arqueado, grandes faros antinieblas de nuevo diseño, llantas de distinto diseño, distinto dibujo de parrilla frontal, etc). Y como en los Legacy 2.5 y 3.0, destacan por detrás sus dos salidas de escape gemelas, una en cada extremo. De este modo, el Subaru Outback se convierte en un turismo familiar de carácter deportivo, capaz de afrontar sin problema trayectos ‘off road’ de no excesiva dificultad, pistas de tierra, etc, mejorando sus posibilidades sobre asfalto gracias a la mayor potencia de sus motores y ofreciendo un comportamiento dinámico muy superior al de los más sofisticados todo terreno, y hasta por encima de muchos turismos, gracias a su tracción total permanente con reparto al 50% entre ambos ejes, y automáticamente variable en función de la adherencia de las ruedas. Al cambio manual de serie de 5 velocidades con reductora se añade ahora el nuevo automático de 5 en el 3.0i. Y las suspensiones, lo mismo que los frenos, repiten el esquema de los Legacy.
En cuanto a equipamiento, el Subaru Outback ofrece de serie como el Legacy en su nivel único ‘full equipe’ llantas de aleación, doble airbag y laterales, volante regulable en altura, alzacristales y espejos eléctricos, cierre centralizado con telemando -y apertura de portón a distancia-, tapicería en Alcántara, climatizador de aire acondicionado, regulación de apoyo lumbar en asiento del conductor, cubre maletero y bandeja inferior de equipajes, barras portaobjetos, dirección de asistencia variable, faros antiniebla, toma eléctrica en maletero, etc. Un excelente al que en opción se le puede añadir, además de la pintura metalizada, el sistema de navegación GPS (2.800 euros) y éste unido a la tapicería de cuero (4.400). Para un precio final de 31.500 euros (Outback 2.5i manual), con 1.500 euros más si se quiere con cambio automático, y 42.900 para el Outback 3.0R, no cabe duda de que se trata de un modelo muy interesante para quienes buscan el confort de un gran turismo -y sus prestaciones- junto a la versatilidad vial de un ‘todo camino’ de verdad, quizá el mejor de todos.