China cambiará la calidad de los combustibles para reducir la contaminación
Además, se promoverá el uso de vehículos eléctricos e híbridos y se continuará con la eliminación de los vehículos más viejos que no cumplan los estándares de emisiones, según las medidas divulgadas en la noche del jueves y publicadas hoy por algunos medios estatales.
La Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma anunció la pasada noche que las principales ciudades del país (englobadas en las regiones de Pekín-Tianjin-Hebin, el delta del Yangtze y el Delta del Río de las Perlas) deberán adoptar nuevos estándares de combustibles más limpios para finales de 2015.
Este nuevo estándar equivaldrá al Euro 5 europeo, y esa medida se extenderá al resto del país para el final de 2017.
Ademas las autoridades van a continuar con la retirada de la circulación de más de seis millones de vehículos antiguos que no cumplan los estándares de emisiones.
Los aparcamientos nuevos o renovados estarán obligados a incluir un cierto número de plazas con puestos de recarga para vehículos eléctricos.
Y las agencias del gobierno central deberán encabezar la promoción de vehículos eléctricos o híbridos, que deberán ser al menos un 30 % de los nuevos vehículos que se compren entre 2014 y 2016.
A pesar de las medidas aprobadas en los últimos años, la contaminación atmosférica sigue siendo un grave problema en las ciudades chinas.
Los millones de vehículos que circulan por las principales ciudades chinas son responsables de buena parte de la contaminación, pero la situación es aún peor en invierno debido a la mayor actividad de las centrales térmicas, muchas de ellas alimentadas por carbón, para ofrecer calefacción.
Sin embargo, Pekín, por ejemplo, ya ha vivido tres picos de gran concentración de partículas finas durante el mes de octubre, antes incluso del encendido de las calefacciones.
La elevada contaminación causó algunos problemas durante la celebración del maratón de Pekín, el pasado 18 de octubre.
Las autoridades han preparado además una importante batería de medidas temporales para reducir la contaminación de la capital de cara a la cumbre de líderes de la APEC (10 y 11 de noviembre), que incluyen el cierre de fábricas y escuelas, así como la suspensión de obras públicas, en lo que supone el programa más ambicioso en este sentido tras los Juegos Olímpicos de 2008.