Nos ponemos al volante de la versión renovada del Honda más futurista y más representativo de toda la gama de la marca japonesa, el Civic, con el que han llegado de forma inminente a conquistar a los automovilistas más jóvenes, amantes de la deportividad ultramoderna. Esta novena generación se convierte a nivel funcional en la mejor de la historia Civic, con un diseño ligeramente evolucionado de la anterior generación hacia el refinamiento, pero con importantes modificaciones en materia de conducción, de eficiencia y de ergonomía, así como unas soluciones interiores que lo conviertan en el más práctico de la categoría.
a favor-Diésel económico y muy prestacional-Acabados interiores de alta calidad-Diseño futurista aunque refinadoen contra-Visibilidad trasera limitada por el diseño-Precio algo inflado en la versión Executive-Imagen menos rompedora y más convencional
Con un diseño evidentemente menos vanguardista y estrambótico que el de su antecesor, que supuso una propuesta muy radical y rompedora, resulta mucho más elegante y distinguido con una aerodinámica aún más elaborada, mayor longitud y anchura y menor altura, lo que sugiere una imagen más aplomada y deportiva, y eso que sólo dispone de carrocería de cinco puertas. El interior además presume de una ergonomía fantástica para los pasajeros en un espacio comedido pero muy bien aprovechado. La conducción también se ha hecho mucho más deportiva que en la anterior generación, con una eficiencia mecánica mucho mayor.
El motor, la joya de la corona
A los mandos de este nuevo Civic lo que más nos llama la atención es su nuevo motor 2.2 i-DTEC, todo un ejemplo de suavidad, bajo consumo (salvando las distancias con su hermano pequeño 1.6 i-DTEC) y muy buenas prestaciones, con una elasticidad sorprendente en el cuentavueltas poco visto en motores diésel, que sin embargo sujeta los consumos en un máximo de 6,5 litros reales y las emisiones de CO2 en sólo 110 gr/km, acelerando como un auténtico misil, sólo 8,5 segundos hasta los 100 km/h, gracias a sus 150 cv de potencia y a sus 350 Nm de par motor entre 2.000 y 2.750 vueltas. De forma muy progresiva alcanza los 217 km/h de velocidad máxima, una velocidad más que respetable para un compacto.Además de sus excelentes prestaciones, el sistema Eco-Assist nos ayuda a conducir de forma eficiente
A los mandos de este nuevo Civic lo que más nos llama la atención es su nuevo motor 2.2 i-DTEC, todo un ejemplo de suavidad, bajo consumo (salvando las distancias con su hermano pequeño 1.6 i-DTEC) y muy buenas prestaciones, con una elasticidad sorprendente en el cuentavueltas poco visto en motores diésel, que sin embargo sujeta los consumos en un máximo de 6,5 litros reales y las emisiones de CO2 en sólo 110 gr/km, acelerando como un auténtico misil, sólo 8,5 segundos hasta los 100 km/h, gracias a sus 150 cv de potencia y a sus 350 Nm de par motor entre 2.000 y 2.750 vueltas. De forma muy progresiva alcanza los 217 km/h de velocidad máxima, una velocidad más que respetable para un compacto.Además de sus excelentes prestaciones, el sistema Eco-Assist nos ayuda a conducir de forma eficiente
Este motor está únicamente asociado a un cambio manual de 6 velocidades que se acompaña de un indicador luminoso en el cuadro (Shift Indicator Light SIL) que indica el momento óptimo de cambio para ahorrar combustible. La sexta velocidad es muy larga para que sirva como desahogo. Estas medidas, el sistema de arranque y parada automáticos Start & Stop de serie con el cambio manual y el sistema de serie Eco-Assist, consiguen que las cifras de emisiones de CO2 se mantengan tan bajas. El sistema Eco-Assist nos ayuda a conducir de forma eficiente y a ahorrar combustible. Mediante un código de colores verde y azul te indica si la conducción es más o menos eficiente. Por otra parte, como continuación al tremendo desarrollo aerodinámico del nuevo Civic, este motor 2.2 i-DTEC se asocia a un sistema de parrilla frontal móvil automáticamente en función de la velocidad, cerrándose parcialmente a alta velocidad para disminuir el rozamiento.
