Anfac abre la puerta a la llegada de bastantes modelos nuevos
En declaraciones al programa de EFE-Radio ‘Cuentakilómetros’, Armero precisó que ‘en cualquier caso, sea la cifra que sea, las inversiones serán espectaculares’.
Armero se felicitó por que en España sea el automóvil, en estos momentos de crisis, el sector que más confianza despierta, y lo que considera más importante, en inversión productiva.
Las inversiones se van a traducir ‘en nuevos modelos, en generación de empleo directo, en más empleo inducido, en más exportaciones y también en una oferta más completa de producto con valor añadido español’.
El directivo de Anfac puntualizó que la gran fuerza de la industria automovilística española es que tiene ‘fábricas con talento, en las que se han llegado a acuerdos con los sindicatos, se han introducido mecanismos de flexibilidad y productividad, consolidados por la reforma laboral, y que se han rodeado de un magnífico tejido de la industria de componentes’.
Añadió que la conclusión es que los españoles son buenos fabricando vehículos y es algo que se debe aprovechar.
Armero calificó de ‘ambicioso, pero posibilista’ el ‘Plan 3 millones’, con el que Anfac pretende alcanzar una producción de ese número de vehículos en las fábricas españolas en 2017.
Un primer paso en esa dirección es la buena evolución de las factorías españolas en lo que va de año, que han incrementado la producción en un 4 % (en mayo un 9 %), lo que hace factible cumplir con el pronóstico de cerrar el ejercicio con 2,2 millones de unidades, frente a los 1,9 millones de 2012.
La confianza se basa en la disposición que han mostrado las fábricas españolas para abrirse a mercados emergentes ajenos a la UE, pues de hecho, hoy, de cada cuatro coches que se producen, uno va a esos países. De ahí la importancia que para la industria española ha tomado la exportación a Argelia, Turquía, Rusia, e incluso, Estados Unidos.
Esta diversificación de clientes de las instalaciones españolas ha podido compensar parcialmente, según Mario Armero, la atonía de los mercados tradicionales como Francia, Italia y Alemania, y que este tejido productivo esté en registros al alza, aunque inferiores todavía a lo que apuntaban las primeras previsiones.
Armero reconoció que la actual coyuntura del mercado español ‘ofrece vulnerabilidades para todos los fabricantes’, pero descartó que los buenos resultados exportadores induzcan a desequilibrios.
‘La cifra de exportación no es peligrosa en sí, sino positiva, y en 2012 el automóvil ha contribuido a la balanza comercial con más de 10.000 millones de euros’, dijo Armero.
‘Necesitamos una exportación fuerte y de hecho son las luces de la economía española. Somos uno de los campeones de la exportación junto a otros sectores, pero el automóvil está ahí siempre y ahora diversificando mercados de destino’, aseguró.
El vicepresidente de Anfac abogó por la renovación del Plan PIVE, aunque reconoció que ‘a fecha de hoy, no hay nada decidido’, si bien el sector y el Gobierno mantienen conversaciones. Pese a ello, afirmó que su opinión es que esta medida de apoyo al sector puede acabarse a finales de julio.
Armero no consideró un inconveniente que los centros de decisión de la industria del automóvil estén fuera de España, pues las recientes inversiones demuestran que no se trata de un asunto capital para atraer actividad.
A este respecto, aseguro que la I+D+i tiene presencia en marcas como Renault, Seat e Iveco, con lo que ‘hay capacidad de ingeniería’.
De todas maneras, Armero matizó que el mundo de la innovación gira cada vez más en torno al proceso, en lugar del vehículo, y las fábricas españolas son muy buenas en los procesos. ‘La innovación reside en hacer lo que hacemos cada vez mejor utilizando menos recursos. Hoy día mandas en el mercado si tienes un proceso competitivo y un producto de calidad’, aseguró
Armero se refirió también a la paradoja de que Anfac esté en los órganos ejecutivos de la CEOE cuando no es una patronal sectorial: ‘estamos en la CEOE porque, aunque no seamos patronal, representamos el 10 % del PIB español. Y en mi caso concreto, estoy en la ejecutiva de CEOE, porque quiero ayudar a Juan Rosell en la transformación de esta organización’.