fotos de la prueba del Opel Adam S
El Adam más potente de la gama, el Adam S, cuenta con un motor gasolina de 150 CV, unos afinados reglajes en su chasis, un peso pluma y una estética más cañera.
El diseño sobredimensionado del Adam S es una de las grandes bazas de esta declinación deportiva que quiere distinguirse claramente del resto de versiones de la gama Adam.
Gracias a unas vías ensanchadas (1.472 mm. delante y 1.464 mm. detrás), en el Adam S tienen cabida unos neumáticos más grandes de 225/45 con llanta de 18′ y pinzas de freno en color rojo a juego con el color de la carrocería.
Entre los nuevos elementos de su look deportivo, el Adam S destaca por un rotundo alerón posterior en la parte final del techo.
El Adam S, a pesar de los los aditamentos exteriores de esta versión deportiva, sigue destacando por una figura de dimensiones ultracompactas, 3,70 metros de longitud en una carrocería siempre de tres puertas.
El motor 1.4 litros de 150 CV del Adam S, sociado a una transmisión manual de seis velocidades, cuenta con inyección directa de gasolina, turbocompresor y sistema de distribución variable para las válvulas de admisión y escape. Puede acelerar de 0 a 100 km/h en 8,5 segundos y alcanzar los 210 km/h de velocidad máxima.
El interior del Adam S es reconocible como otro Adam más, pero con pequeños elementos de diseño distintivos como paneles en puertas y salpicadero o terminaciones en color rojo en volante, pomo del cambio o palanca del freno de mano.
El Adam S monta de serie unos asientos deportivos tipo baquet, la perla de la corona en un urbano con espíritu racing.
La habitabilidad del Adam no es uno de sus puntos fuertes, y menos en este Adam S, donde el acceso se complica por los asientos deportivos delanteros.
El maletero de 170 litros apenas ofrece espacio para dos pequeñas maletas.