Fiat no es una de las marcas que más vende en España básicamente porque en su gama faltan tanto una berlina medio-alta como modelos del segmento compacto y utilitario de última generación; pero en otras categorías de menor volumen de ventas ya es líder. Lo es desde hace tiempo en el de los urbanos con su querido 500, y desde este año ha comenzado liderando el de los monovolúmenes grandes con el Freemont, superando a los prestigiosos VW Sharan o Seat Alhambra, así como a los pioneros del segmento, el Renault Espace y el Voyager (antes Chrysler y ahora en el propio Grupo Fiat: Lancia).
a favor-Excelente relación precio/producto-Imagen imponente y original-Buen comportamiento dinámicoen contra-Maletero menor que el de sus rivales-Cambio automático veterano
La gama de este monovolumen de 4,88 metros y 7 plazas parte de los 24.100 € (19.600 € con plan PIVE y financiación de la marca), por lo que resulta una de las más competitivas. Pero desde hace algo menos de un año las opciones del Freemont se han enriquecido con la llegada de la versión de tracción a las cuatro ruedas AWD. Ya la estética del Freemont de tracción delantera es bastante peculiar y exclusiva por su robustez y originalidad, pero ahora, con esta versión AWD, se incrementa esa diferenciación, de modo que nuestro protagonista de hoy puede ser considerado tanto un monovolumen como una seria alternativa a un SUV de gran tamaño.
Probamos el Fiat Freemont AWD 2.0 Multijet 170 cv automático con el acabado Lounge, el más alto de la gama, un coche cuyo precio se sitúa en 31.700 € con los descuentos promocionales actuales (28.700 € si nos podemos acoger al Plan Pive y a la financiación de Fiat). Es por tanto una de las mejores opciones, por no decir la mejor, para quien necesite un vehículo de gran tamaño con habitáculo para siete pasajeros y tracción integral. Está claro que no es un todoterreno puro, pero sí un vehículo apto para transitar por caminos embarrados o zonas de nieve. De hecho, como podéis ver en la última foto de nuestra galería, éste fue el coche que utilizaron el mes pasado Fernando Alonso y Felipe Massa durante la presentación de Ferrari en la estación de esquí de Madonna di Campiglio (Italia).
La carrocería de 4,88 metros de longitud y 1,88 metros de anchura del Fiat Freemont desconcierta un poco. Normalmente los monovolumenes tienen un corto capó bien inclinado, mientras que el Freemont lo tiene largo y prácticamente horizonal. Si a ello le sumamos que el spoiler delantero cuenta con un protector de bajos, que los pasos de rueda son bastante abultados, y que tiene una altura considerable (tanto en distancia libre al suelo como en altura total: 1,74 metros), vemos como la mayoría de la gente que lo ve piensa que es un SUV, independientemente de si se trata de esta versión AWD o una de simple tracción delantera. Las enormes llantas de aleación, que en este acabado Lounge son de 19 pulgadas, contribuyen a completar esta imagen tan contundente.La mayoría lo confundirá con un SUV, aunque esté considerado como un monovolumen
En el interior de nuestra unidad de pruebas nos encontramos con todos los lujos de un vehículo de gama alta, pues incluye como dotación estándar la tapicería de cuero en los siete asientos, una gran pantalla de 8,4 pulgadas con navegador y cámara trasera, arranque mediante botón, climatizador trizona, etc. El habitáculo evidentemente es espacioso, aunque el aprovechamiento interior está superado por algunos de sus rivales. Las dos plazas de la tercera fila, como era de esperar, son sólo aptas para niños o adultos de tallas pequeñas; mientras que el maletero tiene una capacidad de 145 litros (con 7 plazas), 540 litros (con 5 plazas) o 1.461 litros (con 2 plazas), unas cifras algo menores que en la mayoría de sus rivales. Sin embargo las dos plazas delanteras son amplias y comodísimas, mientras que en las dos de los extremos de la fila intermedia encontramos una gran comodidad con sus asientos de respaldos reclinables. Además, nuestra unidad de pruebas llevaba el vídeo del techo para hacer más ameno el viaje, un extra que cuesta 995 euros.
Mecánicamente el Freemont AWD está obligatoriamente asociado al motor dos litros diésel de Fiat Powertrain -en su evolución de 170 cv– y al cambio de marchas automático de 6 velocidades. Se trata de una mecánica suficiente para este modelo, que al llevar la tracción integral incrementa su peso hasta las dos toneladas. Sus cifras de prestaciones son de 11,1 segundos en aceleración de 0 a 100 km/h y 184 km/h de velocidad máxima. En la práctica hay que decir que la respuesta mecánica del Freemont AWD es bastante buena, obteniendo de él una fuerza más que suficiente para circular con agilidad. Además dicha agilidad se combina con unos consumos bastante contenidos, pues declara 7,3 l/100 km de media (gasta casi un litro más que la versión de tracción delantera y cambio manual).La única versión 4×4 del Freemont va obligatoriamente asociada al cambio automático y al motor diésel de 170 cv
Al volante del Freemont podemos ir situados en una postura bastante baja, similar a la de un turismo, si bien los amplios reglajes del asiento también permiten una posición más elevada. Arrancamos mediante botón y enseguida nos damos cuenta del notable refinamiento de la mecánica, que además de tener un buen empuje lo hace de forma suave y con escasos niveles de ruido y vibraciones. La caja de cambios automática es algo veterana, y si bien cumple su misión para un coche de carácter tranquilo –es suave y de uso agradable- no es tan rápida como las más modernas que hemos probado ni puede llevar levas en el volante para un uso “secuencial”. Sí permite cambiar de forma manual, pero situando la palanca en una incómoda situación muy retrasada y con toques poco intuitivos (a la izquierda y a la derecha; en lugar de hacia delante o hacia atrás). No obstante, como decíamos, para el tipo de conducción que requiere un vehículo tan familiar como éste, podemos decir que el conjunto motor-cambio cumple con una buena nota.
A nivel de chasis el comportamiento del Freemont AWD es sobresaliente, quizá ayudado por los grandes neumáticos 225/55 R19 (de serie con este nivel de acabados). Además de resultar cómodo afronta las curvas casi como un turismo, sin las oscilaciones de carrocería propias de algunos todoterrenos o monovolúmenes. Sí nos transmite una sensación de coche grande y pesado, como es lógico, por lo que las curvas cerradas deberán ser tomadas con tranquilidad; pero pisa muy buen sobre el asfalto, inspirando confianza al conductor y sin presentar más inercias de las lógicas por su tamaño y peso. Sin duda, frente a sus hipotéticos rivales, el Fiat Freemont se sitúa muy bien en este apartado. Por lo que se refiere a la tracción integral, el conductor prácticamente ni se entera de que la lleva, ya que no dispone de ningún tipo de mando en el salpicadero. En condiciones normales el coche se comporta igual que los de tracción delantera, y cuando el sistema AWD percibe pérdidas de tracción en el tren delantero envía automáticamente par al tren trasero en la proporción que la centralita considere oportuno.
En definitiva, un peculiar vehículo a mitad de camino entre un SUV y un monovolumen que, en esta versión 4×4, permite un plus de capacidad en terrenos difíciles como la nieve o los caminos de tierra. Además, disponer de un vehículo de semejante presencia, con un equipamiento tan elevado, y con siete plazas, por poco más de 30.000 euros, no es muy frecuente. Quizá por ello es por lo que Fiat está registrando un gran éxito de ventas con este modelo.