Después de su actualización en 2012, el BMW X1 sigue siendo el mismo todocamino compacto y asfáltico que la marca de Baviera lanzó al mercado a finales de 2009. Más allá de un ligero lavado de cara, estas características, no solo se mantienen, sino que se multiplican con nuestra versión de prueba, el BMW X1 sDrive16d, el motor diésel de dos litros ahora con 116 cv de potencia y que únicamente puede ir asociado a la tracción trasera sDrive y la transmisión manual de seis velocidades, una versión de acceso que, si bien es cierto que en determinadas circunstancias puede pecar de falta de potencia, es una forma más económica de poder acceder a un SUV premium.
El X1 sDrive16d tiene un precio oficial de 28.900 euros, sensiblemente más caro que alternativas generalistas de potencias similares, como Ford Kuga, Volkswagen Tiguan o Nissan Qashqai, pero también más barato que modelos similares de marcas premium, como Audi Q3 y Range Rover Evoque, en ambos casos con escalones de potencia de acceso mucho más elevados, 140 y 150 cv, respectivamente.
Por sus proporciones, el BMW X1 sDrive16d se asemeja más a un turismo compacto que a un SUV sobreelevado. Y es que a pesar de sus 4,47 metros de longitud, su limitada altura de 1,57 m (de las más bajas del segmento) le alejan a simple vista de cualquier aspiración off road. Dentro de BMW, se sitúa a mitad de camino de un Serie 1 (que es 25 centímetros más corto) y un X3 (18 centímetros más largo). Respecto al primero, el Serie1 5p 116d cuesta 2.000 euros menos; y respecto al X3 diésel menos potente y menos equipado, el X3 sDrive18d de 143 cv, es 10.100 más barato.
a favor- Dinámica en asfalto- Equipamiento de serie- Consumos y confort de marchaen contra- Acabados y vibraciones- Potencia limitada- Capacidad off road
Exteriormente, también se asemeja más al compacto que al todocamino mediano. De hecho del Serie 1, el restyling del X1 hereda el nuevo lenguaje de diseño, con un paragolpes delantero rediseñado, así como la tradicional parrilla frontal ovoide discretamente retocada, y lo más importante, unos nuevos faros dobles redondos y nuevos diodos de LED para el alumbrado diurno. Este suave maquillaje se adereza en nuestra unidad de prueba gracias a la edición especial “Essential Edition” que le dota de un aspecto exterior más robusto y de lujo añadiendo los faros bi-xenón y los antiniebla delanteros, inserciones cromadas y añadidos en símil de aluminio, así como unas llantas de aleación en 17 pulgadas con diseño de cinco radios, y los raíles sobre el techo y las protecciones de plásticos negro en la zona baja de la carrocería.
Por dentro, la ergonomía del puesto de conducción es sencillamente excelente. Sin grandes alardes, con apenas recubrimientos en cuero sobre el pomo del cambio, el volante y la palanca del freno de mano, el conductor se adapta rápidamente a unos excelentes asientos delanteros en tela y con triple regulación manual. Por supuesto, la regulación del volante es en profundidad y altura, y la consola central se ha reorientado un poco más hacia el conductor, dando esa sensación tan típica de un BMW en el que todo, absolutamente todo, está al alcance del conductor, que de serie en este sDrive16d contará con los mandos multifunción al volante.La ergonomía del puesto de conducción es sencillamente excelente
A nivel de calidad interior, este BMW X1 de acceso nos ha dejado una ligera sensación de estar algo menos cuidado que otros BMW. Si bien los plásticos duros cumplen su función de aislamiento y sensación de sobriedad, las vibraciones del pomo del cambio y el encaje entre algunas piezas no parecen propios de un coche que cuesta casi cinco millones de las antiguas pesetas. Por lo demás, el equipamiento de serie es rico en elementos gracias a los elementos que incluye la versión “Essential Edition”: climatizador bizona, bluetooth con conexión USB, sensores de aparcamiento delantero y trasero, o el sistema de navegación Business con el mando de gestión integral “iDrive” para manejar las diferentes funciones, son elementos a ponderar en una posible compra frente a otros competidores.Algunos ajustes entre piezas y vibraciones de plásticos y en el pomo del cambio aminoran la sensación de calidad respecto a otros BMW
Su relación tamaño/espacio no es de las mejores del segmento, pero BMW ha sabido conjugar la tradicional deportividad de sus modelos con cierta modularidad interior para poder considerar a este X1 como una opción de compra familiar. Si el conductor y el acompañante no son excesivamente grandes, sus respectivos asientos no irán demasiado retrasados, dejando un hueco suficiente para viajar holgados en las plazas traseras (eso sí, la central para una emergencia). Además, BMW ha configurado una hilera trasera con tres asientos abatibles de manera independiente (40:20:40), pudiendo alcanzar una capacidad de carga de hasta 1.350 litros. Y no solo eso, los respaldos tienen tres niveles diferentes de inclinación, variando el tamaño del cofre de maletero entre 360, 420 y 480 litros. En esta última posición, los respaldos quedan fijados en una posición demasiado vertical e incómoda.
