Polo 1.2 65cv 5p

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SE RENUEVA EL UTILITARIO MAS COMPLETO

El Polo de hoy es el Golf de hace diez años. El modelo crece con las exigencias del público y hoy se nos presenta más cerca de ser aspirante al segmento C. ¿Será así el Lupo dentro de una década?

Y pasan los años y quedan los nombres… Llegamos a la cuarta generación del Volkswagen Polo (sexta si contamos los restylings), dispuesta a todo, incluso a desbancar a su hermano mayor, el Golf. El aumento de cotas de la carrocería (casi 16 cm más largo, casi 5 cm más alto, casi 2 cm más ancho) ha venido de la mano con mayores niveles de equipamiento y un mayor aporte tecnológico, acorde a lo que viene demandando el mercado.
El nuevo Polo sigue la senda de producciones millonarias que ya han registrado otros modelos de la marca de Wolfsburg: la experiencia adquirida con los más de 7 millones de Polo vendidos hasta la fecha desde su lanzamiento en 1977 será el mejor respaldo para cumplir, en el primer año de vida del nuevo modelo, la previsión de 450.000 unidades que se han marcado en Volkswagen.
16 de abril de 2002

Conducción

CONDUCCION – MARCADAMENTE ALEMAN

A pesar de ser nuevo, el Polo nos va a sugerir un marcado aire de familia con sólo verlo. Líneas limpias, sin estridencias, fuertemente conservadoras del estilo sobrio Volkswagen que nos recordarán claramente al Lupo, especialmente en el frontal con dobles ópticas circulares, y al Golf -cómo no- en la trasera. Tanta asepsia continúa en el interior, en el que el salpicadero, salpicado de huecos portaobjetos, renuncia a cualquier floritura en pro de una practicidad máxima. La comodidad ha subido muchos enteros en las plazas traseras, aunque no ha sucedido lo mismo con el maletero, que a nuestro parecer podría haber crecido más; eso sí, el espacio de carga es limpio, sin aristas y muy aprovechable.

En cuanto al comportamiento del Polo, no nos viene a descubrir nada nuevo con respecto a la noble tradición de la marca. A pesar de que la versión probada se encuentra en el tramo modesto de la gama, su capacidad, sólo mermada por las gomas de 165 mm, para enlazar curvas rápidas o ratonear por la ciudad con igual dignidad confirmará lo que ya sabíamos: pocos bastidores alcanzan el nivel de los de Volkswagen. Como única objeción, se hubiera agradecido un tacto algo más recio de las suspensiones, que dejan balancear demasiado la carrocería en algunas ocasiones.
El propulsor es, en este caso, un 1.2 de nueva creación con culata de 16 válvulas y una potencia de 65 CV. Sus argumentos no son las prestaciones, está claro, sino su suavidad de funcionamiento y sus consumos aceptablemente contenidos.

Ser la versión básica no significa ser pobre en equipamiento, siempre que se esté dispuesto a darse un buen paseo por la lista de opciones. Si a ello unimos que el precio de base está rozando los 12.000 E, veremos que el Polo sigue siendo un Volkswagen en todos los aspectos.

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