Los coches del presidente francés
Una de las noticias de la semana ha sido la investidura del nuevo presidente de nuestro país vecino; y, cómo no, para el máximo dignatario de la República Francesa, Francois Hollande, se ha dispuesto el Citroen más moderno del mercado, el DS5 con su motor híbrido díesel de 200 cv que tan solo emite 99 gr/km de CO2.
Hay otras marcas francesas, pero la del doble chevron es la que se asocia en mayor medida a los más altos dignatarios del país galo. De hecho, el popular Nicolas Sarkozy ya utilizó un elegante Citroen C6 para todos sus desplazamientos. Evidentemente el C6 de Sarkozy tenía más espacio y más lujos, pero hoy día da mejor imagen un modelo moderno y limpio como el DS5 que otro que sea de una categoría superior, y de ello se ha dado cuenta el recién llegado Hollande.
Pero la historia de Citroen y los presidentes franceses es larga y con algunos capítulos muy famosos, principalmente la del atentado que sufrió Charles de Gaulle el 22 de agosto de 1962 cuando viajaba en su DS dotado de techo corredizo eléctrico, que le permitía saludar a la muchedumbre permaneciendo en pie en el coche. Este hecho fue escenificado en la gran pantalla con la película Chacal, y no fueron pocos quienes afirmaron que de Gaulle salvó la vida gracias al comportamiento y potencia del DS, con el que puedo escapar a pesar de que dos de sus neumáticos habían sido atravesados por las balas.El buen comportamiento del DS contribuyó para que de Gaulle escapara del atentado.
Ya antes del Citroen DS de de Gaulle, en 1954, durante la IV República, el presidente René Coty eligió un Traction 15/6 H, el famoso “Tracción delantera”. Posterior a de Gaulle, Georges Pompidou adoptó el SM como vehículo presidencial en 1971. El carrocero, Henri Chapron, realizó un modelo alargado y descapotable, dotado de una caja de velocidades y un sistema de refrigeración específico que le permitían circular “al paso”. El SM sería utilizado también por sus sucesores Valéry Giscard d’Estaing, Francois Mitterrand y Jacques Chirac. Éste último, que utilizaría un CX como vehículo particular, se convertiría posteriormente, en 2005, en el primer propietario de un Citroen C6.