Ya hacía tiempo que teníamos ardientes deseos de ponernos a los mandos del vehículo de orientación más deportiva de la marca alemana Audi, el R8, en este caso la versión elegida ha sido la Spyder V8 para un primer contacto, el roadster a cielo abierto que hace que las sensaciones de conducción se multipliquen. De hecho es aún más exclusivo que la versión cerrada, con un diseño extremadamente deportivo y visto en pocas ocasiones a manos de algún personaje famoso o deportista de élite, puesto que su precio se cifra exactamente en 160.000 euros.
a favor-Conjunto motor y cambio excepcional-Prestaciones impresionantes-Confort superlativoen contra-Precio muy elevado-Falta un modo de conducción intermedio entre Normal y Sport
En general el R8 es la apuesta más “radical” de la marca de los cuatro aros para convertirse en un duro rival para los superdeportivos más afamados como el Porsche 911 Carrera 4S Cabrio, el Jaguar F-Type V8, el Ferrari California, el Maserati Gran Cabrio o el Aston Martin Vantage V8. Su concepción es absolutamente de superdeportivo, con una altura que apenas supera el 1,25 metros del suelo, un morro exageradamente bajo y ancho pegado al asfalto y una línea lateral muy dinámica que se eleva hacia la zaga casi desde el suelo dibujando un atractivo habitáculo biplaza. Pero lo que más nos gusta es que mantiene ese señorío y ese refinamiento general de todos los vehículos desarrollados por Audi, sin resultar en absoluto incómodo para el uso cotidiano, salvo por el acceso complicado debido a su baja altura.
Superdeportivo de élite refinado
Pero lo que creemos categóricamente es que la clave de su absoluta deportividad se debe a la disposición central de su motor, por delante del eje trasero combinado con la impresionante tracción Quattro del fabricante de Inglostadt. Esto garantiza de base un perfecto reparto de pesos, un bajo centro de gravedad y un comportamiento equilibrado y ágil propios de los deportivos de raza, que se dejan notar en este R8 Spyder.Nuestro R8 Spyder básico se ‘conforma’ con el motor V8 4.2 FSI de 430 cv que le lleva hasta los 100 km/h en sólo 4,5 segundos
Pero lo que creemos categóricamente es que la clave de su absoluta deportividad se debe a la disposición central de su motor, por delante del eje trasero combinado con la impresionante tracción Quattro del fabricante de Inglostadt. Esto garantiza de base un perfecto reparto de pesos, un bajo centro de gravedad y un comportamiento equilibrado y ágil propios de los deportivos de raza, que se dejan notar en este R8 Spyder.Nuestro R8 Spyder básico se ‘conforma’ con el motor V8 4.2 FSI de 430 cv que le lleva hasta los 100 km/h en sólo 4,5 segundos
Pero lo que hace realmente distinto a al resto de coches convencionales, aparte de su diseño pegado al suelo y su aspecto agresivo es su espectacular motor de altas revoluciones V8 4.2 FSI destinado como base para este Spyder. La versión cerrada Coupé en la revisión que experimentó durante 2013 introdujo el nuevo V10 de 5.2 litros FSI de 525 cv que posteriormente también se destinó al Spyder, conviviendo en este modelo ambos motores. Nuestro protagonista se “conforma” con el pequeño V8 que desarrolla 430 cv a 7.900 revoluciones, como los coches de competición, y un par motor también de 430 Nm desde 4.500 rpm, con lo que las aceleraciones y las recuperaciones de este superdeportivo nos dejan pegados al asiento, acelerando hasta los 100 km/h en sólo 4,5 segundos y nada menos que 300 km/h de velocidad máxima, total nada… Y es algo más lento que el Coupé, puesto que en general pesa unos 100 kilos más que aquel.
Lo mejor de esta actualización reciente para el R8 es que se acompañó del nuevo cambio S Tronic de 7 velocidades y doble embrague rapidísimo con levas tras el volante de tamaño optimizado en sustitución del anterior R Tronic algo más lento y con 6 velocidades, que lograba peores prestaciones y además aumentaba notoriamente el consumo en conducción civilizada. El nuevo S Tronic nos permite aventurarnos a confirmar que se trata de uno de los mejores cambios automáticos que hemos probado, con una excelente relación entre inmediatez y suavidad de cambio, incluso con su impecable función Launch Control con el que sale catapultado.La combinación con el sistema de tracción total Quattro de la marca hace la conducción más dinámica divertida, fácil y segura
La guinda a un conjunto tan prestacional y refinado a la vez la pone la tracción total Quattro marca de la casa que dosifica toda su potencia entre los ejes y las ruedas, con mayor carga sobre el eje trasero en condiciones normales, para conseguir la mejor tracción y evitar disgustos innecesarios, permitiéndonos conducirlo a velocidades inconfesables de forma sencilla, fácil y segura. La suspensión de brazos dobles transversales de aluminio en ambos ejes ayuda notablemente a mantener la carrocería donde tiene que estar en todo momento, sin movimientos bruscos, sorprendentemente suave al afrontar obstáculos y lógicamente muy firme en apoyos, gracias en parte al sistema Audi Magnetic Ride opcional para este Spyder V8 que evita balanceos de la carrocería. Con estas excelentes cualidades las reacciones en general son muy nobles, mientras que su equipo de frenos de alto rendimiento, en nuestro caso carbocerámicos opcionales con un coste de nada menos que ¡13.000 euros!, detiene el conjunto con una solvencia espectacular sin ningún tipo de fatiga ni desfallecimiento, por más que los forcemos.
