Y es que está demostrado que con el bioetanol se reducen las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y se evita por tanto el efecto invernadero que contribuye al calentamiento del planeta; pues se trata de una energía sostenible y renovable que tiene como principales materias primas la remolacha, el trigo o el maíz. Y no sólo los beneficios para el medio ambiente son ese 5% (en el caso de Citroen) de reducción de emisiones, sino que el ciclo completo de la producción del biocombustible es un 40% menos contaminante que la elaboración del petróleo; es la ganancia que los expertos consideran como emisiones del pozo a la rueda o del campo al escape.
Para adecuar un coche convencional al uso de este carburante vegetal no son necesarias complicadas modificaciones. Por ejemplo, este Citroën C4 Bioflex cambia en cuanto a mecánica interna únicamente en los segmentos y asientos de válvulas; y luego todo lo que afecta a la circulación del carburante: depósito, sistemas de aforo y bombeo, canalizaciones y filtro. Además, para estos primeros tiempos en los que según países resulta difícil encontrar surtidores con bioetanol, estos coches pueden funcionar perfectamente con la gasolina sin plomo95, siendo en ese momento las prestaciones y el rendimiento prácticamente idénticas a las del motor de gasolina.