VW Polo GT TDI 130cv

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RAPIDO Y ECONOMICO PERO NO DEPORTIVO

El grupo Volkswagen confía plenamente en las posibilidades del motor TDI de 130 cv, como lo demuestra el hecho de que tanto el Fabia, como el Ibiza o el Polo que nos ocupa, ofrezcan versiones puestas a punto desde una óptica más o menos deportiva y equipadas con este propulsor. Entre ellos el Polo es el más refinado, cediendo un poco de terreno desde el punto de vista del comportamiento.
p>   Los tres modelos utilizan la misma mecánica, incluyendo el cambio de seis velocidades, y el mismo bastidor aunque cada uno cuenta con una puesta a punto específica que marca su carácter y comportamiento. Sin entrar en detalles de los otros dos, el Polo es el más cómodo por suspensiones y el mejor acabado. En cuanto a prestaciones no flaquea y por comportamiento puede que adolezca de la firmeza del Ibiza FR, pero la ventaja en términos de comodidad en el día a día favorecería netamente al VW.
p>El diseño interior tiene una calidad superior a la media de la categoría y gran practicidad. Los detalles específicos de esta versión satisfarán la ‘vena deportiva’ de su propietario sin resultar excesivos, así por ejemplo los asientos deportivos sujetan con eficacia el cuerpo pero no estorban al entrar o salir del coche; del mismo modo pero en otro sentido las inserciones de aluminio dejan claro que se trata de un modelo con fuerte carácter pero no recargan innecesariamente un salpicadero que ante todo es funcional.
p>La sensación que deja es la de tratarse de un pequeño utilitario con carácter, pero que no descuida la imagen ni la atención a los ocupantes. Un modelo maduro a pesar de su potencia, bastante discreto estéticamente y con un precio más elevado que sus competidores, a los que no aventaja en equipamiento, pero sí en acabados.
Carlos Lera, Autocity
7 de Febrero de 2005

Interior

INTERIOR

El ruido del motor llega bastante atenuado en caliente gracias a una insonorización eficaz de la mecánica, pero los bajos no deben estar tan protegidos porque el rumor de la rodadura y las salpicaduras en días de lluvia se cuelan con nitidez en el habitáculo. Salvo por este detalle, es intachable en cuanto a comodidad. Los asientos sujetan y son cómodos al mismo tiempo, son bonitos y su tapizado es muy resistente sin resultar en absoluto vasto de apariencia.
Los detalles que lo diferencian de otros Polo son muy comedidos, logrando una discreción bien pensada teniendo en cuenta que para el público más ‘racing’ ya hay otras dos marcas que ofrecen un producto básicamente similar, Seat y Skoda. Básicamente se distingue por los asientos, el volante (muy bonito y de excelente tacto), el pomo de cambio y el tirador del freno de estacionamiento acabados en cuero, el marco de los relojes cromado y los listones símil aluminio que recorren el salpicadero y los paneles de las puertas. En el exterior las llantas de aleación Montreal II también son específicas, las molduras laterales están pintadas en el color de la carrocería y tiene un pequeño deflector aerodinámico sobre la luneta trasera. En la parrilla delantera luce un logo con sus siglas, en la más pura tradición de las versiones deportivas de Volkswagen: ‘GT’.
El equipamiento de serie incluye el sencillo climatizador Climatic, cierre con mando a distancia, elevalunas eléctricos delanteros (el GT también está disponible con carrocería de cinco puertas), faros delanteros antiniebla y display multifunción en la instrumentación. Cuenta con airbag frontales y laterales, pudiendo incorporarse opcionalmente airbags laterales de cabeza (650 €, muy caro) y desconexión del airbag frontal del acompañante (40 €), para colocar una silla de bebé.

Comportamiento

COMPORTAMIENTO

El funcionamiento del 1.9 TDI de 130 caballos sigue siendo competitivo a pesar de los años entre los modernos turbodiesel por su equilibrio entre empuje y suavidad, aunque un poco más lo primero que lo segundo. Es potente, tira desde muy abajo sin titubeos, y aunque el enorme par desde bajo régimen (310 Nm desde tan solo 1.900 revoluciones por minuto) hace que si se pisa a fondo responda con cierta brusquedad, tratando el acelerador con el debido respeto el funcionamiento es agradable.
p>La caja de cambios de seis velocidades está bien escalonada, con las dos últimas tirando a largas para favorecer un ritmo desahogado en carretera mientras que las cuatro primeras marchas no dejan caer demasiado de vueltas el motor. Son por tanto ideales para ‘jugar’ con ellas en carreteras viradas, y gracias al empuje del propulsor se puede circular en relaciones largas sin pisar mucho el acelerador, favoreciendo un consumo muy parco de gasóleo teniendo en cuenta las prestaciones que es capaz de desarrollar. En nuestra prueba resultó un gasto de 6,3 litros cada 100 kilómetros y el fabricante homologa un consumo mixto de 5 litros justos que considero bastante optimista.
Supera los 200 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 9,3 segundos según el fabricante, cifras destacables que no suponen problemas de estabilidad. El comportamiento es siempre muy noble y bastante neutro, más dócil que el Ibiza FR y, aunque algo menos ágil en carreteras de ritmo lento o moderado que este, al mismo tiempo es más relajado de conducir en autopista.

Los amortiguadores son más firmes, los muelles más rígidos que en otros Polo y reducen la altura de la carrocería 15 milímetros respecto al suelo. La dirección es correcta y las suspensiones no rebotan más de la cuenta teniendo en cuenta que el eje trasero es semi-independiente. Los neumáticos 205/45 en llantas de 16 pulgadas están bien dimensionados para las prestaciones del coche (también son de serie en la versión GT con motor gasolina de 75 caballos un poco exageradas, digo yo), a parte de ofrecer una imagen estética estupenda.

El pedal de freno tiene un recorrido largo y es un poco esponjoso. Las deceleraciones son correctas, pero cabría esperar una respuesta más inmediata y firme desde un punto de vista deportivo. También debería revisarse la firmeza de los amortiguadores a fin de evitar que se comprima demasiado el tren delantero en fuertes deceleraciones. Hablamos desde un punto de vista deportivo, porque si tenemos en cuenta su faceta de utilitario agradable para todos los días tanto suspensiones como frenos cuenta con un comportamiento idóneo, un tarado ligeramente firme, pero sin dejar de lado el agrado para todos los públicos pues no es seco en ningún caso. Por supuesto, como es obligado cuenta con ABS de serie, pero el importante ESP hay que pagarlo aparte (420 €).

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