Escultura en movimiento
Otra de las claves del espectacular comportamiento, agilidad y maniobrabilidad del R8 Spyder es su carrocería enteramente de aluminio que pesa tan sólo 216 kilos, sólo 6 kilos más que la del R8 Coupé, recibiendo para este nueva versión cambios notables, no demasiado importantes pero sí perceptibles en lo que a diseño exterior y confort se refiere. Lo primero que podemos ver que ha cambiado es la adopción de unas nuevas ópticas delanteras y traseras más agresivas y con iluminación integral por led, las delanteras con la atractiva forma de ala para la luz diurna que se convierte también en intermitente y las traseras con un intermitente con haz de luz dinámica hacia el lado exterior que indica la dirección que vamos a tomar, ¡espectacular!
Otra de las claves del espectacular comportamiento, agilidad y maniobrabilidad del R8 Spyder es su carrocería enteramente de aluminio que pesa tan sólo 216 kilos, sólo 6 kilos más que la del R8 Coupé, recibiendo para este nueva versión cambios notables, no demasiado importantes pero sí perceptibles en lo que a diseño exterior y confort se refiere. Lo primero que podemos ver que ha cambiado es la adopción de unas nuevas ópticas delanteras y traseras más agresivas y con iluminación integral por led, las delanteras con la atractiva forma de ala para la luz diurna que se convierte también en intermitente y las traseras con un intermitente con haz de luz dinámica hacia el lado exterior que indica la dirección que vamos a tomar, ¡espectacular!
El paragolpes también presenta nuevas rejillas de ventilación más grandes y modernas pintadas en negro brillante, con un aro cromado alrededor de la central más grande y con las esquinas superiores oblicuas. En la trasera se incorpora un nuevo difusor que ensancha visualmente la zaga, así como unos escapes circulares, que sustituyen a los dobles, mucho mejor integrados en el paragolpes y con un aspecto mucho más refinado. Las llantas de aleación de 19 pulgadas con nuevos diseños y diferente grosor entre los ejes, en nuestro caso con 5 brazos dobles, resultan tan deportivas como elegantes. Estos detalles ayudan a configurar una imagen exterior soberbia, musculada al máximo y adherida al suelo, lo que sugiere prestaciones pero siempre con estabilidad y control.
Cuando se descapota en sólo 19 segundos, resulta superatractivo el arco de seguridad en el pilar A realizado en aluminio anodizado que aligera la pieza y le confiere resistencia, así como el vano motor en la zaga que casi se eleva por encima de las cabezas de los ocupantes. En esta versión roadster Spyder algo que cambia es la visión del motor, totalmente oculto bajo un pequeño capó adornado con dos canalizadores cromados longitudinales con pequeñas aberturas transversales en escalera, en lugar de visto tras un cristal como en la versión cerrada Coupé, resultando igualmente muy atractivo.
En el interior los cambios son menores, pero sí relevantes puesto que afectan a la ergonomía y facilidad de uso. El habitáculo es impecable, pero ya se le nota el paso de los años, con una organización muy similar a las primeras unidades de 2007. Como aquel, presenta un salpicadero totalmente asimétrico y realizado en piel con costuras blancas en contraste, que dibuja un arco en torno al conductor consiguiendo un cockpit en el que tenga todo lo importante para la conducción muy a mano, extrayendo a un segundo término la consola central también orientada hacia él para manejar los sistemas de confort, donde aparece el nuevo sistema de navegación Audi Navigation Plus de funcionamiento más intuitivo. Ya en el túnel central se encuentra en una posición elevada la palanca de cambios exclusiva del R8 realizada íntegramente en aluminio con sólo tres posiciones, N de neutral, A de automático, desde donde se pueden subir o bajar marchas manualmente hacia arriba y hacia abajo, y en el otro lado la R de marcha atrás.
Los asientos deportivos realizados en piel napa fina de la mejor calidad, con una pigmentación especial en este Spyder que reduce el calentamiento, y calefactados de serie resultan espectaculares tanto por su confort como por su buena sujeción, así como por su apariencia elegante, con nuevas tapicerías respecto a la versión anterior. La amplitud para sus dos pasajeros es una de sus principales características, gracias a un batalla de 2,65 metros. Por otra parte, el espacio de maletero no es para tirar cohetes, pero tampoco es para llorar, puesto que con sus 100 litros bajo el capó delantero ya entran bastante cosas.
En definitiva, un superdeportivo de élite que aúna el carácter de los deportivos más extremos con el refinamiento propio de los modelos de Audi, resultando un coche cómodo para desplazarnos a diario.