El comportamiento general es exquisito, muy agradable de conducir, gracias a un chasis ligeramente reforzado y a una puesta a punto de la suspensión de tacto algo más deportivo, con sistema McPherson delante y de eje de torsión trasero que permiten una conducción desenvuelta y rápida en terrenos de curvas. La dirección eléctrica ayuda notablemente a esta sensación de rapidez de reacciones y nobleza con un tacto fantástico.El interior del Civic destaca por ofrecer un gran aprovechamiento del espacio, con amplitud para los pasajeros y 477 litros de maletero
Interior elegante y funcional
Una de las cosas que más nos llaman la atención del Honda Civic de nueva generación es el acabado del habitáculo y el buen aprovechamiento del espacio, vanguardista pero menos que en la anterior generación, y más aún en esta versión alta de gama Executive que lleva todo tipo de equipamiento. Cualquiera de los cinco pasajeros viajarán a placer tanto en las plazas delanteras como las traseras, donde se disfruta de gran espacio para las piernas y gran anchura a la altura de los codos, no así altura algo reducida por su diseño, permitiendo además introducir en su maletero nada menos que 477 litros de equipaje.
Una de las cosas que más nos llaman la atención del Honda Civic de nueva generación es el acabado del habitáculo y el buen aprovechamiento del espacio, vanguardista pero menos que en la anterior generación, y más aún en esta versión alta de gama Executive que lleva todo tipo de equipamiento. Cualquiera de los cinco pasajeros viajarán a placer tanto en las plazas delanteras como las traseras, donde se disfruta de gran espacio para las piernas y gran anchura a la altura de los codos, no así altura algo reducida por su diseño, permitiendo además introducir en su maletero nada menos que 477 litros de equipaje.
Como en el anterior Civic, nos llama la atención el espacio que dejan las banquetas posteriores cuando se levantan hacia el respaldo, dejando un hueco tremendo para transportar objetos de gran tamaño en el suelo de la fila trasera. Asimismo, se puede abatir los respaldos de esta fila sobre las banquetas, que al hundirse ligeramente dejan un espacio casi diáfano de carga.
En cuanto a las terminaciones interiores nos sigue impresionando con el cuadro de mandos en dos niveles, con la velocidad en digital en el cuadro superior y el cuentavueltas analógico en el reloj central inferior, flanqueado por el nivel de carburante y la temperatura del refrigerante. Presenta además algunos cambios respecto a su antecesor para mejorar las sensaciones de conducción, como el desplazamiento del freno de mano al lado del acompañante, la introducción de un volante más grueso o el desplazamiento del climatizador a la consola central. En el cuadro superior ha introducido una nueva pantalla central a color desde donde se manejan todos los sistemas de confort.
El diseño exterior continúa siendo innovador, como en la anterior generación, aunque prescindiendo con la estridencia y los ultramodernos rasgos de aquel, al que por otra parte ya nos habíamos acostumbrado. Con unas proporciones similares, presenta una carrocería más estilizada de líneas más fluidas y suaves, con los pasos de rueda muy marcados y rematados con un plástico en color negro. Las ópticas delanteras y traseras eliminan el encapsulado transparente para mostrar faros más convencionales e individuales más prominentes. La parrilla ahora es independiente, está realizada en material cromado y cierra sus lamas automáticamente en marcha para lograr una mejor aerodinámica. La vista general es muy atractiva, aunque quizás los nuevos faros sean algo menos estéticos que los de su antecesor.
Nos echa un poco para atrás de este Civic 2.2 i-DTEC de 150 cv el precio que encontramos algo disparado rozando peligrosamente los 30.000 euros, elevándolo a la élite del segmento y, aunque es cierto que por tacto y presencia lo merece, parece demasiado para un modelo de una marca japonesa, quizás más desconocida para el público general que sus rivales europeos más comerciales. Encontramos más en la línea de la lógica la versión diésel pequeña de 1.6 i-DTEC que se sitúa en el entorno de los 20.000 euros y compite con más argumentos frente a la competencia.