Fotos de la prueba del Infiniti Q50 2.2D
El nuevo Infiniti Q50 ostenta un diseño realmente atractivo, un interior refinado y de lujo con un equipamiento nunca visto, motores muy potentes y de bajo consumo y un precio realmente ajustado son sus grandes bazas para triunfar en el segmento premium contra las berlinas alemanas.
El fabricante japonés de coches de lujo y con un estilo muy personal Infiniti lanza en el mercado español su nueva propuesta para el segmento D de berlinas medias de lujo, el nuevo Q50 que viene a sustituir al ya muy atractivo G37, iniciando una nueva era con su nueva nomenclatura Q, que se empleará en toda la gama.
De inicio, el diseño del frontal está condicionado sin duda por el concept Etherea, en la forma de los faros rasgados, que lo dotan de un rostro agresivo, simétricos a los tarseros también afilados e iluminados por led, así como de la parrilla con doble arco y rejilla de malla de acero tridimensional.
La sinuosa silueta aerodinámica de 4,79 metros de longitud se recoge del Essence, con unas ondulaciones muy llamativas que lo asemejan a un gran coupé. El pilar C y su forma de media luna invertida procede del Essence, aportando al perfil un toque muy dinámico.
Gracias a su largo capó y la cabina retrasada, así como a una línea de cintura elevada y un pilar C que desciende hacia la zaga como si de un gran coupé se tratase (a lo A5 Sportback o Serie 4 Gran Coupé), el Infiniti Q50 consigue una estética más agresiva que la de sus rivales directos, apoyándose en elementos muy característicos como el sutil alerón trasero y la doble salida de escape circular a cada lado del difusor cierran un conjunto.
coeficiente aerodinámico de 0,26 (por los 0,29 del G37).
Algunos de los rasgos de diseño más característicos de este Q50, como los faros delanteros o la rejilla de malla de acero, han sido utilizados por la marca Infiniti en sus últimos concept car, elementos todos ellos que aumenta sus cotas de dinamismo y atractivo exterior.
Si llamativo es por fuera, las cotas de calidad en su interior son muy altas. Por materiales y terminaciones, el Infiniti Q50 es un coche intachable, incluso sorprendente para lo que cuesta. El ambiente en color negro cubre todas las zonas del habitáculo, incluido los paneles de las puertas que están forrados en piel, a juego con los asientos, los delanteros calefactados y con regulaciones eléctricas en el Q50 probado.
El salpicadero alto describe una doble onda separada entre sí por una consola central prominente que incluye un entorno digital (Infiniti InTouch) con dos pantallas, una de 7 pulgadas al estilo Tablet y una superior de 8 pulgadas donde se proyectan diferentes informaciones de info-entretenimiento.
La habitabilidad y el confort interior han sido dos de las premisas también fundamentales, como demuestra el amplio espacio destinado a la fila trasera que goza de unos asientos de gran tamaño y con una inclinación extra muy confortables. El acceso es sumamente cómodo y el espacio general muy generoso, gracias a una distancia entre ejes de nada menos que 2,850 metros que le permite ofrecer un espacio para las rodillas líder en el segmento.
Fruto del acuerdo con Daimler, Infiniti incorpora un nuevo motor similar al que utiliza Mercedes de cuatro cilindros, por primera vez en la gama, de alta potencia y respetuoso con el medioambiente, un 2.2 litros turbodiésel que desarrolla 170 cv de potencia y un par motor de 400 Nm, que logra unos sorprendentes consumos y emisiones de 4,4 litros y 114 gr/km, algo desconocido para la marca japonesa. Se puede combinar con un cambio manual de 6 velocidades, al que corresponden esas cifras, o con un cambio automático de 7 relaciones de funcionamiento suave y muy preciso y se ofrece de serie con sistema Start & Stop.