Habla Bentley en su comunicado oficial de “dramatic car” en referencia a la espectacularidad de su primer SUV, el EXP 9 F, pero tras el revuelo y la controversia que ha levantado no sería un exceso traducir literalmente aquella expresión: ‘un coche dramático’, discutible cuanto menos.
Presentado estos días en el Salón de Ginebra, el último prototipo de Bentley adopta el ADN de los ‘Gran Turismo’ más célebres de la marca, como el Continental o el Mulsanne, pero con proporciones de Audi Q7 y filosofía de un Porsche Cayenne, otro SUV grande de lujo que nació como ‘un bicho raro’ dentro de una franquicia, Porsche, especializada históricamente en ensamblar coches deportivos.El último prototipo de Bentley adopta el ADN de los ‘Gran Turismo’ más célebres de la marca
El Bentley EXP 9 F mide cinco metros de longitud, y de su exterior llaman poderosamente la atención algunos detalles como por ejemplo, unas salvajes llantas multirradio de 23 pulgadas, o unos grupos ópticos delanteros de asistencia a los principales –ambos, en disposición circular- que tienen la doble función de albergar los diodos de LED para el alumbrado diurno y también las salidas de refrigeración del motor. Si la delantera, con la prominente parrilla delantera ‘made in Bentley’ es muy reconocible ya en otros modelos de la marca, en la zaga cuesta más acostumbrarse a unas ópticas de clara influencia Audi-VW, grupo al que pertenece Bentley desde 1998.
Ya en su habitáculo, el lujo –lujo de verdad- cubre hasta el último rincón, con aplicación de cuero integral en dos tonos en asientos, y también en los paneles de las puertas, donde aparecen las primeras inserciones en madera, que se extienden de manera más perceptible sobre el frontal del salpicadero, en la consola central o en el propio volante.
La configuración del interior es de 4+1, es decir, cuatro grandes butacas, las dos traseras regulables longitudinalmente para jugar con el espacio del maletero, y una más, la central posterior, de pequeñas dimensiones, para un niño en ocasiones puntuales. En la obsesión por aprovechar hasta el último centímetro, debajo de esta plaza central se incluye un mini-bar. Por otro lado, el conductor se beneficiará de un cuadro de mandos con dos grandes esferas analógicas y una pantalla de TFT –otra más, en la parte central del salpicadero- en la que se podrán controlar íntegramente todas las funciones del coche.Detalles de berlina de gran lujo, como un minibar bajo el asiento central trasero
Mecánicamente, a este concept car le han ‘incrustado’ un motor de los de la vieja escuela -¿qué es eso del downsizing?- fabricado originalmente por Audi: un 6.0 de doce cilindros en V biturbo, ya adaptado en otros modelos de Bentley, que otorga 610 cv de potencia y 800 Nm de par motor. Además, para controlar esta descomunal fuerza, dos aliados más: tracción integral y cambio automático de ocho velocidades.En el comunicado se deja la puerta abierta a una posible motorización híbrida enchufable