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Si quisiéramos buscar los orígenes de la tradición coupé en la marca del León, tendríamos que remontarnos al nacimiento mismo del automóvil. Y es que los coupés de Peugeot han formado parte importante de la historia del automóvil casi desde sus orígenes.
Desde que Peugeot fabricara, allá por 1890, su primer vehículo de cuatro ruedas, su pasión por los coupés ha estado presente en cada uno de los modelos que, a través del tiempo ha ido lanzando al mercado.
Así, entre 1920 y 1928, cada nuevo modelo de Peugeot presentaba su correspondiente versión coupé: el 153, 163, 177, 181, 183…
En 1935, Peugeot lanzaba el 402 B Ligero. Este modelo, aparte de las berlinas, desarrolló versiones cabriolets y coupés, entre los que destacaba un ejemplar de gran belleza, cuyo techo chapado se replegaba a discrección hacia la parte trasera. No es de extrañar que, cuando en 1939, decenas de miles de vehículos particulares fueron requisados para uso del ejército, los oficiales rivalizaran en intrigas para que les fuera asignado uno de estos coches.
La serie 2 de Peugeot sirvió como soporte técnico a cierto número de interpretaciones deportivas. De entre ellas, las máquinas más eficaces y elegantes fueron, sin duda, los roadsters y los Coupés Darl’mat.
Colaboraciones con Pininfarina
Años más tarde, hubo un modelo lanzado por la marca, el 403, que tiene una especial importancia en los antecedentes del actual Coupé 406. Y es que, con el 403, se establecía por primera vez una colaboración entre Peugeot y Pininfarina. A partir de ese momento, esta asociación se hará sentir en cada modelo que Peugeot irá lanzando al mercado: para la marca, los criterios estéticos comenzaban a cobrar más y más importancia.
La elección de Pininfarina respondía a la búsqueda, por parte de Peugeot, de un estilo personal y duradero. Y el diseñador italiano, que por aquel entonces ya se había impuesto en la escena internacional por su estilo clásico, su carácter genial y la personalidad de sus creaciones, se presentaba como la respuesta ideal.
Esta colaboración continuó a lo largo del tiempo, limitándose en un principio al diseño para extenderse, más adelante, a encargos más específicos, coupés y cabriolets, cuyas carrocerías fabricaba Pininfarina, Peugeot iniciaba una evolución irreversible que, poco a poco, le iría conduciendo a lanzar productos de características dinámicas y claro espíritu deportivo.
Los legendarios Coupés se convirtieron así en parte integrante de la historia de Automóviles Peugeot, en uno de los cimientos de su tradición.
Tras una ausencia de algunas décadas, Peugeot retoma la tradición del coupé para volcarse en un nuevo proyecto: El coupé 406.
En este nuevo proyecto la firma francesa ha confiado a su colaborador, Pininfarina, no sólo el diseño y la concepción de un nuevo coupé sino también la industrialización y producción del vehículo completo, incluido el montaje de las partes mecánicas hasta el control final.