La marca Skoda llevaba ya unos cuantos años comercializando versiones con tracción 4×4 y también algunas con estética campestre denominadas Scout. Sin embargo, el primer SUV propiamente dicho de la marca de origen checo es el Yeti, lanzado el pasado mes de septiembre en versiones 4×2 y 4×4, y con unos precios de salida de 18.790 euros (1.2 TSI) en tracción delantera y de 27.150 euros (2.0 TDI 110 cv) en tracción integral. Se trata de un moderno SUV muy compacto, pues con sus 4,22 metros de longitud es algo más pequeño que un Volkswagen Tiguan, un Nissan Qashqai o un Ford Kuga, y sólo supera en tamaño a los Suzuki SX4 y Fiat Sedici.
Anteriormente en Autocity ya habíamos probado el Yeti 2.0 TDI 140 cv, y ahora nos subimos a Yeti 1.8 TSI 160 cv. Esta competitiva versión de gasolina se comercializa obligatoriamente asociada a la tracción integral, al cambio manual y al completo nivel de equipamientos Experince. Ofrece unas magníficas prestaciones de 200 km/h de velocidad punta y de 8,4 segundos en aceleración de 0 a 100 km/h, sin que por ello el consumo sea desorbitado (8,0 l/100 km). Es, junto con el Yeti 2.0 TDI de 170 cv, el más rápido de la gama, aunque las diferencias con el potente diésel son notables, ya que por una parte el TDI gasta dos litros menos cada 100 km pero por otra resulta 4.400 euros más caro. Es decir, que hay que hacer muchos kilómetros para compensar la diferencia de precio.
Una vez comparado con el resto de la gama Yeti, al enfrentarlo a sus rivales este modelo con el motor 1.8 TSI sale muy bien parado. Por ejemplo, el caso más cercano es el VW Tiguan 1.4 TSI 150 cv, que si bien es algo más grande, también es notablemente más caro y más lento en prestaciones. Y es que el motor turbo de 1,8 litros firmado por el Grupo VW ha brillado siempre con luz propia, y aunque ahora existan tecnologías más modernas de doble sistema de sobrealimentación, en cuanto a empuje y forma de entregar la potencia nos parece de lo mejor del mercado (este mismo análisis ya lo hicimos en la prueba del VW Passat CC 1.8 TSI 160 cv).
En las siguientes páginas comentaremos con mayor detenimiento las características de equipamiento y conducción, pero podemos avanzar que el Yeti 1.8 TSI 160 cv se desvuelve de forma ágil y eficaz, destacando en el tránsito por carreteras secundarias en mal estado o pistas de tierra gracias a sus suspensiones elevadas y tracción 4×4. Es un coche que corre mucho, tiene un habitáculo bastante amplio y un buen maletero, ofrece un plus de versatilidad para circular por terrenos algo estropeados, y su consumo y su precio son bastante razonables. Sin duda, un pequeño e interesante SUV para un determinado perfil de usuario.
Bien terminado
Sus 4,22 metros de longitud y peculiar silueta de colocan en un lugar prácticamente único en el mercado. Parece estar a mitad de caballo entre SUV, monovolumen, utilitario, compacto, comercial… lo que no le puede negar nadie al Yeti es que es original. Como acostumbramos a hacer, no nos pronunciaremos sobre su estética, ya que es cuestión de gustos, pero apuntaremos que esta versión Experience hace gala de varios detalles de calidad y terminaciones cuidadas.
El buen ajuste de todos los materiales, el fino cuero del volante, el alegre techo panorámico eléctrico, las barras del techo, las protecciones de los bajos o las llantas de aleación 17 pulgadas aportan al Yeti una imagen moderna y cuidada. Es un poco pequeño y de proporciones raras, pero sin duda se puede decir que está bien rematado. El equipamiento se completa con ESP, sistema de ayuda al arranque en pendientes, climatizador bi-zona y airbags de cortina y de rodilla entre otras cosas.
Sus asientos son cómodos, tanto los delanteros como los traseros, y para el espacio de carga nos queda un volumen de 405 litros. La configuración del habitáculo puede variar, ya que la fila de asientos trasera se puede desplazar longitudinalmente y los respaldos abatirse. También son muy utilizables los numerosos huecos portaobjetos, que completan un diseño interior muy bien pesando.
Prestaciones deportivas
Nada más arrancar el Yeti 1.8 TSI ya se percibe una gran finura. Ausencia de vibraciones, bajísimo nivel sonoro, suavidad de todos sus mandos y una respuesta muy homogénea son algunos de los ingredientes que el Yeti ofrece para brindar una conducción de lo más placentera.
Aunque sea pequeño, el Yeti es un coche pesado (1.520 kilos en esta versión), entre otras cosas por su sistema de tracción integral. Aun así, es tan brillante su respuesta mecánica que no tiene ningún inconveniente para marcar tiempos de aceleración próximos a los de un verdadero GTI, pues los 8,4 segundos en el 0 a 100 km/h son buena prueba de ello. La caja de cambios manual de seis velocidades se maneja con gran precisión, aunque ya puestos a pedir no estaría mal que se ofreciese la posibilidad de equiparlo con el cambio DSG, algo que por ahora no es posible.
En carretera su comportamiento es prácticamente idéntico al de un turismo. Sólo una posición de conducción más elevada y distancia libre al suelo algo mayor le diferencian, pero gracias al buen trabajo realizado en las suspensiones no se perciben ni inercias, ni balanceos y ni movimientos torpes. Sinceramente no lo probamos en campo porque no es para lo que está concebido, pero sí nos adentramos en carreteras secundarias en mal estado, y es en este terreno donde el Yeti 4×4 le saca ventaja a un turismo convencional. También es recomendable para quien necesite transitar por caminos, o simplemente por zonas de climatología desfavorable, donde la capacidad de tracción puede ser de gran ayuda.
El consumo del Yeti 1.8 TSI 4×4 de 160 cv es bastante razonable, pues declara 8 l/100 km de media. Ahora bien, como el motor da mucho de sí, es fácil caer en la tentación y animarse a pisar el acelerador con más decisión, momento en el que los consumos se pueden incrementar de forma importante. En definitiva, el Yeti es un coche muy adecuado para conductores que necesiten un plus de versatilidad en carreteras descuidadas o caminos. Además, esta versión 1.8 TSI ofrece unas prestaciones tan buenas, que podríamos catalogar a este vehículo como un pequeño SUV deportivo, ya que tanto sus datos oficiales como las sensaciones que proporciona son muy brillantes