Mejor rendimiento
BMW acaba de poner a la venta el X3 modelo 2008. No hay cambios muy reseñables, ni tampoco se diferencia exteriormente, pero destacan dos aspectos: la sustitución del motor más demandado, el 2.0d de 150 cv por el nuevo 2.0d de 177 cv -que ya llevaba el 120d y que de paso se monta también en los 320d y 520d (estas berlinas utilizaban hasta ahora la evolución de 163 cv)- y la introducción de pequeñas mejoras para todas las mecánicas encaminadas a lograr un descenso de consumo y de emisiones. Por último se presentan algunos elementos de equipamiento más completos.
El X3 cuatro cilindros diésel ha mejorado significativamente, y eso que el precio sólo se ha incrementado en 500 euros: ahora cuesta 39.900 euros. Decimos sólo porque, para una marca prestacional como BMW, que otros rivales le hubiesen superado en potencia -como el Land Rover Freelander o el Toyota RAV4 en sus versiones homólogas- no debía sentarle muy bien. Pero ahora, con el motor de 177 cv y 350 Nm, aunque sólo llega a igualar la cifra del Toyota y supera por 17 cv al Freelander, en la práctica logra unas prestaciones de consumo y prestaciones mucho mejores, sobre todo comparadas con las del Freelander Td4.
La cifra de aceleración de 0 a 100 km/h baja nada menos que 1,3 segundos, fijándose ahora en 8,9 segundos, una marca sobresaliente para un coche de este tipo. Pero más mérito tiene todavía mejorar tanto la aceleración disminuyendo a la vez consumo y emisiones, dejando la cifra de gasto medio de gasoil en 6,5 l/100 km (antes 7,2 l/100 km) y la de emisiones de C02 en 172 g/km (antes 191 g/km). El secreto son los inyectores piezoeléctricos -que trabajan a una presión de 1.800 bar- del sistema common rail de tercera generación.
Resulta curioso examinar los resultados del programa “BMW Efficient Dynamics”, introducido ahora en la gama 2008 del X3. Se trata de montar unos neumáticos con menor resistencia a la rodadura, una aerodinámica mejorada en el recubrimiento de los bajos, un diferencial optimizado y unos órganos periféricos del motor (bomba de dirección asistida, bomba de agua…) que logran una fricción mínima y por tanto menor esfuerzo para el motor; lo que se traduce en menor consumo. Si en el 2.0d no podemos comparar el resultado de estos elementos porque cambia el motor, en el resto de la gama sí podemos comprobarlo, pues no cambia la mecánica: el X3 3.0si y el X3 2.5si bajan un 6% el consumo y el X3 3.0sd un 11%.
Finalmente, decir que un interesante elemento de seguridad se ha introducido también de serie: el sistema de reposacabezas activos. La caja de cambios automática opcional (2.500 euros) es nueva y de funcionamiento más dinámico y se presentan nuevos paquetes de iluminación y más colores de carrocería. En definitiva, varias mejoras que, sobre todo en el caso del X3 2.0d, hacen que el todoterreno de BMW tenga una mejor relación calidad-precio.