Ferrari 250 TR de 1957
Dicen que cuando uno llega a Maranello, norte de Italia, provincia de Módena, el aire se espesa, los ojos se nublan y la visión se tiñe de rojo. Al final de la carretera que cruza el núcleo del pueblo, de poco más de 16.000 habitantes, se abre un camino, ya asfaltado, que te conduce a las puertas de uno de los mayores santuarios del automovilismo mundial: la sede central de la Ferrari, donde se han fabricado cuatro de los diez coches más caros de la historia, entre ellos, el 250 Testa Rossa de 1957, que tiene el honor de liderar esta clasificación después de que se hayan pagado por él más de nueve millones de euros en la subasta ?Leggenda e Passione? (Leyenda y Pasión).
Engalanada para la ocasión, la sede ferrarista mantiene intacta la imagen primitiva de la fábrica central, por donde, enigmático, anónimo, sin dejar su rastro, llegó el comprador del 250 Testa Rossa de 1957, adjudicado finalmente en 9.020.000 euros, dos millones más que la anterior cifra récord: poco más de siete millones en que se vendió el 250 GT SWB California Ryder en 2008. Dice Ferrari, siempre rigurosa en estos asuntos, que jamás se facilitará los datos de la persona, asociación o empresa que se haya hecho con el codiciado trofeo. También dijo Ferrari, siempre escrupulosa con los datos y las cuentas, que el coche se vendería en unos 12 millones de euros. Se equivocó.
Fíjense la profundidad que está alcanzando la crisis en el sector del automóvil que el Ferrari 330 P4, ganador de los 100 kilómetros de Monza en 1967, y que también se subastó en Leggenda y Passione, con un precio inicial de 7,25 millones de euros, regresó a las tripas de Maranello a la espera de otra oportunidad para lucir palmito.
Volviendo a la estrella de la subasta, el Testa Rossa, el cuarto de la serie de los 250 TR y segundo en la versión cliente, originalmente estuvo pintado de color blanco y nació en 1957 con una idea clara: competir con Maserati en los Campeonatos Deportivos de Prototipos. Y, desde luego que lo logró, ya que su motor V12 con seis carburadores y 3.0 litros de capacidad, confiere una potencia máxima de 300 CV que ponen los pelos de punta al más pintado. ¡Toda una vida en los circuitos de competición!
Debutó en los 1.000 kilómetros de Buenos Aires de la mano del italiano Piero Drogo y el venezolano Sergio González. El primero de ellos lo compró y un año después, en 1959, lo vendió al estadounidense Allan Connell, que lo pintó de negro con una franja roja en su morro que se mantiene en la actualidad.
De los diez coches más caros de la Historia, la marca del ‘Cavallino Rampante’ predomina con cuatro modelos, ocupando además, los dos primeros puestos. Bugatti ha colocado en esa lista a tres modelos, siendo el segundo fabricante con más coches entre los más caros. Mercedes-Benz con dos y Rolls-Royce son las otras marcas que tienen este honor. Además, se da la casualidad de que ocho de los modelos del Top Ten han sido subastados en este siglo y sólo dos, que curiosamente son el mismo modelo -Bugatti Royale Type 41 del año 1931-, conservan su puesto desde los años ochenta.