Un vehículo mixto de costes contenidos. Con esa idea, Audi inició en primavera del año pasado la comercialización del Audi A4 Allroad, que se apoya en la plataforma del A4 Avant y que, al igual que su hermano mayor el Audi A6 Allroad, incluye la tracción total Quattro, una altura libre al suelo mayor y una estética SUV ideal para las familias amantes del esquí, la montaña o el turismo de aventura. Rehuyendo de la portentosa y costosa reductora de los 4×4, el Allroad tampoco incluye la suspensión neumática del A6 Allroad, ya que el A4 va encaminado a una conducción certera en vías asfaltadas y resolutiva por caminos. Sus aptitudes en cualquier terreno se alejan de cualquier tipo de sospecha. La unidad aquí probada, un 2.0 TDI 170 cv DPF, alcanza un precio de 41.750 euros, pero este Allroad se puede adquirir por 39.350 euros (2.0 TDI 143 cv DPF) y se puede disparar hasta los 50.170 euros con el propulsor 3.0 TDI 240 cv S Tronic. Mucho más económico que el A6 Allroad, con unos precios que oscilan entre los 56.670 y 82.540 euros.
a favorRelación prestaciones/consumoRasgos offroadInterior señorialen contraSin suspensión neumáticaEquipamiento de serieRivales más asentados
En cuanto a su competencia más directa, el A4 resulta mucho más caro que el Skoda Scout y más a la par si lo comparamos con el Saab 9-3X o el Subaru Outback. El grupo VW-Audi, pues, sigue abriéndose paso en el segmento de los todocaminos derivados de modelos familiares. Por presencia física podríamos situar al Audi A4 a medio camino del imponente Q5 y del lujoso y extremadamente caro A6 Allroad. Es una opción a tener muy en cuenta si no se quiere buscar los límites por caminos complejos, ya que en ciertas circunstancias se echa de menos la suspensión neumática del A6.
Con el A4 como coche más vendido de firma de los cuatro aros, era cuestión de tiempo que Audi introdujese en el mercado una versión allroad para él. Nace con un ADN similar al del A6. El A4 allroad es un A4 familiar con estética SUV que emplea el mismo esquema de suspensiones que el A4 familiar convencional, pero adaptado a un conjunto muelle/amortiguador 26 mm más alto -y ligeramente más firme-, que le confieren 37 mm más de altura libre al suelo. También hay que destacar los siete centímetros que gana en altura. Después de la prueba, concluimos que es suficiente para salir del asfalto por caminos sin mucha piedra u obtener una buena pisada en caso de mucha nieve, a pesar de sus neumáticos de asfalto.
El lujo se paga
Estéticamente destaca por sus voluminosos pasos de rueda, estribos laterales de acero, barras en el techo, llantas específicas de 17 pulgadas y bajos de los paragolpes, con un aspecto robusto que le permiten atravesar terrenos fuera de asfalto con bastante pulcritud. Eso si, sin perder el rango Premium que le otorgan una prominente toma de refrigeración del motor y unos diodos de LED, tanto en las ópticas delanteras como en las traseras, donde asoma el logo ‘allroad’.
Por dentro el señorío que se respira en el Allroad es superlativo. Todo nace a partir de una consola central asombrosa, en el que los mandos del navegador y audio se sitúan entre ambos asientos. El salpicadero, de tacto estilizado, se extiende hasta los relojes de instrumentalización, con un toque deportivo que se agradece. La posición de conducción es excelente, recogida, ergonómica y con mandos de regulación eléctricos (1.490 euros). Lástima que de serie no incluya el volante deportivo de tres radios multifunción (140 euros). Evidentemente en una marca Premium tampoco aparece con el precio base los asientos acabados en cuero (2.190 euros en cuero Milano), lo que le otorga al vehículo una presentación exquisita. El acceso a las plazas traseras, también a las delanteras, es excelente. Todo está pensado para que los pasajeros, sean cual sean sus medidas, viajen cómodos, holgados, con bandejas y huecos por todos los rincones para facilitar los tránsitos largos. La capacidad de maletero, que sigue siendo de 490 litros o 1.430 litros si se abaten los asientos, permite introducir tres grades maletas, contando con un fondo reversible, perfecto para colocar botas.
Las dimensiones exteriores de este Audi A4 Allroad varían con respecto a las de un A4 Avant convencional. La batalla es la misma pero las vías aumentan su anchura ligeramente, en parte por las dimensiones de las llantas. Por lo demás es 2 cm más largo, 1,5 cm más ancho y 7 cm más alto. En comparación con el A4 Avant, el allroad cuesta de media unos 2.000 euros más, en los que se incluye la estética SUV (parrilla, taloneras, pasos de rueda, protección de bajos de aluminio y diseño específico de llantas), 37 mm más de altura libre y el modo ‘offroad’ del ESP, además del mismo equipamiento y extras que el resto de los A4.
A nivel de equipamiento el Allroad incluye de serie las llantas de 17 pulgadas, los faros antiniebla, el sistema lavafaros, los raíles del techo, el freno de mano electromecánico y el cubremaletero entre otras cosas; mientras que de forma opcional podrá llevar llantas de 18 pulgadas, techo panorámico de cristal, portón trasero electromecánico, faros de xenon y luz de día, navegador con TV, control de crucero adaptativo, Lane Assist o asistente automático de luces largas/cortas como elementos más destacados. Es decir que para ‘decorar’ este A4 habrá que rascarse el bolsillo.
Eficiente en pistas de tierra
El motor diésel estrella del grupo, el 2.0 TDI estrujado hasta los 170 cv de potencia en esta ocasión, se acopla con decisión en esta unidad. Asociado de serie al preciso cambio manual de seis velocidades, el Allroad tiene un consumo de combustible realmente bajo, 6,5 l/100 km, y unas prestaciones nobles, de las mejores del segmento: 213 km/h de punta y 8.9 segundos de 0 a 100, con un par máximo de 350 Nm a 1.750 revoluciones. Vuelve Audi a dar una lección de cómo contener el consumo en un vehículo de peso importante (1.630 kg), sin que ello reste un ápice a sus prestaciones.
Lo mejor que se puede decir de este Audi, al que la tracción total no le hace una unidad especialmente pesada, es el extraordinario comportamiento dinámico que ofrece, notable en caminos y superlativo en autovías, donde el chasis se funde con el asfalto transmitiendo una sensación de seguridad máxima. En ningún terreno, por muy virado que se presente, notamos balanceos extraños, logrando en todo momento que nuestro toque en el volante se transmita con exactitud al eje delantero. Se puede calificar como campero, pero sin heroicidades, claro está.
Sin suspensión neumática, el Audi A4 Allroad es más que un simple A4 elevado. El campero de Audi presenta un cambio significativo con su hermano burgués a nivel de conducción, ya que sus controles de tracción y estabilidad, junto a la efectiva tracción Quattro el paso por curva es superior- que lleva de serie, le otorga un rango superior. Y es que el ESP con una modalidad ‘offroad’, que se activa al apretar el botón del ESP convencional, modifica el control electrónico en función de lo resbaladizo del terreno, convirtiendo al Allroad en un modelo eficiente en pistas de tierra y barro.