Existe algo especial en la concepción del nuevo Kia Rio, un subcompacto que supera los cuatro metros de longitud y que, tras la evidente evolución que acarrea esta tercera generación, se puede posicionar como una polivalente alternativa familiar dentro del segmento B, donde compite con Ibiza, C3, Polo, Fiesta o Clio, a los que supera ampliamente en algunos apartados, pudiendo despertar (si la crisis lo permite) el interés de las masas como nunca antes lo había hecho desde su nacimiento en el año 2000.
a favor- Imagen de coche moderno– Espacioso y muy cómodo- Equipamiento de segmento superioren contra- Consumo mejorable- Dirección demasiado asistida- Sin S&S con el motor diésel
Copado el mercado de modelos utilitarios, Kia ha querido distinguir a su ‘segmento b’ de más peso (otras opciones más o menos urbanas dentro de la marca coreana son, Picanto, Venga y Soul) con un diseño exterior muy atractivo (ya no sorprende, con las últimas apariciones del compacto Ceed y la berlina Óptima) y una habitabilidad interior que, tanto en la carrocería de tres como en la de cinco puertas, es suficiente para cuatro pasajeros (está homologado para cinco, aunque la plaza central es muy justa por anchura): delante, conductor y acompañante se benefician de unas cotas típicas de compactos; y detrás, sorprende por la altura, dejando espacio para un maletero de 288 litros (923 l con las butacas traseras abatidas), 18 l más que antes.
Como ocurrió hace dos o tres décadas con las marcas japonesas, ahora es el turno de las surcoreanas, firmas Hyundai y Kia que pacientemente han sabido evolucionar con los nuevos patrones de calidad interior y asumir los cánones ergonómicos de los fabricantes europeos, líderes en este terreno. Así, el nuevo Kia Rio recurre a plásticos duros de gran calidad, con piezas muy bien ajustadas y una botonería e instrumentalización por lo general de fácil lectura. Estamos ante la constatación, en definitiva, de subirnos a un coche adaptado a los gustos del cliente europeo, abandonando completamente su anterior estatus de coche ‘low cost’.Con el nuevo Kia Rio estamos ante la constatación de subirnos a un coche adaptado a los gustos del cliente europeo, abandonando completamente su anterior estatus de coche ‘low cost’
Con cualquiera de los nuevos Kia Rio, en tres o cinco puertas, diésel o gasolina, o en sus cuatro niveles de acabado –Basic, Drive, Concept y Emotion-, la mayor laguna de su equipamiento para España es que no se puede instalar el navegador –ni siquiera opcionalmente-, recurriendo para tal fin al mercado de accesorios, como ocurre con las llantas deportivas de 17” o molduras en los bajos de las puertas.
Por lo demás, la dotación en materia de seguridad es abundante desde los niveles de acceso a la gama: seis airbags, control de estabilidad o asistente de ayuda al arranque en pendiente, entre otros. Con nuestra unidad de prueba, correspondiente al acabado superior Emotion, nos encontramos ya con elementos como el control de crucero, luces de LED o los automáticos para luces y limpias, y en el terreno de la decoración, las llantas de 16” o los guarnecidos en piel para el volante y el pomo del cambio. Con descuento, las versiones gasolina del Kia Río arrancan en los 10.108 euros y las variantes diésel en 11.821 €.
YA EN MARCHA
Conduciendo el Kia Rio, unas rápidas conclusiones: primero, la visibilidad trasera queda disminuida por el tamaño de la luneta y el grosor de los pilares C, limitando algunas maniobras por ciudad; dos, hay bastante ruidos aerodinámicos, algo típico en coches de este segmento que suelen ser ligeros (1.164 kg en este caso); y tres, la dirección peca de estar excesivamente asistida, lo que provoca que no haya mucha comunicación con lo que sucede bajo nuestros neumáticos.
Conduciendo el Kia Rio, unas rápidas conclusiones: primero, la visibilidad trasera queda disminuida por el tamaño de la luneta y el grosor de los pilares C, limitando algunas maniobras por ciudad; dos, hay bastante ruidos aerodinámicos, algo típico en coches de este segmento que suelen ser ligeros (1.164 kg en este caso); y tres, la dirección peca de estar excesivamente asistida, lo que provoca que no haya mucha comunicación con lo que sucede bajo nuestros neumáticos.
Por su parte, en el motor turbodiésel 1.4 CRDi de 90 cv encontramos muchas bondades que al final de la prueba superan claramente alguna debilidad, la más increíble es que con esta mecánica –que será la más demandada de la gama- no se puede asociar al Star&Stop (dentro del kit EcoDynamics). Con el cambio manual de seis velocidades, sus registros reales de consumo no fueron especilamente bajos: superó los 6 l/100 km, con unas emisiones de CO2 de 109 g/km (dato homologado).
¿Cómo responde? Se trata de un motor con bastante empuje (220 Nm) a bajo y medio régimen. Estirando, por encima de las 3.500 rpm, su capacidad de recuperación disminuye significativamente. Tampoco son muy sobresaliente su arrancada desde parado (14,2 segundos en el 0 a 100) ni su velocidad punta (172 km/h). Es una mecánica muy agradable, refinada, y que no desprende ningún ruido significativo, si acaso al ralentí en frío.
En general se trata de un coche ágil, que a velocidades crucero aporta muchísimo aplomo, pero que fundamentalmente destaca por lo cómodo que es: el Kia Rio filtra las irregularidades como un vehículo de mayor tamaño, asegurando el confort de los pasajeros que viajan a bordo.Es un coche ágil, aunque su gran virtud es lo cómodo que es