Renault Clio 1.5 DCi
Inicio
TODO UN DCI POR MENOS DE 2 MILLONES
Los cambios estéticos introducidos en el Clio son un reflejo de la mediocre aceptación que la anterior versión tuvo en el mercado. Con la imagen actual, se presenta con una apariencia mucho más atractiva, que combina elegancia y dinamismo y, muy importante, anuncia los cambios que compondrán los rasgos difinitorios de la familia Renault en el futuro.
El motor 1.5 dCi es la primera versión de una gama que se ampliará con un modelo más potente, por lo que a la hora de juzgarlo debemos ubicarlo en su justo lugar. No sería justo compararlo con otros la mayor parte de los ‘TDI’ de su misma cilindrada; existe casi una diferencia de medio millón a favor del Clio, pero también carece de al menos diez caballos para poder rivalizar con ellos por prestaciones. Solo el Opel Corsa recurre de momento al turbo y la inyección directa para su versión diesel básica.
En general el Clio dCi convence, tanto por rendimiento de motor (aceptando su justa potencia) como por economía y practicidad, con un interior mucho mejor resuelto que en la anterior versión y un diseño moderno y agradable.
Carlos Lera, Autocity. 5 de Julio de 2001
Interior
INTERIOR
El interior del Clio presenta profundas novedades de diseño en el salpicadero, que aportan una sensación más agradable que el anterior. Los relojes están colocados en dos esferas principales que integran el velocímetro y el cuentarrevoluciones. Entre ellas se encuentran las escalas de nivel de combustible y temperatura del refrigerante así como los testigos de funcionamiento general. El conjunto es visible y agradable, salvo la pequeña pantalla mediante la que se visualizan las indicaciones del ordenador de viaje y los cuentakilómetros total y parcial, demasiado pequeña y con el inconveniente de servir de soporte para múltiples informaciones, por lo que no se pueden consultar de forma simultánea.
La consola central es ahora mucho más discreta y destaca menos en la vista general del salpicadero gracias a unas formas más planas. Presidida por la pantalla de cristal líquido en la que aparecen las indicaciones del equipo de sonido (opcional en la versión Dynamique) y el termómetro de temperatura exterior. Bajando nos encontramos los aireadores, de buen tamaño y fácil orientación; bajo los cuales se sitúan dos pequeños botones alargados para manejar el cierre centralizado y conectar las resistencias de la luneta trasera. Entre ellos el pulsador que acciona las luces de emergencia, en el mejor sitio posible. A continuación se sitúa el equipo de sonido y en el último nivel se encuentran los mandos de la ventilación (aire acondicionado opcional). Sobre esta consola se integra en el plano horizontal una útil bandeja descubierta con piso antideslizante. Bajo la línea del volante una franja metalizada recorre todo el frente, añadiendo un bonito contraste ‘técnico’ al plástico que todo lo cubre.
Los asientos son similares a los anteriores y no admiten crítica, especialmente por sujeción gracias a los abultados pétalos que flanquean al ocupante en esta versión Dynamique, la de acabado más deportivo de la gama dCi. Son regulables en altura y sujeción lumbar, y aunque el volante también se gradúa en altura, la posición excesivamente horizontal típica de Renault condiciona la postura de conducción.
En las puertas se mantiene el diseño básico anterior pero se modifican los pulsadores de los elevalunas, similares a los del nuevo Laguna. Posee bandeja inferior y un receptáculo pequeño pero útil a la altura de los brazos.
Las plazas traseras son amplias para dos y útiles para tres ocupantes (con las lógicas limitaciones) y especialmente destacan por espacio para las piernas y altura libre de la cabeza. El acceso por el asiento del acompañante es bueno, gracias especialmente a la altura disponible para ‘la chepa’. Por el lado del conductor es más complicado debido a la ausencia de recorrido para dejar paso.
Por último, el maletero ofrece 255 litros de capacidad, un volumen discreto aunque en la media de la categoría, pues el Seat Ibiza posee 250 l. y el Opel Corsa llega a 260 l., diferencias mínimas en cualquier caso si dejamos de lado otros coches más antiguos de concepción, en los que el ,maletero tenía más importancia en detrimento de la habitabilidad, como el Citroën Saxo, que a pesar de su reducido tamaño posee 280 litros para maletero.
Motor
MOTOR
El nuevo dCi de 1.5 litros en esta versión deja entrever solo en parte el potencial que lleva dentro, pues los 65 caballos de rendimiento máximo se encuentran por debajo de lo que puede ofrecer la tecnología empleada. Pero a pesar de que posea un ‘tapón’ evidente, hay virtudes claramente perceptibles, especialmente si tenemos en cuenta una comparación en función de la potencia. En este caso no cabe duda de que nos encontramos ante el mejor motor diesel de la categoría con esta potencia, capaz de un funcionamiento lleno a cualquier régimen y muy suave al mismo tiempo. Sólo le falta la potencia máxima para ser equiparable a motores dotados de 10 o 15 caballos más. Las recuperaciones son por tanto excelentes, mientras que en aceleración y velocidad punta se puede echar de menos algo más de brío.
Lo cierto es que la incorporación de la tecnología diesel moderna, aporta a los pequeños motores de gasóleo una suavidad y una banda útil de potencia inimaginable hasta ahora. Tal es el caso de este dCi con inyección directa y ‘common rail’ o el Corsa Di de la misma potencia e inyección directa igualmente, aunque carece de ‘common rail’. No obstante el rendimiento del motor de Renault es más satisfactorio, y los consumos oficiales así mismo le favorecen por unas décimas (4,3 litros cada 100 kilómetros del Clio contra 4,7 l/100km del Corsa). De todas formas en nuestra prueba el consumo medio, circulando por ciudad, autopista a ritmo moderado y carretera a ritmo vivo alcanzó los 5,4 litros de media, una diferencia normal en cualquier prueba realizada en condiciones realistas y un consumo bajísimo en cualquier caso.
Por ruido y vibraciones la sensación es igualmente favorable, silencioso y poco molesto, no esconde no obstante su corazón diesel como ya empieza a ser deseable. ¿Para cuando no se escuchará la mecánica en los coches pequeños? Es incomprensible desde el punto de vista técnico, pues motores mucho más grandes y por tanto generadores de ruidos (como el del BMW 525d) no se hacen notar más que sus homólogos de gasolina.
Comportamiento
COMPORTAMIENTO
La última generación del Renault Clio hace gala de un comportamiento impecable independientemente de la versión que se conduzca. Se trata de un bastidor más ágil de lo que su considerable anchura de vías (1392 y 1372 milímetros delante y detrás respectivamente) podría indicar. La estabilidad a alta velocidad resulta perfecta a pesar de la suavidad de las suspensiones. Estas son perfectas por la capacidad de absorción de las irregularidades y poseen un guiado muy bien resulto. En este apartado es difícil encontrar rivales para el Clio. La competencia tiene coches muy buenos, pero no mejores. El único capaz de hacerle sombra (y muy poca) es el Peugeot 206, aunque este no posee motorizaciones equivalentes a la de este Clio todavía, pues hasta septiembre no saldrá al mercado el nuevo 1.5 Hdi 75cv de PSA.
Los frenos no son excepcionales. Solo cumplen con su cometido y se agradecería un poco más de capacidad retención.
GALERIA