Inicio
UN REGALO PARA PURISTAS

Las modas, la globalización, los avances electrónicos… varios   aspectos son lo que contribuyen a que los automóviles de hoy día   sean cómodos, seguros, limpios, bonitos, pero también con menor   personalidad y con una facilidad de manejo tal, que resulta muy dificil divertirse   al volante con la mayoría de ellos.

Afortunadamente, en nuestro mercado todavía se puede comprar algún   ‘auténtico’ como el MG TF, que si bien incorpora todo lo   necesario hoy en día para nuestro confort y seguridad (doble airbag,   aire acondicionado, ABS), prescinde de otros elementos electrónicos que   puedan entrometerse en la conducción pura. Todo esto, unido a su disposición   de motor y propulsión traseros, hace su ‘pilotaje’ en zonas   viradas y de escasa circulación sea una delicia. Por si fuera   poco, el precio de este biplaza descapotable es muy razonable, pues por   los 24.360 euros que cuesta no podemos encontrar nada más exclusivo.   Y, además, el mantenimiento y gasto de combustible es inferior   al de la mayoría de los automóviles de sus prestaciones.
Enrique Marco, Autocity.
30 Enero de 2003.
DISEÑO Y EQUIPAMIENTO

El MG TF 135 es un roadster de aspecto moderno que esconde bajo su preciosa   carrocería un deportivo al estilo tradicional. Las modificaciones   que experimentó hace justo ahora un año tuvieron dos objetivos,   por un lado darle un aire más deportivo y agresivo y por el otro mejorar su   aerodinámica. Ambas cosas se han logrado.
Respecto a la estética, su parte frontal recuerda claramente al superdeportivo   que pudimos ver en el pasado Salón de Frankfurt, el MG X80. Proyectores delanteros,   rejilla, parachoques delanteros y traseros o un discreto alerón trasero son   la principales novedades que se pueden observar en la carrocería. Sin embargo,   por lo que se refiere al interior, el MG queda algo desfasado y tan sólo   unas combinaciones de tapicería y tonalidades nos indican que estamos ante un   nuevo modelo. Precisamente, el habitáculo es el único aspecto criticable del   nuevo MG pues, aunque los asientos son cómodos y la postura al volante correcta,   resulta bastante estrecho y, además, el salpicadero se ha visto superado tanto   en diseño como en calidad por sus más directos oponentes.

Las medidas del roadster británico son bastante contenidas, pues se conforma   con 3,94 metros de largo, 1,63 m de ancho y 1,26 m de alto. El maletero,   con sus 210 litros de capacidad, es suficiente para un ligero equipaje   de dos personas, aunque conviene no llevar en él objetos que puedan estropearse   con la temperatura alta, ya que el calor que desprende el motor, situado en   la parte trasera, es elvado. El equipamiento del MG TF 135 (por 24.360 euros)   incluye dos airbags, aire acondicionado, llantas de aleación de 15 pulgadas,   dirección asistida y doble salida de escape de acero inoxidable, volante de   cuero, palanca del cambio en aluminio y tapicería en combinación tejido y piel.
CONDUCCION

La concepción del MG TF 135 es de las que ya casi no quedan,   pues si nos fijamos en lo que ofrece el mercado, tan sólo el Toyota MR2   sigue fiel a la disposición de ‘todo atrás’ (motor   y propulsión traseros). Bueno, también el Opel Speedster y el   Lotus Elise disponen de dicho planteamiento, pero son mucho más radicales;   y el Porsche Boxster, aunque significativamente más caro. De esta forma,   con el MG TF estamos ante una especie en peligro de extinción, que destaca   por proporcionar al conductor unas sensaciones muy especiales que poco o   nada tienen que ver con las que se viven al volante de la mayoría de   los coches modernos.
Al inicar la marcha descubrimos enseguida un aspecto que destaca por encima   todo: el excelente trabajo realizado en las suspensiones. Si el anterior   MGF no destacaba por ofrecer un comportamiento dinámico muy bueno, el actual   modelo ha ganado muchos enteros en este apartado y se sitúa al más alto nivel.   El paso del viejo sistema Hydragás a un esquema más convencional (muelle helicoidal   y amortiguador de gas), pero también más evolucionado, ha dado sus frutos. A   la hora de atacar carreteras de montaña a un ritmo fuerte, la sensación de seguridad   que da su efectivo bastidor, sus firmes amortiguadores y sus anchos neumáticos   es total, y si se trata de detener en escasos metros el vehículo, los frenos   responderán perfectamente. El no poseer controles electrónicos ni de tracción   ni de estabilidad no es ningún inconveniente para la seguridad, pues además   de tener el encanto de la conducción pura, el límite de estabilidad y   de capacidad de tracción es alto. Sólo si exprimimos el motor y provocamos al   eje trasero aparecerá el clásico derrapaje. La dirección también ayuda   al agrado de conducción, y mucho, pues es muy directa y precisa. Una   pega que sí encontramos al rodar a alta velocidad es la del ruido   que invade el habitáculo, mayor que en la mayoría de sus competidores,   y, por supuesto, muy superior al de los ‘tipo techo duro’ que poco   a poco se van imponiendo.

El manejo de los pedales de embrague y de freno, así como la palanca   de cambio es algo más tosco que lo que estamos acostumbrados a conducir   últimamente, aunque una vez acostumbrados tampoco se traduce en un problema   a tener en cuenta. En cuanto al motor se refiere, debemos dejar claro que es   un propulsor al que le gusta ‘girar alto de revoluciones’.   Con sus 135 cv y poco más de una tonelada de peso está claro que el MG   TF corre, y mucho. De hecho, la velocidad máxima es de 205 km/h y la   aceleración de 0 a 100 km/h se realiza en 8,8 segundos, pero hay que tener en   cuenta un dato, y es que el par máximo (165 Nm) se obtiene a 5.000 rpm,   por lo que por debajo de esas revoluciones no encontraremos demasiado empuje.   Por último, decir que los consumos son muy ajustados, quedándose en unos   correctos 6,0 l/100 km en carretera y 7,9 l/100 km como media.
 