Inicio
EN OTRA DIMENSION
Hay quien dice que todos los coches son prácticamente iguales, que se parecen mucho entre sí o que funcionan de forma parecida. Sin embargo, gracias a Dios, todavía queda algún que otro digno representante de esa estirpe de pura sangres que echan por los suelos todas estas hipótesis. Las sensaciones que produce conducir (o mejor dicho pilotar) un Porsche 911 turbo están en otra dimensión. Lástima que su precio también lo esté.
Con el más potente de los Porsche de serie se alcanzan los 305 kilómetros por hora de velocidad máxima y se acelera de 0 a 100km/h en 4,2 segundos. ¿Es posible digerir semejantes prestaciones? Como veremos más adelante, las reacciones son bestiales pero perfectamente controlables.
Enrique Marco, Autocity. 12 de Junio de 2001
Agradecemos la cesión de la unidad probada al concesionario oficial Porsche-Saab Artal Motor.
Diseño
y equipamiento
DISEÑO Y EQUIPAMIENTO
El Porsche 911 turbo no sólo impresiona por sus cifras de prestaciones, también lo hace por su aspecto exterior. Claramente diferenciado del 911 Carrera, las variaciones respecto a éste se centran en la necesidad de refrigeración del grupo propulsor. Para ello están dispuestas tres amplias tomas de aire en el frontal y dos entradas de aire delante de las ruedas traseras que son las encargadas de facilitar la ventilación de los intercoolers. Igualmente, para de esta versión son específicos el alerón trasero y las llantas de aleación de 18 pulgadas, con neumáticos en medida 225/40 delante y 295/30 detrás. El resultado logrado es asombroso, combinando una línea estilizada y bella con un aire agresivo y bestial.
El interior es mucho más discreto y nada nos hace pensar que estamos ante un coche tan exclusivo, pues las diferencias respecto al Carrera son mínimas. La unidad probada llevaba GPS, siendo este extra lo único que daba exclusividad al habitáculo. No obstante, la sencillez interior no es que sea un defecto en un automóvil tan deportivo como este, ni mucho menos, pues de esta forma los indicadores se leen rápidamente y no distraen la atención del conductor. Tanto el diseño del cuadro de relojes como el de la consola es muy acertado y los asientos resultan fantásticos para una conducción deportiva. Sólo un volante de excesivo diámetro (para nuestro gusto) rompe con la excitante deportividad que se respira en el puesto de conducción de esta máquina de carreras.
El equipamiento del turbo es todavía más amplio que el del Carrera. No faltan de serie elementos como la tapicería de piel, los asientos con regulación eléctrica y memoria, la pintura metalizada, los faros de ‘bi-xenon’ o el ordenador de viaje. Por supuesto también se incluyen airbag para conductor, pasajero y laterales, climatizador, alarma, radiocasete, teléfono, ABS con EBD y PSM (control de estabilidad). Como opciones más destacables podemos citar el cambio automático con función manual secuencial mediante pulsadores situados en el volante (Tiptronic) o el equipo de frenos con discos cerámicos.
Conducción
CONDUCCION
Cuando llega el momento de probar un deportivo de estas características, que además es todo un mito en la historia del automóvil, hay que reconocer que su carta de presentación impone cierto respeto. No todos los días uno se sube en un ‘aparato’ que acelera de 0 a 100km/h en casi el mismo tiempo que un Fórmula Uno y que sobrepasa la barrera de los 300km/h, por lo que la prueba debe de comenzar con cautela.
Es difícil calificar las sensaciones que produce conducir el actual 911 turbo, pues si bien es evidente que las aceleraciones, recuperaciones y frenadas son tremendamente rápidas y excitantes, la verdad es que no vienen acompañadas de una brusquedad que conlleve a situaciones delicadas. La evolución técnica ha llegado a tal punto que, hoy por hoy, cualquiera que tenga responsabilidad y cordura puede conducir un 911 turbo con sus 420cv ya que el nivel de seguridad activa al que ha llegado el más potente de los Porsche es elevadísimo, totalmente impensable hace unos años.
