El mes pasado Skoda completó la gama de su modelo tipo SUV compacto con la llegada de una versión muy interesante. No era nada nuevo para la marca, pero al estrenar la posibilidad de combinar el motor diésel de 140 cv, la tracción integral 4×4 y el eficaz cambio automático DSG, les ha quedado una versión de lo más completa y apetecible. Eso sí, al estar tan bien hecho, el precio que habitualmente es un aliciente en la marca de origen checo- ya no es de gancho, pues los 32.210 euros que cuesta con el acabado Ambition (33.650 euros con el Experience; el que corresponde a la unidad probada por Autocity y que se puede ver en las fotos) no son precisamente bajos.
No obstante, el Skoda Yeti 2.0 TDI 4×4 DSG es un coche competitivo frente a la competencia. Sólo el superventas Nissan Qashqai ofrece una versión similar algo más económica (unos 2.000 euros más barato), pues, con un conjunto motor-cambio de estas características, el segundo SUV compacto más vendido en España, el Ford Kuga, se ofrece prácticamente al mismo precio que el Skoda. Eso sí, el de Ford es más grande: 22 cm más de longitud. Y por terminar de posicionar a este Yeti en el mercado, frente a su ‘primo’ Volkswagen Tiguan sí que se observa una considerable diferencia de precio a favor del Skoda, ya que el Tiguan es unos 3.000 euros más caro con idéntico motor y cambio y equipamiento similar.
En Autocity ya probamos anteriormente el Yeti 2.0 TDI manual y el Yeti 1.8 TSI; pero tras lo visto en esta prueba, si el dinero no es un problema, podemos concluir que esta versión diésel de cambio automático es la que más satisfacciones puede proporcionar al conductor, tanto por su equilibrio y seguridad de conducción como por las prestaciones y agrado del cambio automático. Ahora bien, quien todavía sea algo reacio a los cambios automáticos, probablemente vea excesivo el sobreprecio de 3.000 euros respecto a la versión manual; así como la ligera pérdida en las cifras de consumo y prestaciones. Estas cifras on muy buenas en la versión probada, pues acelera de 0 a 100 km/h en 10,2 segundos y sólo consume 6,5 l/100 km; lo que no deja de ser tres décimas de segundo más lento y medio litro más bebedor que el manual.
Veamos en las siguientes páginas lo que nos ofrece este nuevo Yeti 2.0 TDI 4×4 DSG, un vehículo que en su pequeño formato (mide 4,22 metros de largo) es capaz de acomodar a cinco pasajeros y dejar un notable espacio para la carga (405 litros de maletero), además de ofrecer un comportamiento ágil y, en general, un tacto de conducción fantástico.
El diseño quizá sea lo más comprometido del Skoda Yeti, pues sus formas y proporciones no son nada habituales. No obstante, como el tema del gusto estético es algo muy personal lo mejor es que cada uno juzgue y decida. En el apartado que sí podemos opinar es en el de la practicidad de uso y en el de las buenas terminaciones del habitáculo. Respecto al primer punto, debemos decir que sorprende la capacidad de su interior, tanto para los pasajeros para la carga, algo meritorio para un coche que con sus 4,22 metros es el más pequeño de los SUV compactos. La zona destinada a la carga es de 405 litros con la fila de asientos trasera disponible, pero si la reclinamos se pueden llegar a los 1.580 litros. Curiosamente, aún con una carrocería más corta, ofrece un volumen de carga superior a la media entre sus rivales. Del resto del habitáculo podemos decir que muestra una buena impresión de calidad, sobretodo en las versiones más completas como esta denominada Experience.
Uno de los elementos que aporta una gran alegría al habitáculo, y que en el nivel Experience es de serie, es el enorme techo panorámico. Abarca prácticamente todo el techo, y se manipula de forma eléctrica, tanto el techo en sí como la cortinilla. También los cristales traseros son algo oscurecidos en este acabado; mientras que los asientos y detalles del salpicadero reciben un tratamiento algo más selecto que en el resto de versiones. Finalmente, el sistema de ayuda al arranque en pendientes Autohold es de serie en el Experience.
Otros de los equipamientos habituales en este nivel de precios viene ya de serie con el acabado Ambition o incluso desde nivel básico, como lo son las llantas de aleación de 17 pulgadas, las luces de día, el control de crucero, el volante de cuero con mandos del ordenador de viaje y equipo de sonido, los airbags laterales, de rodilla y de cortina, los reposacabezas activos o el ESP entre otras cosas.
En general se puede decir que este Skoda Yeti presenta un alto nivel de acabados y un buen número de elementos como dotación estándar. Luego, ya como opciones, figuran dos tipos de navegadores (de 540 € o de 1.830 €), diferentes equipos de sonido y asientos regulables eléctricamente (550 €) entre otras cosas.
La suma de las tecnologías más modernas del Grupo VW funciona, y funciona de maravilla. Ahora bien, como todo lo nuevo y bueno, no es barato. Hay versiones del Skoda Yeti que se venden por menos de 18.000 €, y sin embargo nuestro protagonista de hoy cuesta casi el doble, pero es que no debemos olvidar que su motor, su tracción y su caja de cambios es de lo mejor del mercado. En la página de inicio ya hacíamos referencia al exitoso Qashqai de Nissan, que a igualdad técnica es unos 2.000 euros más económico. Sin embargo, debemos decir que en prestaciones y consumos el Yeti es algo mejor que el modelo japonés (en concreto gasta 0,7 l/100 km menos y acelera de 0 a 100 km/h en 0,8 segundos menos). Además de su eficacia, el Yeti se beneficia de un peso bastante contenido para un 4×4 (1.550 kilos), tara ligeramente inferior a la del Qashqai y mucho menor que la del Ford Kuga, a quien también supera en prestaciones y consumos ajustados.
Los 3.000 euros de sobreprecio de esta versión DSG respecto a la manual no son una tontería, ¡pero va tan bien esta caja de cambios! Y eso que en este caso echamos de menos las levas ubicadas en el volante, que aunque pocas veces se usan en los modelos que sí las llevan, no estarían de más para un sistema que tiene un precio ya muy considerable. Eso sí, en la palanca central existe la posibilidad de poner el selector en modo manual, pero hay que decir que da más pereza utilizar el cambio a través del selector principal que si tuviésemos también las levas tras el volante.
Del empuje y la eficacia de este motor de 140 cv de potencia poco nuevo podemos decir, ya que lo hemos probado en decenas de modelos de Skoda, Seat, VW o Audi. Con el DSG y la tracción 4×4 en el Yeti se gastan 6,5 l/100 km de media y le permite una aceleración de 0 a 100 km/h en 10,2 segundos. Son unas buenas cifras, pero el hecho de que empeoren respecto a su homólogo con cambio manual no nos convence, ya que hay otros ejemplos dentro del grupo en los que las versiones DSG igualan o incluso mejoran alguno de estos registros de los de cambio manual.
Finalmente, no queremos dejar pasar por alto el excelente comportamiento dinámico de este coche. Es prácticamente imposible descolocarlo, pues por la agilidad y pisada de su chasis, por el agarre de sus neumáticos anchos y por lo adecuado de la puesta a punto de la dirección, suspensiones o frenos; este Skoda Yeti 2.0 TDI 4×4 DSG se muestra superpreciso. La guinda al pastel la pone el recorrido de suspensiones, algo mayor que el de un turismo convencional, lo cual le aporta un plus de comodidad cuando transitamos por zonas bacheadas. En definitiva, un modelo muy manejable y seguro con el que se disfruta de su conducción.