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EL SUPER GTI
Cuando el Grupo VW-Audi decidió que Seat debía convertirse en una marca eminentemente deportiva, muchos excépticos pensaron que sería difícil lograr la buscada imagen, y que en todo caso repercutiría en un decenso de las ventas totales. Pues bien, nada más lejos de la realidad. El camino que actualmente lleva la marca de origen español es de lo más positivo, pues la ventas van en aumento, y la proporción de equipamientos deportivos y motores de alta potencia que se matriculan de cada modelo es la más elevada de los fabricantes generalistas.
Si a eso le sumamos que a apartir de ahora la gama ‘racing’ de Seat está copada por un vehículo de 225 cv de potencia, que es capaz de alcanzar una velocidad máxima cercana a los 250 km/h y de acelerar de 0 a 100 km/h en menos de siete segundos; podemos corroborar que la marca Seat goza de un claro espíritu deportivo, donde lo pasional o emocional cuenta mucho.
De esta forma, el nuevo León Cupra R, que mejora en todas las mediciones los resultados del anterior modelo de 210 cv, se convierte en un perfecto ejemplo de ‘GTI compacto’ de muy altas prestaciones, al nivel de otros vehículos de la talla del Ford Focus RS, Volkswagen Golf R32 o Alfa Romeo 147 GTA. Además, como es fácil imaginar, las prestaciones no son lo único emocionante de esta bestia de 225 cv, pues también lo son su efectivo y divertido comportamiento, su sugerente sonido, y, como no, su agresiva estética. Todo ello por un precio más bajo que el de sus rivales antes citados: 27.295 euros.
Enrique Marco, Autocity.
7 de julio de 2003
DISEÑO Y EQUIPAMIENTO
Estéticamente la versión más potente de los León resulta claramente identificable, entre otras cosas gracias a la suspensión rebajada, las imponentes llantas de 18 pulgadas que calzan neumáticos Pirelli P Zero Rosso en medida 225/40, la generosas salida de escape con forma oval, y los faldones delanteros con entradas de aire de gran tamaño necesarias para refriegerar bien el doble intercooler. Respecto al anterior modelo de 210 cv sólo el color del logotipo ‘Cupra’ le diferencia, ya que ahora va pintado en rojo y antes en negro. En el interior se mezclan la deportividad y la elegancia, sobre todo por el color negro que predomina en todo el habitáculo, por los envolventes asientos Recaro, por el volante de cuero y por los pedales en aluminio, entre otras cosas.
Pero el que su carácter sea marcadamente ‘rácing’ no implica que el nivel de equipamiento no sea completo, todo lo contrario. De serie el León Cupra R trae climatizador automático, doble airbag frontal, airbags laterales, control de tracción, ABS con sistema de asistencia a la frenada de emergencia, ordenador de viaje, radio cd con ocho altavoces, como elementos más representativos.
CONDUCCION
Pero vayamos a la mecánica y a su comportamiento, lo más excitante del coche. Unas cifras de 242 km/h y 6,9 segundos en el 0 a 100 km/h hablan por sí sólas; a la vez que llantas de 18 pulgadas, frenos Brembo con discos de 323×28 mm en el eje delantero y un bastidor perfectamente puesto a punto, ya indican y mucho lo que podemos esperar del vehículo. Sin embargo, tras conducirlo unos cuantos kilómetros e intentar extraer todo su potencial, la conclusión que sacamos de él es todavía más favorable de lo que en principio pensábamos. El consumo (8,9 l/100 km), sobre todo si se le pisa con decisión, no es precisamente bajo, pero sí muy inferior al de sus rivales con motor V6.
En carreteras de curvas, una vez acostumbrados a aprovechar el régimen de revoluciones en el que el turbo ‘sopla’ con más fuerza, el León sale literalmente catapultado de una curva a otra; pero si el optimismo con el pedal del acelerador ha sido excesivo, su imponente equipo de frenos nos detendrá en mucho menos metros de los que habíamos calculado. Aceleración y frenos de merecen claramente ‘un diez’. La estabilidad era ya muy buena en el 210 cv, pero para digerir el aumento de 15 cv de potencia se han rediseñado los palieres, y ahora el resultado es simplemente fantástico. Por lo demás, las suspensiones son duras pero no excesivamente violentas, y el cambio manual de seis velocidades cumple su misión sin que podamos sacarle ninguna pega.
De la forma en la que el Cupra R entrega toda la potencia, sólo se le pueden aplicar elogios. Gracias a un par motor de 280 Nm a 2.200 rpm, no es necesario subir mucho de vueltas para obtener excelentes aceleraciones y recuperaciones, pues podemos decir que la curva de potencia es ‘muy llena’ prácticamente en toda la gama de revoluciones. Por si fuera poco placer, el bronco sonido que emite su escape contribuye igualmente a completar un excitante cóctel que nos ‘engancha’, de tal forma que poco a poco, casi sin darnos cuenta, iremos incrementando el ritmo, y deberemos permanecer con la cabeza bien fría y la atención alerta, pues la velocidad a la que es posible circular con este ‘felino’ puede llegar a ser de verdadero infarto. Menos mal, que si no desconectamos el ESP, la electrónica nos ayudará en alguna que otra situación comprometida.