Opel Meriva 1.6 CDTi 110

Desde que debutase en 2010 la competencia del Opel Meriva de segunda generación ha crecido en cantidad y calidad de modelos. Así las cosas la marca de origen alemán necesitaba una profunda actualización, más que en las formas, en el fondo de su monovolumen pequeño y de cinco plazas. Producido en la planta de Figueruelas (Zaragoza) y compartiendo plataforma con el actual Corsa, el Meriva 2014 introduce cambios importantes en materia de conectividad y navegación e implanta la nueva familia de motores diésel 1.6 CDTi de 110 y 136 cv de potencia, dejando casi inalterado su estética y su característico sistema de apertura de puertas suicidas.

Como le ocurre al SUV compacto de la marca, el Mokka, este Meriva (4,30 metros de longitud) se posiciona a mitad de camino entre los monovolúmenes urbanos derivados del segmento B (Ford B-Max, Nissan Note, Citroën C3 Picasso o Fiat 500L) y los más clásicos y veteranos familiares del segmento C (Ford C-Max, Renault Scenic, Citroën C4 Picasso). En términos generales, el Meriva es más caro, está más equipado y tiene una gama de motores más potentes que los primeros, con los que comparte un cuerpo estrecho (1,81 m) que limita su versatilidad interior. Respecto al segundo grupo de modelos, el Meriva es más económico, a grosso modo es menos capaz y sus mecánicas son (o deberían ser en la teoría) más modestas para moverse en carretera.

a favor- Modularidad fila trasera- Equilibrio confort y aplomo- Consumos motor 1.6 CDTien contra- Anchura entre puertas- Prestaciones aminoradas- Recorridos del cambio muy largos
Por ejemplo, un C4 Picasso mide 14 centímetros más que un Meriva y su maletero es de 537 litros, por los 400 del monovolumen alemán. Como el C4 Picasso, la capacidad de carga del Meriva es modulable (hasta 1.500 l) gracias a tres butacas traseras que se pueden desplazar, reclinar y abatir independientemente. En configuración de 5 plazas, el Meriva es un coche estrecho; mejor dos que tres adultos en la parte trasera. Con la plaza central (más estrecha que las dos laterales) abatida, las otras dos pueden desplazarse más hacia atrás ganando espacio para las piernas de los pasajeros.Con la plaza central abatida, las dos laterales pueden desplazarse más hacia atrás ganando espacio para las rodillas
Pero la gran peculiaridad del Meriva (o como lo llaman en Opel, ‘el rey de la flexibilidad’) es la apertura de las puertas traseras en sentido contrario de la marcha. Manteniendo el pilar central -no como en el B-Max, que además incorpora unas puertas traseras correderas-, las puertas del Meriva ofrecen un gran ángulo de apertura y cuatro bisagras para que los ocupantes traseros disfruten de un cómodo y sencillo acceso. Ojo, eso sí, con los estacionamientos estrechos: entonces, el acceso a la parte trasera es más laborioso, teniendo que introducir primero las piernas y luego el resto del cuerpo (casi como en un coche de tres puertas). Tampoco resulta muy cómodo cerrarlas desde dentro si están completamente abiertas.

Estéticamente el restyling ha sido muy discreto. El Meriva 2014 incorpora una nueva parrilla delantera más ancha, al estilo Insignia, y ahora dispone de faros de LED diurnos. Los paragolpes se han modificado, y el diseño de las llantas y pilotos traseros, también. Además, nuestra unidad de prueba gana una pizca de elegancia gracias al ‘Pack Exterior’ (885 euros) que incluye llantas de 17” sobre unos neumáticos más grandes de 225/45 y un techo solar panorámico y a la pintura metalizada ‘Verde Esmeralda’ (442 €).
Por dentro, tampoco hay grandes cambios. Los acabados del Meriva son correctos, incluso buenos si se comparan con otros monovolúmenes urbanos, y es en materia de equipamientos donde el Meriva 2014 da el do de pecho. El acabado ‘Excellence’, 1.500 euros más costoso que el nivel básico ‘Selective’ (ya con climatizador bizona, pantalla superior de 7”), incorpora de serie el nuevo sistema IntelliLink con navegación (Navi 650) y funciones de control avanzadas que todavía se pueden mejorar con el Navi 950 (241 € más) y la cámara de visión trasera (433 €). Si el Meriva probado (1.6 CDTi 110 cv) cuesta 19.313 de serie, estos extras lo colocan rozando los 21.000 €.

Es un precio elevado si se compara con los B-Max y compañía, pero por el rendimiento del nuevo motor turbodiésel y el comportamiento dinámico el Meriva 1.6 CDTi 110 con cambio manual de seis velocidades y arranque y parada en retenciones es un producto de mayor categoría que aquéllos. Y es que la nueva mecánica –que sustituye a la vetusta 1.7 CDTi, también de 110 cv- mejora en prestaciones, respuesta y consumos a su predecesor. Su velocidad punta es de 182 km/h (un Fiat 500L diésel de 120 cv alcanza los 189 km/h), su aceleración de 0-100 es de 11,8 segundos (el modelo italiano, en 10,7 s) y su consumo medio oficial de 4,4 l/100 km (dos décimas mejor que el Fiat). Los recorridos del cambio, muy largos, están claramente pensados para lograr esta homologación, por lo que la respuesta (280 Nm a 1.750 rpm) ante la demanda de potencia, dependerá mucho de circular en la marcha adecuada.


A diferencia del anterior 1.7 CDTi, es un motor más suave y refinado en líneas generales y con mejores bajos (lo que no significa que sean extraordinarios). Por norma, el 1.6 CDTi mueve con soltura al Meriva, tanto en ciudad como en carretera (aunque el 1.6 CDTi de 136 cv, 850 euros más costoso, podría ser una mejor opción). En cuanto al consumo, en carretera a 120 km/h moverse alrededor de los 5,5 litros es lo habitual, y mezclando kilómetros urbanos la cifra sube a 6,4 litros, que no es un mal dato.En líneas generales, el nuevo motor diésel es más suave y refinado que el anterior 1.7 CDTi
Dinámicamente es un coche polivalente, utilizable por supuesto para el día a día (maniobra muy bien y la visibilidad desde el puesto de conducción es muy notable) pero también muy correcto para salir a carretera, desenvolviéndose con agilidad y aplomo. Las suspensiones son más firmes de lo que uno puede esperar de este tipo de vehículos y la dirección transmite una sensación elevada de estabilidad y seguridad; de coche más grande, pudiendo trazar las curvas con cierta alegría.

La suspensión es más firme -y se agradece- de lo que se podría esperar en este tipo de vehículo

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