En marcha
La mecánica diésel que está a nuestro servicio destaca por su alta eficiencia, convirtiendo a este X1 sDrive16d en un notable triturador de kilómetros. El bloque es de dos litros de cilindrada, Star/Stop y 116 cv de potencia, destacando más por sus bajos consumos, con medias reales en carretera de cinco litros, que por su rendimiento, con regímenes medios y altos algo penalizados por su potencia limitada. Sus prestaciones tampoco hablan de un coche rápido, más bien todo lo contrario: son 190 km/h de velocidad punta y 11,5 segundos lo que tarda en ponerse en 100 km/h. Si bien su par motor de 260 Nm disponible desde 1.750 rpm y unas relaciones más bien cortas de la caja de cambios (salvo la sexta, que sirve para desahogar en carretera) le dotan de una buena respuesta en la parte baja del cuentarrevoluciones, para un uso frecuente por carretera abierta y con bastante equipaje el X1 sDrive18d -el mismo bloque con 143 cv de potencia- es una opción más equilibrada, eso sí, por un sobreprecio de casi 2.000 euros.El motor diésel, más comprometido con el consumo que con el rendimiento
La mecánica diésel que está a nuestro servicio destaca por su alta eficiencia, convirtiendo a este X1 sDrive16d en un notable triturador de kilómetros. El bloque es de dos litros de cilindrada, Star/Stop y 116 cv de potencia, destacando más por sus bajos consumos, con medias reales en carretera de cinco litros, que por su rendimiento, con regímenes medios y altos algo penalizados por su potencia limitada. Sus prestaciones tampoco hablan de un coche rápido, más bien todo lo contrario: son 190 km/h de velocidad punta y 11,5 segundos lo que tarda en ponerse en 100 km/h. Si bien su par motor de 260 Nm disponible desde 1.750 rpm y unas relaciones más bien cortas de la caja de cambios (salvo la sexta, que sirve para desahogar en carretera) le dotan de una buena respuesta en la parte baja del cuentarrevoluciones, para un uso frecuente por carretera abierta y con bastante equipaje el X1 sDrive18d -el mismo bloque con 143 cv de potencia- es una opción más equilibrada, eso sí, por un sobreprecio de casi 2.000 euros.El motor diésel, más comprometido con el consumo que con el rendimiento
El tacto general del X1 es muy gratificante: de coche aplomado y grande. Es cómodo y estable a velocidades tranquilas, destacando por la alta capacidad de absorción de sus suspensiones y su bajo ruido mecánico. Y, a diferencia de otros SUV más insulsos y perezosos a marchas rápidas, a este X1 le gusta más la marcha, ofreciendo una respuesta en curva más típica de un turismo. El tacto de la dirección electromecánica es muy preciso: apuntas y el coche va y termina entrando, esto quiere decir que al principio dudamos porque notamos ciertas inercias laterales típicas de un coche que no va pegadísimo al asfalto (19,4 cm de altura libre al suelo). Por lo demás, el chasis aguanta lo que le eches y la tracción trasera invita a juguetear. Eso sí, fuera de asfalto, y sin la tracción xDrive, este X1 tiene su talón de Aquiles cuando la gravilla de los caminos se transforma en piedras y grietas, acentuando su carácter asfáltico.