El sistema de alumbrado
Importante para la seguridad activa
Cuando pensamos en la seguridad activa de nuestro vehículo nos vienen   a la cabeza infinidad de siglas: ABS, ASR, TCS, …, que siempre relacionamos   con sofisticados desarrollos electrónicos a los cuales atribuimos capacidades   casi ilimitadas para permitirnos controlar nuestro vehículo, supuestamente,   incluso en las situaciones más comprometidas, y sin embargo pasamos   por alto elementos o sistemas cuya contribución a la seguridad   es tan evidente como el alumbrado del vehículo. 
En anteriores artículos sobre Seguridad Vial hemos hablado ya de algunos   sistemas de seguridad, como el   reposa-cabezas o el   cinturón de seguridad, que pese a su antigüedad continúan   siendo poco o mal utilizados por los usuarios del automóvil. Lo mismo   ocurre con el alumbrado de los vehículos, que no sólo   es frecuentemente mal utilizado sino que incluso no es considerado,   por muchos usuarios, como un sistema de seguridad.
 Así, por ejemplo, sorprende ver gran cantidad de vehículos, tanto   en nuestras carreteras como en nuestras ciudades, que circulan únicamente   con el alumbrado de posición encendido tanto al amanecer como   al anochecer, contraviniendo con ello las normas de tráfico que todo   conductor debería conocer y, lo que es todavía más grave,   poniendo en peligro su vida y la de otros usuarios de la vía.
 Parece evidente que nadie desea arriesgar su vida por un insignificante ahorro   de combustible o de bombillas, es decir, que hemos de suponer que todos aquellos   conductores que circulan sin alumbrado o utilizando únicamente el alumbrado   de posición en el orto, en el ocaso, o en condiciones de baja luminosidad,   como cuando el cielo está muy cubierto, llueve intensamente o existen   nubes de polvo, humo o niebla, lo hacen porque consideran que al no ser noche   cerrada la luminosidad es demasiado buena como para requerir la utilización   del alumbrado de cruce o de corto alcance, es decir, porque consideran que con   la luminosidad existente en ese momento ellos ven suficientemente bien,   y probablemente esa percepción sea correcta, pero pasan por alto que   la finalidad del alumbrado del vehículo no es únicamente iluminar   la calzada para ver mejor, sino que también sirve   para que nos vean mejor, lo cual se logra creando un   mejor contraste de nuestro vehículo con el entorno, y esto difícilmente   se consigue con la débil intensidad del alumbrado de posición,   sino que es necesario conectar el alumbrado de cruce.
 No obstante, la mejora del contraste de nuestro vehículo a través   de la utilización del alumbrado debe realizarse teniendo también   en cuenta que no debemos producir deslumbramiento de otros usuarios   de la vía, como ocurriría si utilizásemos incorrectamente   el alumbrado de niebla durante la circulación nocturna y con   condiciones de visibilidad normales. Como recoge el Reglamento General de Circulación,   solamente puede encenderse la luz posterior de niebla cuando las condiciones   meteorológicas o ambientales sean especialmente desfavorables, como en   caso de niebla espesa, caída de lluvia intensa, fuerte nevada o nubes   densas de polvo o humo. Tan pronto como las condiciones desfavorables   hayan cesado deberemos desconectar las lunes antiniebla traseras,   pues el empleo de éstas en condiciones normales, lejos de indicar con   mayor claridad la presencia de nuestro vehículo, sólo puede provocar   deslumbramiento y molestias visuales a los conductores de los vehículos   que nos siguen, así como que nuestras luces de freno queden enmascaradas   por los potentes antinieblas y, de este modo, corramos un alto riesgo de sufrir   una colisión por alcance.
Por su reciente difusión merecen un comentario especial   los sistemas de alumbrado basados en lámparas de xenón,   que distinguimos de las lámparas halógenas tradicionales por su   fuerte intensidad luminosa y por su característica tonalidad   blanco-azulada. La particularidad de estas lámparas es que no   poseen filamento, sino que la luz se genera en un arco voltaico que   se hace saltar entre dos electrodos inmersos en una atmósfera inerte   de gas xenon. Sus principales ventajas son su pequeño tamaño,   su bajo consumo derivado principalmente de su reducida emisión infrarroja   o calórica, su elevado flujo luminoso y su duración (no   existe ningún filamento que se funda). Precisamente esta elevada   luminosidad hace necesario un ajuste continuo y automático   de la altura de los proyectores, para evitar deslumbramientos.
