Porsche inició hace tres meses las ventas del Boxster de la tercera generación, un modelo que ha salido a la venta a partir de 52.976 euros. Fiel a su configuración de motor central y propulsión trasera, así como a la clásica capota de lona, en esta tercera generación la principal novedad conceptual es que la inmensa mayoría de las ventas corresponden a la versión de cambio automático. Y es que la caja PDK de doble embrague, además de cómoda y deliciosa, resulta eficaz y divertida en su manejo, tanto que incluso se ve reflejado en unas cifras de consumo y prestaciones mejores que si nos quedamos con la caja manual. Este es el coche que hemos probado y podéis ver en las fotos, un Porsche Boxster PDK. Su precio: 55.823 €.
a favor-Estabilidad impresionante-Cambio PDK extraordinario-Lujo y calidad de realizaciónen contra-Precio algo elevado-Motor discreto a bajas vueltas
Como era de esperar, esta nueva generación del Boxster mejora en todos los aspectos a su predecesor. El nuevo Boxster es “más coche”, posee una imagen imponente, un equipamiento muy cuidado y su comportamiento dinámico es impresionante. Pero además consume mucho menos, ofreciendo unos datos de gasto medio de combustible impensables hace unos años para un verdadero deportivo descapotable de este nivel: ¡7,7 l/100 km! Evidentemente esta cifra es la homologada, la cual es verídica y realizable si conducimos suavemente y sin acelerones, pero… ¡es tan difícil practicar una conducción eficiente cuando estamos al volante de un Porsche!
Por fuera el nuevo Boxster cambia poco a simple vista y mucho si nos fijamos en los detalles. Ahora es algo más grande pero a la vez más ligero, y en general podemos decir que su imagen se ha refinado y modernizado pero conservando las líneas de su predecesor. Más cambios hay en el habitáculo, que ha ganado muchos enteros. Destaca una consola central mucho más elaborada que sigue la tendencia estilística iniciada por la berlina Panamera y continuada por el nuevo 911 (991). En general el aspecto del tablero de mandos es exquisito, los asientos de serie son comodísimos y recogen perfectamente el cuerpo (los hay en opción más deportivos, pero recomendamos los de serie), y la capota es mucho mejor. No solo se ha mejorado su aislamiento, sino que ahora se abre o recoge en sólo 10 segundos, operación que se puede realizar en marcha hasta una velocidad de 70 km/h (mucho más rápido que en sus rivales).
Arrancamos y el sonido del Boxster es bonito pero bastante discreto. La posición de conducción resulta excelente, pudiéndonos colocar muy bajos y aprovechando la disposición totalmente vertical del volante. Con ésto, unido a la delicia que supone manejar el cambio PDK (con unas nuevas grandes levas tras el volante), y a la calidad e imagen de todos los materiales utilizados para el salpicadero, se logra un cóctel de lo más sugerente. Vamos, que es un lujo ir sentado al volante del nuevo Boxster. Además, no olvidemos que a pesar de tratarse de un biplaza, este coche resulta perfectamente válido para viajar con equipaje, ya que tiene dos maleteros, uno delante de 150 litros y otro detrás de 130 litros, por lo que se puede meter el equipaje de una pareja para un fin de semana sin problemas. Es muy ágil y deportivo, pero a la vez resulta delicioso en su conducción.
Veamos ahora la mecánica. Para empezar el Boxster básico que probamos (hay un Boxster S de mayor cilindrada y potencia) reduce 200 centímetros cúbicos respecto a su predecesor. ¿Uno paso atrás? No, ya que gracias a los nuevos sistemas de inyección y de recuperación de energía se eleva la potencia 10 cv hasta los 265 cv (el motor 2.9 sigue a la venta en el Cayman, que ya era 10 cv más potente que el Boxster). También mejoran las prestaciones, que registran con el cambio PDK un tiempo de aceleración de 0 a 100 km/h en 5,7 segundos (5,8 segundos su predecesor 2.9 de 255 cv con PDK) y una velocidad máxima de 262 km/h; y más aún los consumos que se quedan en esta versión con cambio PDK en 7,7 l/100 km mientras que las emisiones de CO2 se fijan en 180 g/km. Las prestaciones son excelentes y el Bosxter corre una barbaridad pero su mecánica atmosférica de seis cilindros opuestos tiene una personalidad muy definida. Al Boxster le gusta ir muy alto de vueltas, y en regímenes bajos y medios (hasta más de 4.000 rpm) no demuestra nada extraordinario. De hecho, antes de superar dicha barrera de giro, parece que tenga menos fuerza que cualquier coche dos litros turbo de poco más de 200 cv.
La explicación a este tipo de respuesta mecánica es clara, y es que el par motor del Boxster es de 280 Nm entre 4.500 y 6.000 rpm; y los 265 cv los desarrolla a 6.700 rpm. Por ejemplo, sus rivales más directos -el BMW Z4 28i de 245 cv y el Audi TTS de 272 cv- con motores de cuatro cilindros dos litros turbo tiene un par de 350 Nm a 1.250 y 2.500 rpm; por lo cual, la sensación de potencia en a bajas y medias vueltas es muy superior en estos. Ahora bien, exprimiendo con decisión el motor boxer 2.7 de seis cilindros el Porche no tiene nada que envidiar a sus rivales, momento en el que además acompaña su contundente respuesta con una precioso sonido.Al motor 2.7 de Boxster le gusta girar alto de vueltas, de 4.500 rpm en adelante.
En cuanto a calidad de conducción ninguno de sus rivales –tampoco el Mercedes SLK350– puede superarle. La combinación de refinado coche de lujo con una agilidad y deportividad extraordinaria no se puede encontrar en ningún otro roadster. El Porsche Boxster PDK obtiene la nota más alta tanto para quien desee un deportivo de prestigio y cómodo, como para quien esté pensando en un “purasangre” capaz de rodar en complicado tramos de montaña o en un circuito a ritmos endiablados. Es ágil, ligero (sólo pesa 1.340 kilos, el más ligero de sus rivales), seguro y tremendamente divertido. Y, aunque suene a tópico en la marca Porsche, su potencia de frenada impresiona todavía más que su aceleración.
En definitiva, el Porsche Boxster es un excelente roadster que en su tercera generación brinda un resultado mejor que nunca. Va tan súmamente bien, que es evidente que el Boxter admitiría mucha más potencia sin problema alguno. De hecho, por unos 12.000 euros más, la marca de Stuttgart ofrece el Boxster S con 3,4 litros de cilindrada y 315 cv; una opción recomendable para quien desee una respuesta mecánica más poderosa. Respecto al mítico 911, en su versión Cabrio con cambio PDK y el motor básico de 350 cv, la diferencia de precio de nuestro protagonista ya es muy abultada, e incluso llega a doblar su coste con la tarifa de 117.248 €.