En el segmento de las berlinas medianas más exclusivas se atisba una pelea de altura, donde el lujo es tan importante como las prestaciones. Para competir con garantías, la última que ha movido ficha es Volvo, marca sueca que desde 2014 se pone en manos de Polestar (de su propiedad desde 2015) para desarrollar sus versiones más potentes, dinámicas y divertidas de conducir.
Bajo esta premisa, la firma nórdica presenta los nuevos Volvo S60 (berlina de cuatro puertas) y Volvo V60 (famiilar derivado del S60) Polestar. Ambos esconden la misma motorización bajo su capó delantero, un bloque de cuatro cilindros en línea turboalimentado, de dos litros de cilindrada y 367 CV de potencia máxima.
Con un sistema de tracción integral y un cambio automático de ocho relaciones, el Volvo S60 Polestar se dispara desde parado hasta los 100 km/h en 4,7 segundos, una décima más rápido que el V60 Polestar; alcanzando en ambos casos los 250 km/h de velocidad máximo. En cuanto al consumo, el sedán consume 7,8 litros a los 100 kilómetros, por los 8,1 del station wagon.
Polestar ha aprovechado la oportunidad para implementar una serie de elementos mecánicos, que mejoran la conducción deportiva de ambas versiones. De esta manera, los S60 y V60 Polestar montan amortiguadores del especialista Öhlins, unos muelles un 80% más duros y neumáticos, llantas y frenos más grandes: Michelin Pilot Super Sport de 245/35 R20, con discos delanteros de 371 milímetros de diámetro y pinzas de seis pistones Brembo.
Por supuesto ambas versiones se sitúan por potencia y prestaciones en la cima de sus respectivas gamas, siendo una serie amaneza para rivales consagrados en el segmento D premium, como los Audi S4 y S4 Avant 2016 (354 CV), Mercedes C 450 AMG (367 CV) o Jaguar XE S (340 CV).
