Vehículo eléctrico
‘Hubiéramos estado contentos con un tiempo cercano a los 2,30 segundos. Realmente, no esperábamos este 2,15’. Fueron las palabras de Tim de Moree, el director del equipo de estudiantes que logró tamaña hazaña. Y es que ni el más optimista de ellos, todos pertencientes a la Universidad Tecnológica de Delft (Holanda), se podían imaginar lo que sucedió cuando Marly Kuijpers, el más joven de los estudiantes, se subió al monoplaza, arrancó su motor eléctrico y 2,15 segundos después hizo historia.
El monoplaza construido por los estudiantes holandeses se concibió desde el más estricto de los dogmas de la física industrial: ser compacto, ligero, aerodinámico y potente, es igual a ser rápido, muy rápido. Bajo estos principios, construyeron una bala eléctrica con cuatro pequeños motores que en conjunto desarrollaban 135 cv de potencia. Una cifra a tener muy en cuenta para un vehículo de 145 kilogramos en vacío, esto es, una óptima relación de 0,93 cv/kg. Una cifra con la que se ha superado el anterior récord, que databa de 2010: un Ariel Atom con motor de combustión V8 que detuvo el crono en 2,30 segundos.