 Algunos estudios sobre el alcance visual logrado con este tipo de lámparas   ponen de manifiesto que su principal ventaja estriba no tanto   en la mayor longitud del haz de luz de cruce, o de corto alcance, como en   la mayor anchura de calzada iluminada, lo cual resulta también   importante para la seguridad, especialmente de peatones o usuarios de vehículos   que deban circular por el arcén. Esta mayor amplitud del haz de luz de   cruce se logra también con los nuevos diseños de ópticas   de geometría compleja. La difusión de estos avances es, desde   luego, interesante para nuestra seguridad, pero los usuarios no debemos olvidar   que el alumbrado de nuestro vehículo también requiere un sencillo   mantenimiento, pues la suciedad depositada sobre los faros y pilotos reduce   notablemente su visión, y también que con el paso del tiempo se   produce un envejecimiento del material reflectante de los faros, que limita   el alcance y la amplitud del haz de luz de los faros.
Conclusiones
 Con relación al uso del alumbrado de nuestro vehículo todos los   conductores deberíamos recordar algunas sencillas recomendaciones:
  Conectar el alumbrado de cruce tan pronto como percibamos   que las condiciones de iluminación ambiental no son óptimas, es   decir, no únicamente cuando es de noche, sino siempre que la luminosidad   disminuya, por supuesto al amanecer, hasta que la iluminación solar sea   perfecta, y al atardecer, en cuanto empiece a disminuir la iluminación   solar.
  También circulando de día es necesario conectar, en algunas   ocasiones, el alumbrado de cruce de nuestro vehículo: siempre   que entremos en túneles, aunque tengan iluminación artificial,   o cuando circulemos por un carril habilitado para circular en sentido   contrario al normalmente utilizado (desvíos al carril contrario   por obras, carriles reversibles, etc.), al atravesar nubes de polvo o humo,   por supuesto cuando haya niebla y también cuando llueva con cierta intensidad.
  Las motocicletas y ciclomotores circularán siempre con   el alumbrado de cruce, también de día, o con el alumbrado   de carretera cuando lo hagan por vías insuficientemente iluminadas.
  Existen nuevos sistemas de alumbrado, como las lámparas   de xenon, o las ópticas de geometría compleja, que permiten   una mejor visión al iluminar una mayor anchura de calzada, pero en cualquier   caso resulta fundamental mantener limpios y en buen estado   los faros de nuestro vehículo para aprovechar plenamente su capacidad.
  Las luces antiniebla también permiten mejorar   nuestro alcance visual (las delanteras) y la percepción de nuestro vehículo   (las delanteras y las traseras) en un entorno de baja luminosidad: niebla, denso   humo, polvo, o lluvia intensa, pero las traseras deben utilizarse sólo   cuando las condiciones meteorológicas o ambientales sean especialmente   desfavorables, desconectándolas tan pronto cesen esas condiciones,   para evitar deslumbrar a los conductores que nos sigan y porque pueden enmascarar,   con su gran intensidad, las luces de frenado de nuestro vehículo.
 Finalmente, citar parte del Reglamento General de Circulación,   en el que el Artículo 101 dice: Todo vehículo de motor   que circule entre la puesta y la salida del sol por vías urbanas o interurbanas   suficientemente iluminadas o a cualquier hora del día por túneles   y demás tramos de vía afectados por la señal tunel   suficientemente iluminados llevará encendido, además del alumbrado   de posición, el alumbrado de corto alcance o de cruce. En los   casos en que las vías estén insuficientemente iluminadas el artículo   100 nos dice que el alumbrado a utilizar será el de carretera o largo   alcance, siempre que no provoquemos deslumbramiento en otros usuarios. Y el   artículo 104 añade que Deberán llevar encendida   durante el día la luz de corto alcance o cruce: las motocicletas y todos   los vehículos que circulen por un carril reversible o por un carril habilitado   para circular en sentido contrario al normalmente utilizado en la calzada donde   se encuentre situado, ….
 Texto: Centro Zaragoza, Instituto de Investigación sobre Reparación   de Vehículos, S.A.
  
			