Darmstadt, tan gris como su cielo plomizo, nevada por el duro invierno alemán, con una población de 140.000 habitantes, a 36 kilómetros al suroeste de Frankfurt, es la urbe de Alemania con más ingenieros por metro cuadrado. Más de 30.000 estudian en la Universidad Técnica más cotizada del país europeo más pujante y con más tradición en el mercado del automóvil. Y allí, en Darmstadt, Opel, enfrascado a la velocidad del rayo en un proyecto dinámico y emprendedor basta ver el Insignia y el premiadísimo Astra- para desquitarse de turbios fantasmas recientes, ha presentado el rejuvenecido Corsa 2010, que destaca por sus arreglos en el chasis, una notable reducción de emisiones y de ahorro de combustible, y todo ello sin recortar un ápice sus prestaciones, al contrario; en todos los modelos probados la ganancia de par motor y potencia es una realidad.
El utilitario, producido, al igual que el Meriva, en la planta zaragozana de Figueruelas, tendrá como rivales más directos el Renault Clio y, sobre todo, la sensación de 2009 en este segmento: el brillante Ford Fiesta. Sin precios todavía confirmados por la marca, se calcula que la versión de acceso en el ciclo gasolina (1.0 de tres cilindros que otorgará 65 cv de potencia, con caja de cambio automática Easytronic opcional) no superará los 10.000 euros, muy por debajo de sus dos competidores: 11.800 euros el francés y 12.950 el norteamericano. Además, esta unidad que Opel lanza para ganarse a su público más urbanizado estará exenta del impuesto de matriculación al emitir 117 gr/km, siendo el propulsor gasolina más limpio del segmento.
Y continuando por el camino de la eficiencia ecológica, tuvimos el placer de conducir el producto estrella en este apartado: el EcoFlex 1.3 CDTI, que gracias a un turbocompresor de geometría variable reduce las emisiones de CO2 de 109 gr/km de la versión anterior hasta los 99 gr/km (98 en el modelo de tres puertas) de la nueva, para incrementar en un 27% su potencia (75 cv) y ahorrarte un 10% en combustible (3,7 l/100 km). Un mechero como es este modelo, que se acopla con ímpetu en vías rápidas, que es un bicho que se cuela por cualquier ratonera de la ciudad, fue bastante ruidoso cada vez que superaba las 2.500 vueltas, cuando su motor pierde nervio. A pocas más revoluciones respondía su hermano mayor, el diésel 1.7 CDTI de seis velocidades que entregaba hasta 130 cv de potencia y que ya cumple la Norma Euro 5 (118 gr/km y 4,5 l/100 km) gracias a un optimización del sistema de combustión y a la compresión de la sobrealimentación del turbo.
Ofertado en tres puertas, para los clientes que busquen su cara más coupé, y en cinco, para los compradores más familiares, en el nuevo Corsa nada cambia por fuera, mientras que en el habitáculo de este restyling de la 4ª generación del utilitario nacido en 1982 se han modificado detalles como el color de la consola, ahora más oscura para evitar reflejos molestos a la hora de colocarse ante el volante de tres radios, y un nuevo mando de luces, más ergonómico, idéntico al que se incluyó en la berlina de la marca, el Insignia. Por contra, el limpiaparabrias no cubre la totalidad de la luneta delantera por el lado del conductor y el pedal del embrague es demasiado largo.
Precisamente la política de refinamiento que Opel ha ejecutado en el propio Insignia y en el Astra, ha llevado a los ingenieros a hilar fino su trabajo en el chasis. Notamos una mejora en el tacto de la dirección, gracias a que la fricción de cremallera es más reducida, permitiendo una respuesta inmediata a nuestras exigencias. El paso por curva del Corsa es firme. Tiene buena pisada. Son nuevos los muelles, las barras estabilizadoras y el eje trasero. Todo ello, sumado, es igual a un mejor control y una mayor estabilidad en situaciones críticas. En asfalto mojado y húmedo (la prueba de contacto la realizamos con calzado de invierno) los frenos están bastante acorde con la relación calidad/precio del coche, que sigue siendo la bandera del Corsa.
Antes de que el frío atravesará nuestros huesos en los alrededores del aeropuerto de Frankfurt, probamos el propulsor gasolina 1.4 de 100 caballitos (este mismo motor, menos estrujado, también se ofertará con 87 cv). Asociado a una caja de cambio manual de cinco velocidades, el Corsa 1.4 gana 10 cv, consume 0,6 l/100 km (55) menos y contamina 17 gr/km (129) menos respecto a la versión a la que sucede. En la corta ruta en el que rodamos con él, nos agradó bastante más su comportamiento global que el diésel, aunque el puesto de conducción no terminó de convencernos, algo incómodo en la parte de la banqueta. El motor es bastante elástico y su nuevo doble variador de fase que varía la apertura de la distribución y del escape, para ofrecer una respiración más eficiente, le da cierto chance al coche en las marchas largas. Bajo el nombre de Twinport, los motores de gasolina (1.0, 1.2 y 1.4, con cajas de cambio manual o automatizada Easytronic) ofrecen un consumo combinado de entre 5 y 5,5 litros cada 100 km, y unas emisiones de CO2 de entre 117 y 129 gr de CO2 por km con caja de cambios manual.