En el momento de insertar la primera velocidad y pisar a fondo el pedal del acelerador una fuerza descomunal aplasta literalmente la espalda contra el respaldo del asiento y 4,2 segundos más tarde la aguja del velocímetro ya estará marcando 100km/h. Todo esto es producto del demoledor par motor que desarrolla ¡560 newtons/metro a partir de 2.700 rpm! Los dos turbocompresores, debidamente refrigerados por sendos intercoolers, trabajan unidos al sistema de distribución variable con control de la carrera de válvulas (VarioCam Plus), consiguiendo estos magníficos resultados. La velocidad máxima, en la práctica, quizá sea lo menos importante pero como dato ahí va: ¡305km/h!
Y si sus prestaciones sorprenden, todavía lo hace más su comportamiento. Cuando se va concentrado entrelazando una curva tras otra y se mira al velocímetro… ¡sorpresa! La velocidad real es muy superior a la que creíamos circular, debido principalmente a la eficacia del bastidor que monta el 911 turbo. Con unos neumáticos traseros en medida 295/30 R18, una dirección superprecisa, los firmes tarados de la amortiguación y, por si fuera poco, la ayuda electrónica (PSM) el 911 es, prácticamente, inamovible y sólo un claro exceso de confianza nos puede llevar a una situación comprometida.
La conclusión de tan gratificante prueba es que estamos ante un automóvil que se encuentra en otra dimensión. En otra dimensión por prestaciones, en otra dimensión por comportamiento y, desgraciadamente, en otra dimensión también por precio.
Historia
I
HISTORIA I
El Salón de París de 1974 fue testigo del nacimiento de un superdeportivo que ha sido y es uno de los automóviles más deseados del mundo. El modelo inicial tenía ya una potencia de 260cv y podía alcanzar más de 250km/h, acelerando de 0 a 100km/h en 5,5 segundos. Su carrocería no pasaba desapercibida debido a su característico capó delantero, las abultadas aletas y el típico alerón posterior. Con un equipo de frenos heredado de la competición y un cambio de cuatro velocidades, el Porsche 911 turbo era, sin lugar a dudas, uno de los automóviles más eficaces del mercado. También su mecánica, con un par motor de 342nm a 4.000rpm, sorprendía y destacaba por lograr unos valores que parecían inalcanzables para un motor sobrealimentado.
Tres años después se presentaba una segunda generación que introducía numerosas novedades tecnológicas, como la adopción de un intercambiador de calor. En esta ocasión, el motor de 3,3 litros desarrollaba 300cv y mejoraba la elasticidad de su predecesor, además de aumentar ligeramente las prestaciones. Esta versión se comercializó invariable hasta 1982, fecha en la que se mejoró la preparación de la mezcla rebajándose el consumo de combustible mientras que en 1986 aparecían las variantes Cabrio y Targa.
Historia
II
HISTORIA II
El cambio de cinco velocidades llegó en 1989, pero fue un año más tarde cuando el 911 turbo experimentó una renovación profunda (carrocería 964). Chasis de nueva estructura, frenos ABS, aletas posteriores todavía más ensanchadas o llantas de aleación de 17 pulgadas fueron algunas de sus modificaciones más destacadas. La potencia se elevó a 320cv y las prestaciones continuaban en ascenso: 270km/h y cinco segundos para pasar de 0 a 100km/h.
La última evolución del 911 turbo con un solo turbocompresor nació en enero de 1993. Con 3,6 litros de cilindrada y un sistema de inyección mejorado se consiguieron 360cv. Las prestaciones evolucionaron en consonancia, se llegó hasta los 280 km/h de velocidad punta y se rebajó la barrera de los cinco segundos en aceleración de 0 a 100km/h.
La cuarta generación, presentada en 1995 (carrocería 993), contaba con el mismo motor boxer de seis cilindros y 3,6 litros pero con dos nuevos turbocompresores. El incremento de potencia fue significativo, llegando a 408cv de potencia máxima y 540nm de par motor. Las dos turbinas permitían que, además del disponer de más empuje, la respuesta fuera más suave. La gran novedad de 1995 radicaba en la introducción del sistema de tracción integral del Carrera 4 con embrague multidisco viscoso, dando un paso adelante en materia de seguridad. Las prestaciones no defraudaban a nadie, acercándose peligrosamente a los 300km/h de velocidad máxima.
Antes de dar paso a la versión actual, en 1999 se cumplían los 25 años del 911 turbo, del que se habían vendido nada menos que 32.223 unidades.
Rivales
RIVALES
GALERIA FOTOGRAFICA I
Galería
2
GALERIA FOTOGRAFICA II