Polo TDi 100 Highline

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EXCELENTE Y PRACTICO PERO CARO

El nuevo Volkswagen Polo eleva la categoría del utilitario alemán hasta cotas de calidad propias de segmentos superiores. El tacto de todos los elementos trasmite solidez y el equipamiento es muy amplio. Lleno de detalles prácticos, su interior nos ha parecido uno de los mejor resueltos de la categoría, tanto por espacio como por la sensación ‘subjetiva’ de amplitud que trasmite el alejado nacimiento del parabrisas.
La versión 1.9 TDi es la más potente de la gama disponible inicialmente, y rinde 100 caballos generosos en elasticidad pero parcos en consumo. Es el mejor motor diesel que se puede encontrar con potencia similar y convierte a un coche de su tamaño y peso en un pequeño deportivo. Tiene eso sí dos inconvenientes: el ruido en frío y las vibraciones y cierta brusquedad en la respuesta al acelerador.

El precio a pagar por tan estimulante mezcolanza de virtudes es el más alto de la categoría: 15.860 euros (2.638.882 pesetas), aunque se justifica en parte por la calidad, la novedad y el buen equipamiento de serie.
Carlos Lera, Autocity
14 de Febrero de 2002

Espacio y practicidad

ESPACIO Y PRACTICIDAD

Las dimensiones exteriores del Polo se corresponden con un tamaño interior amplio y cómodo. Parece pequeño, pero no lo es tanto. Se trata de un acertado efecto óptico logrado gracias a los pequeños voladizos y la línea adelantada del pilar A, o marco del parabrisas.
En comparación con el Peugeot 206 resulta más largo y alto, pero más estrecho. Son seis centímetros de ventaja en longitud para todo menos para aparcar y casi cuatro de altura. En anchura se puede decir que hay un empate técnico, pues los dos milímetros de más del 206 no suponen una diferencia real. La distribución del espacio está muy equilibrada y ofrece excelente habitabilidad sin sacrificar un maletero de volumen medio dentro de la categoría, 250 litros.

Los asientos delanteros poseen un diseño muy logrado, mostrándose cómodos, aptos para viajes largos por el buen apoyo lumbar (no regulable) y adaptable el del conductor en altura, lo que combinado con el volante ajustable en distancia e inclinación permiten configurar un puesto de conducción a la medida. Las plazas traseras son cómodas para dos personas y aceptables para tres, destacando por espacio para las piernas y altura para las cabezas más elevadas.

Equipado y caro

EQUIPADO Y CARO

Sin estar plenamente justificada la diferencia de precio frente a algunos competidores, los 15.860 euros que cuesta el Polo TDi se fundamentan en unos acabados superiores, una imagen de prestigio y un buen equipamiento, aunque no el mejor. De serie se ofrecen las medidas de seguridad más completas, con cuatro airbags (frontales y laterales para las plazas delanteras), ABS y control de tracción.
El ESP, aunque opcional, está disponible por 570 , un precio bastante razonable y que a falta de que lleguen los nuevos Ibiza y Fiesta es exclusiva en la categoría. También bajo pedido se puede acceder al airbag de pasajero desconectable, una medida importante para quienes transiten con silla de niño en el asiento derecho.

La comodidad está muy cuidada y al igual que en seguridad se encuentra entre los mejores de la categoría, salvo por la ausencia del equipo de sonido que sí incluye el Peugeot 206 HDi, su más directo rival. Cuenta con climatizador y aire acondicionado, elevalunas eléctricos secuenciales, cierre centralizado con mando a distancia multifunción y multitud de huecos para todo tipo de objetos, desde cajones bajo los dos asientos delanteros hasta un bolsillo en el lateral del asiento del acompañante. En la butaca trasera se incluye un apoyabrazos escamoteable que alberga una pequeña guantera, algo que si no me falla la memoria no he visto en ningún utilitario.
Tres portabebidas pero un solo cenicero (central delantero) componen la dotación más ‘lúdica’. Por último se echa en falta por el precio del Polo el ordenador de viaje de serie, otro componente del que también dispone su rival de Peugeot.

Motor

MOTOR

Partiendo del mismo bloque de 1.896 centímetros cúbicos Volkswagen ofrece diversas posibilidades que cubren un espectro inusitadamente amplio de expectativas. Sin turbo, el algo desfasado SDi de 64 caballos tiene los días contados por la llegada del 1.4 TDi, que le supera en todo; mientras que con la ayuda del turbocompresor contamos con potencias de 90, 100, 110, 130 y hasta 150 cv.
El propulsor tope de gama del Polo es el de 100 cv., evolución lógica del 90 cv. y que presenta importantes mejoras de funcionamiento respecto a este como un menor ruido, vibraciones más bajas y consumo aún mas reducido gracias a la tecnología exclusiva de alimentación por conjuntos inyector-bomba integrados.

Ofrece una respuesta propia de mayores cifras de potencia, con una elasticidad inigualada por la competencia a bajo y medio régimen y un consumo ‘de risa’ por mucho que se pise el acelerador. Como contrapartida, a pesar de haber mejorado notablemente respecto a la versión de 90 cv., sigue siendo más ruidoso que el HDi de Peugeot-Citroën, aunque el trabajo de insonorización realizado en torno al vano motor del nuevo Polo es excelente.
Es uno de los motores turbo capaces de empujar desde más abajo, y sin ni siquiera llegar a las 1.500 revoluciones por minuto consigue responder con bastante prontitud al acelerador, demostrando que se ha superado el tiempo muerto de respuesta de la turbina, que sigue siendo talón de Aquiles para muchos competidores. La cifra de par se encuentra en 1.800 rpm. y ahí alcanza 240 Newton / metro.
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