Cuando el fabricante germano Porsche anuncia el lanzamiento de un nuevo 911, la expectación es máxima. Generación tras generación, desde que el 12 de septiembre de 1963 viera la luz el primer 911, el mito deportivo de propulsión trasera con motor colgado detrás del eje trasero ha mejorado una y otra vez. El nuevo Porsche 911 Carrera S Cabriolet vuelve para seguir siendo un bólido tan rápido y carismático como antaño, pero apto como nunca para la conducción del día a día.
a favor-Imagen y estética cabrio-Prestaciones y comportamiento-Sonido deportivoen contra-Manejo del cambio sin levas-Maletero muy reducido
El nuevo 911 Cabrio, basado en el 911 de séptima generación (código 991), conserva todas las virtudes del modelo coupé que ya os mostrábamos en autocity, y añade otras de las que solo disfrutarán quienes se decanten por la variante descapotable. Es cierto que este tipo de versiones cuentan con algunos detractores, cuyo argumento principal suele ser la pérdida de rigidez del chasis, pero en este caso tenemos que quitarnos el sombrero ante el trabajo de los ingenieros de Porsche, que han concebido un bastidor extraordinariamente rígido, con un sobrepeso de solo 70 kilos sobre la versión coupé.
Observando el exterior, nos sorprende positivamente la forma de la capota, que cuando está desplegada consigue reproducir casi a la perfección las líneas del modelo coupé. Para conseguir este atractivo acabado estético, ha sido necesario que el techo plegable se dividida en cuatro secciones construidas en magnesio y forradas en material textil, pero gracias a ello se benefician no solo la estética, sino también la aerodinámica, pues entre el Coupe y el Cabrio apenas hay diferencia en el coeficiente aerodinámico.
Nos subimos a la nueva joya de Porsche, y tras introducir la llave en el contacto y girarla, el motor bóxer de 3,8 litros se enciende con decisión, emitiendo un rugido poderoso. Estamos ante la variante S del nuevo Porsche Carrera Cabriolet, con 400 CV de potencia, y dotado en esta unidad de pruebas del fabuloso cambio secuencial PDK. Iniciamos la marcha en ciudad, donde con el cambio en modo automático nos encontramos con un coche con el que es fácil callejear, y que además nos sorprende con un rápido sistema star-stop. Se trata de una de las medidas de ahorro de combustible con las que Porsche ha conseguido que el consumo de la nueva generación sea hasta un 16% más bajo que el anterior 911 (el 997), quedándose en 8,9 litros homologados para esta versión probada.
Salimos de ciudad y nos incorporamos a la autopista. Para ello aceleramos con decisión con el fin de sentir toda la potencia del motor bóxer del 911 Carrera S, y nos encontramos con un empuje sencillamente demoledor. Lo cierto es que resulta mucho más contundente de lo que esperábamos, y apenas hemos comenzado a acelerar, tenemos que poner freno a nuestro ímpetu para mantenernos a velocidades legales. Tan impresionante como el empuje y la capacidad de aceleración de este nuevo Porsche es el sonido de su motor, que se filtra en el habitáculo para convertirse en la única banda sonora que deseamos escuchar al conducirlo. Siempre suelo encender y probar el equipo de sonido de cada coche que pruebo, y lo cierto es que en esta ocasión, ni por un momento se me ocurrió encender el audio, y seguramente la auténtica sinfonía de sonido que emanaba de la parte trasera del Porsche fue la causa.
Esta primera parte del recorrido se hizo con la capota puesta, comprobando la buena insonorización de la misma, que nos hace olvidarnos por momentos que conducimos la variante cabrio. Pero al salir de la autopista para buscar una revirada carretera de montaña, el buen tiempo reinante nos invita a descapotar el coche, y tras reducir la velocidad por debajo de 50 Km/h, la capota se pliega automáticamente en solo 13 segundos para dar paso a un coche completamente distinto.
Es hora de pulsar el botón Sport Plus, y comprobar como se comporta el nuevo 911 cabrio. Lo primero que nos sorprende vuelve a ser el sonido, pues si con la capota puesta era protagonista, con ella quitada lo es aún más, y sentir el empuje del motor boxer al tiempo que nos regala un sonido tan afinado, es toda una experiencia para los sentidos. La excelente motricidad, una dirección precisa que poco o nada tiene nada que ver con la que nos encontrábamos en los 911 de hace algo más de una década, y el rapidísimo cambio PDK, son los compañeros perfectos en esta divertida carretera.
Solo echo de menos las levas en el volante (son opcionales), pues por mucho que lo intento, no consigo acostumbrarme a los botones que Porsche integra en el volante. Tampoco a la palanca de cambios, que como ocurre en todos los modelos Porsche con cambio PDK, y al contrario que en los cambios secuenciales de competición y de la mayoría de fabricantes, responde subiendo una marcha al empujarla hacia delante, y reduciendo al empujarla hacia detrás. Resulta especialmente satisfactorio el funcionamiento de la caja de cambios en modo automático, con el modo sport plus activado, que sorprende por una anticipación perfecta sobre todo en reducciones.
Pasan los minutos y las horas, y la prueba del 911 cabrio finaliza, dejándonos una sensación muy positiva. Por las condiciones de la prueba no hemos podido acercarnos a los consumos tan bajos que Porsche anuncia en sus nuevos modelos, pero incluso en conducción deportiva se nota el trabajo que se ha llevado a cabo por la eficiencia, pues los consumos has sido en todo momento inferiores a lo que se podría esperar en un deportivo de 400CV. Podemos afirmar que Porsche ha hecho un buen trabajo a todos los niveles en el 911 Cabriolet, que se convierte, siguiendo la tradición, en el mejor 911 Cabriolet hasta la fecha.Mejoran las prestaciones, el agarre, la seguridad, y la eficiencia, para seguir eso sí, ofreciendo lo mismo. Un 911 en estado puro.