En once años de vida, el utilitario de Toyota, el Yaris, que pasa por ser el modelo de la marca más vendido en España, sufre su segundo restyling en apenas 12 meses, con el objetivo de dar un espaldarazo a los graves problemas de fiabilidad de la compaa nipona a nivel mundial. Y es que en tiempos de crisis y desconfianza, el mayor fabricante de coches del mundo quiere sacar partido de su ?city car por excelencia, el Yaris, que experimenta ligeros cambios de imagen y en el equipamiento. En Autocity hemos comprobado el carácter sumamente urbano, ideal para desenvolverse en la selva de la ciudad, del Yaris 1.4 D-4D de 90 cv con el acabado TS, el tope de gama.
a favorConsumoInterior espacioso y funcionalCarácter urbanoen contraInterior espartanoEquipamiento limitadoComportamiento en carretera
Mecánicamente la flota Yaris ya se modificó en 2009, ahora no se introducen novedades, siendo este propulsor 1.4 diésel muy ahorrativo y discreto en sus arrancadas desde bajas revoluciones. Muy justo en sus prestaciones a campo abierto, por dentro el utilitario de Toyota sigue brillando por su perfecto aprovechamiento de los espacios, en forma de guanteras y huecos a lo largo y ancho del espartano habitáculo, que sufre también algún retoque que alegra los ojos de los ocupantes. El Yaris está disponible desde 11.500 euros con carrocería de tres puertas. Nuestra unidad está valorada en 15.700 euros.
En el terreno de los modelos urbanos, donde saca pecho Toyota, convirtiéndose en un referente por el éxito que están teniendo en ciertos mercados sus nuevas creaciones, el Aygo y el minúsculo y revolucionario iQ, este Yaris tendrá que vérselas con rivales, sino más curtidos, sí con más presencia física y mayores recursos mecánicos, como el solvente Seat Ibiza, el eficaz y atractivo Ford Fiesta o el Renault Clio, el utilitario con mejor pisada en vías rápidas. Quizás contrincantes más directos que todos estos anteriormente citados, sean el Citroën C3, Suzuki Swift o Mazda2. Desde luego que la oferta es amplia y diversa.
En este 2010 los compradores del Yaris, del que Toyota espera vender 200.000 unidades en toda Europa, se encontrarán con un diseño más expresivo de los faros con tulipas de color blanco en lugar de naranja, unos tiradores de las puertas cromados en mate, nuevas llantas de diseño más cuidado y dos nuevas tonalidades de azul para la carrocería. Por dentro, asoman una única tapicería y el volante y el pomo de la palanca de cambios forrados en cuero perforado. Además, el cuadro de instrumentos, que está situado en el centro del salpicadero, cambia ligeramente. Los relojes de instrumentalización serán analógicos en las versiones más costosas y digital en las más económicas. En apariencia los botones del climatizador también sufren retoques, ahora más intuitivos y manejables.
Asimismo, las tarifas apenas han cambiado, con un incremento de 150 euros respecto a 2009, compensándolos con los descuentos habituales, que oscilan según la versión entre los 350 y 2.000 euros. La simplificada gama, que reduce sus niveles de equipamiento a dos Live y TS– arranca en los 11.150 del gasolina más sencillo más sencillo y finaliza en los 16.450 del diésel automático más completo. Como equipamiento de serie, el Live es bastante discreto, aunque el TS lo completa con elementos como los airbags laterales y de cortina delanteros y traseros además del de rodillas para el conductor, el climatizador, el volante regulable con mandos de radio y otros muchos detalles. Opcionalmente para todos, lo más recomendable es el pack de controles electrónicos de ayuda a la conducción y discos de freno traseros, por 450 sobre el precio base.
La principal ventaja del Yaris con respecto a otros utilitarios es que resulta amplio en relación a su tamaño (3.785 metros de longitud, 1.695 m de anchura, 1.53 m de altura y una distancia entre ejes de 2.46 m) y también más funcional por las posibilidades para depositar objetos. Para el segmento en el que nos encontramos, la comodidad para dos ocupantes en la hilera trasera es notoria. Frente al asiento del acompañante se mantiene la doble guantera. Tras el volante, en el lugar donde el resto de coches levantan el cuadro de relojes, Toyota aprovecha para incluir otra guantera de gran utilidad. También en los extremos del salpicadero, debajo de las salidas de aire, asoman dos pequeños depósitos muy prácticos. Sin apoyabrazos entre las plazas delanteras, el asiento trasero está dividido en dos partes, pudiéndose desplazar longitudinalmente o plegar de forma independiente, otorgando más litros de capacidad a un maletero que fija su tope en 363 litros. Poco más se puede hablar del práctico interior del Yaris, que como ya ocurrió en 2009 aboga por la supresión del doble fondo en el maletero, un sistema que podía resultar útil, pero que los responsables de marketing han preferido eliminar porque daba una sensación de poca capacidad de carga.
Poco ruidoso y muy manejable
A nivel mecánico, la mayoría de los cambios sustanciales se introdujeron ya en marzo de 2009, cuando llegaron los nuevos motores de gasolina y se retocó el 1.4 diésel de 90 cv, la unidad que tenemos ante nosotros. Este propulsor emite 109 g/km de CO2, acelera de 0-100 km/h en 10,7 segundos y su velocidad punta es de 175 km/h. El motor más potente de gasolina, de 101 cv, destaca por llevar de serie el sistema de arranque y parada Start&Stop. El hecho de que el 90 cv no incluya esta ayuda no repercute en el consumo combinado de combustible, que se fija en 4,1 l/100 km.
De las tres opciones mecánicas del Yaris (el diésel aquí examinado y dos gasolina, un 69 cv y el 101 cv con Star&Stop), la motorización más interesante nos parece la nuestra, un propulsor con turbo de geometría variable que al igual que los modelos gasolina ha sido revisado en varios aspectos, para mejorar sobre todo su respuesta a bajo régimen y el gasto de combustible. Respecto a la versión precedente disminuye en 10 gramos por kilómetro las emisiones de CO2, aumenta en 15 Nm su cifra de par máximo y reduce 0,4 litros de media por cada 100 km el consumo de gasóleo.
Este motor diésel de 90 cv mejora en muchos aspectos respecto al modelo de 2006, como por ejemplo en su funcionamiento, claramente más suave, especialmente al ralentí. Además, es más silencioso y el ruido que llega al interior de la cabina es menor, en la media del segmento. Saca nota el Yaris en su comportamiento urbano. En recorrido por ciudad se convierte en un coche muy manejable porque necesita poco espacio para maniobrar y tiene buena visibilidad en todas las direcciones. Para un uso por carretera rápida tiene peor tacto que sus más directos competidores.