Unidos por un futuro verde
El medio ambiente cada vez sufre más los efectos nocivos de las emisiones de dióxido de carbono, y la marca sueca Saab -pionera en ofrecer una completa gama de coches movidos por combustibles alternativos-, junto con ALD Automotive -segunda empresa de renting en nuestro país con una flota de setenta mil vehículos-, propone un curso al volante para reconciliar a los conductores con el entorno natural sin renunciar a las prestaciones.
Como ya os hemos contado en otras ocasiones, los modelos BioPower consiguen un aumento de potencia entre 25 y 30 cv, y del 15 por ciento del par motor, gracias a la turboalimentación y a la posibilidad de sustituir la gasolina por bioetanol E85. Así los modelos escandinavos se comprometen con el desarrollo sostenible.
Un dato curioso, para hacernos a la idea del salto tecnológico que la industria del automóvil ha dado a favor de la ecología, es que un solo coche fabricado en los años ’80 emitía más gases efecto invernadero que cien coches de hoy en día.
En un futuro cercano Saab trabaja por incorporar un modelo a su gama ‘verde’ alimentado con bioetanol puro E100, capaz de desarrollar más altas prestaciones con motores más pequeños y ligeros -a partir de un 2 litros se obtienen 300 cv de potencia con este nuevo combustible-.
En esta lucha por coches más eficientes intervienen, además, diferentes acuerdos con las administraciones públicas para generalizar los surtidores de este combustible limpio, y pasar de los séis actuales en nuestro país a los más de mil en Suecia.
Volver a disfrutar del paisaje
En esta jornada que Saab y ALD Automotive reservaron para nosotros con la gama BioPower, hicimos una ruta por la sierra de Madrid.
Las directrices para disfrutar al volante sin contaminar empiezan con la concienciación ecológica y quitarnos de la cabeza que a más años de carné, mejor nivel de conducción. Todo un ejercicio de humildad, muy necesario y sano en el estresante día a día.
A partir de aquí, pretendimos alcanzar la eficiencia en la conducción obteniendo como resultado una reducción del consumo, el aumento de la seguridad y de la distancia con el coche que nos precede, más confort, la disminución de las emisiones de dióxido de carbono y un menor coste del mantenimiento del vehículo.
Las claves son simples, aunque no fáciles por los vicios que todos tenemos al volante. Circular en marchas largas, siempre dentro del margen de revoluciones en el que el motor entrega su cifra de par óptima -para no perder respuesta en caso necesario-. No apurar las relaciones del cambio al acelerar, realizando los cambios entre 1.500 y 2.200 rpm en motores gasolina y 1.500 y 2.500 en diésel. Mantener una velocidad uniforme, conduciendo de forma anticipativa y previsora que garantiza viajes más seguros y cómodos. Y por último, sin pisar el acelerador, no hay consumo.
Hay que tener en cuenta que la contaminación de nuestros coches también es acústica y que un motor que gira a un régimen de 4.000 rpm equivale a treinta y dos que lo hacen a sólo 2.000 rpm, con el consecuente ahorro de carburante que esto conlleva.
Además, el estado de los neumáticos -su presión- y su anchura, la temperatura del climatizador –22ºC sería la idónea, no menor-, el estado de los filtros, las ventanillas abiertas y las bacas o cofres portaobjetos -con un 32 por ciento de incremento en el consumo- son algunos de los actores que influyen en el consumo.
Para los que van todo el día con prisas creerán que bajar el ritmo es imposible, pero no. Es necesario para poder disfrutar de una conducción relajada, y sano para desintoxicarse de las prisas diarias. Es bonito poder disfrutar del viaje, de una conversación -por supuesto sin perder la atención-, y de lo que el entorno ofrece a nuestros ojos. Los que van contigo en el coche también lo agradecerán.