Washington aprieta las tuercas a GM y estima más muertes por defecto ignición
‘NHTSA no conoce el número final de muertes asociadas con este defecto de seguridad pero creemos que probablemente es más de 13’, dijo hoy en un comunicado el director en funciones del organismo, David Friedman.
Hasta ahora, General Motors ha admitido que el defecto, que apaga el motor de los 2,6 millones de vehículos afectados de forma involuntaria e imprevista cuando el automóvil está en funcionamiento desconectando el sistema de airbag, ha causado 13 muertes en Norteamérica (12 en Estados Unidos y una en Canadá).
Pero en marzo, el Centro para la Seguridad del Automóvil (CAS siglas en inglés), una organización de defensa de los derechos de los consumidores, advirtió que de acuerdo a su análisis de los datos públicos de NHTSA la cifra sería de al menos 303 muertos.
CAS dijo que los registros de muertes de NHTSA en impactos protagonizados por los modelos Chevrolet Cobalt y Saturn Ion, dos de los afectados por el defecto, muestran que 303 personas perdieron la vida en accidentes en los que los airbag no funcionaron.
Tras las declaraciones de Friedman, GM indicó hoy en un comunicado que los datos en su poder señalan que tienen información de 47 impactos frontales relacionados con el defecto del sistema de ignición. En un principio, GM había situado la cifra en 32 accidentes.
Friedman también insistió en su comunicado en que ‘GM supo sobre el defecto de seguridad pero no actuó para proteger a los estadounidenses de ese defecto hasta este año’.
El pasado 16 de mayo, el Departamento de Transporte de Estados Unidos impuso a GM la mayor multa civil en la historia del automóvil en el país, 35 millones de dólares, por ‘infringir la ley’ y retrasar durante años la llamada a revisión de millones de vehículos defectuosos.
‘Literalmente, el silencio puede matar. Lo que GM hizo fue violar la ley’, afirmó el secretario de Transporte, Anthoy Foxx, al anunciar la multa.
GM llamó a revisión en febrero de este año a 2,6 millones de vehículos para reparar el defecto del sistema de ignición, en su mayoría en Estados Unidos y Canadá.
Pero documentos revelados tras la llamada a revisión indican que GM sabía la existencia del defecto desde hacía años. GM sólo actuó tras la llegada el 15 de enero a la dirección de la empresa de Mary Barra.
En su momento, Barra reconoció que la decisión de llamar a revisión los vehículos defectuosos había provocado fricciones en la compañía, pero que era la postura correcta.
Desde entonces, GM ha llamado a revisión millones de vehículos para arreglar una multitud de defectos y ha cambiado su estructura con el nombramiento de Jeff Boyer como vicepresidente de Seguridad Global de GM, para agilizar el proceso y evitar la repetición de los retrasos sufridos por el sistema de ignición defectuoso.
La empresa también ha iniciado una investigación interna para averiguar por qué evitó durante años llamar a revisión los vehículos afectados. El Departamento de Transporte, NHTSA y el Congreso estadounidense también han lanzado investigaciones sobre las acciones de la empresa.