El lujo y la tecnología adquieren una dimensión superior con la llegada del nuevo BMW Serie 7, un escaparate para la marca alemana de cara al futuro más inmediato. La sexta generación de la berlina de representación y de mayor tamaño de BMW, cuyas primeras entregas para España llegan en el mes de octubre, estrena algunos equipamientos no vistos en modelos de producción en serie: el manejo gestual de determinadas funciones y el control remoto sin conductor del aparcamiento, dos novedades de primer orden que avanzan por dos caminos en expansión dentro de la industrial: la conectividad multimedia y la conducción autónoma. Completa la terna las luces de rayos láser, estrenadas en el deportivo i8.
Como en el modelo precedente, el nuevo BMW Serie 7 dispone de dos tipos de carrocerías, una de ellas con la batalla alargada y que cuenta con 14 centímetros más de longitud total, pasando de los 5,08 metros de la versión normal a los 5,22 m de la carrocería larga denominada ‘L’. En estas versiones de primer ministro se puede añadir el paquete Executive Lounge, que incluye un climatizador de cuatro zonas, asientos traseros de confort, regulables eléctricamente y con función de masaje, o sistema de ventilación activa en todos los asientos, y el Executive Lounge Seating, que añade poder desplazar desde la parte trasera el asiento del acompañante delantero horizontalmente 90 milímetros hacia adelante, un apoyapié escamoteable eléctricamente, mesa abatible, portavasos y tablet extraíble de 7 pulgadas.Las plazas traseras, todo un placer para los sentidos
Para que todo este dispendio de confort a bordo esté garantizado, es fundamental optimizar el comportamiento dinámico de un coche de semejante tamaño. BMW lo ha logrado, sobradamente, una vez más. Suspensión neumática con variación del nivel de altura y control dinámico de la amortiguación, ambos de serie; el estreno del sistema Executive Drive Pro con supresión activa de inclinaciones gracias al trabajo conjunto de suspensión y amortiguación con unas barras estabilizadoras de accionamiento electromecánico que se anticipa a las irregularidades de la calzada; y la dirección integral activa mejorada y ahora también opcionalmente combinada con el sistema de tracción total BMW xDrive.
Con la clásico sistema de propulsión del fabricante (o, según el motor, la tracción a las cuatro ruedas), una de las claves del nuevo modelo es un chasis parcialmente construido en plástico reforzado en fibra de carbono (estrenado en los BMW i3 e i8), aceros de ultra alta resistencia y aluminio que pone la guinda al conjunto (que estéticamente ha cambiado poco, a decir verdad) dinámico de un Serie 7 que presume de mayor ligereza (hasta 130 kilogramos menos que antes), más rigidez torsional y una reducción en el consumo medio de todos los propulsores.Chasis parcialmente construido en plástico reforzado en fibra de carbono
Las opciones mecánicas en liza son cuatro, un diésel (730d de 265 CV y 4,5 l/100 km de cosumo medio), dos gasolina (740i de 326 CV y 750i de 450 CV, el único V8 de la gama y que siempre monta la tracción total) y la versión híbrida enchufable (740e de 326 CV, siempre tracción trasera, compuesta por un motor gasolina de cuatro cilindros, una unidad eléctrica y unas baterías de iones de litio tras los asientos que reduen la capacidad del maletero de 515 a 420 litros) cuya homologación de gasto de carburante es de 2,1 l/100 km, pudiendo circular en modo exclusivamente eléctrico durante 40 kilómetros a velocidades máximas de 120 km/h.El diésel 730d consume 4,5 l/100 km, un 20% menos que antes
Incluso en un modelo de esta envergadura y grado de ostentación, BMW salvaguarda su corazoncito deportivo como desmuestra que la transmisión de ocho velocidades (siempre automática y que se desacopla del motor al desacelerar entre 50 y 160 km/h) pueda contar opcionalmente con un modo dinámico para mejorar las prestaciones al realizar más rápido los tránsitos entre marcha y marcha y beneficiarse con la función Launch Control de la máxima aceleración desde parado.
El cambio automático, de ocho velocidades, se desacopla del motor para favorecer los consumos
El cambio automático, de ocho velocidades, se desacopla del motor para favorecer los consumos