Funeral conmovedor y sereno por 17 de las víctimas del accidente de autocar
Unas 6.000 personas asistieron al acto, que se celebró en un pabellón de usos múltiples de la ciudad de Lommel (norte del país).
La ceremonia recordó a los quince escolares de sexto grado (11-12 años), un profesor y una acompañante de la escuela ‘t Stekste, que murieron en el autobús mientras volvían a Bélgica tras una excursión de diez días para participar en clases de esquí.
Los quince ataúdes blancos, cada uno con la foto de un niño, y los dos oscuros fueron transportados, uno a uno, por soldados hasta al pie de un escenario.
Allí, varios niños compusieron un corazón sangrante de flores amarillas y unas pocas de color rojo. Los momentos más emotivos llegaron cuando los familiares de los niños muertos subieron al escenario para leer mensajes muy emotivos a sus pequeños desaparecidos.
‘Eras alguien especial’; ‘Cuando miro el cielo y veo las estrellas sé que no estás lejos. Te echamos de menos’; ‘Querido Jerome, ¡cuánto esperabas estas clases de nieve!… besos de papá y mamá’; ‘Nos vas a faltar mucho. Descansa y acuérdate de tus amigos’; ‘¡Tenías tantos planes que realizar!’, fueron algunas de las frases pronunciadas.
Las intervenciones, que intentaron recordar la alegría infantil y los mejores momentos de la corta vida de los pequeños fallecidos, se intercalaron con actuaciones musicales, como la de varios coros de niños y jóvenes, todo marcado por un decorado negro y una iluminación muy sobria.
La gran mayoría de los familiares se mantuvieron serenos, pero algunos no pudieron evitar estallar en lágrimas al recordar al hijo, hija, hermano o hermana desaparecido.
También intervinieron familiares de los dos chóferes del autocar, que figuraban entre los seis adultos muertos en la tragedia.
Mientras cada familiar hablaba, una pantalla de gran tamaño mostraba la imagen del niño al que se dirigía, imagen rodeada de dibujos de colores o fotografías tomadas durante los días que los niños pasaron en la nieve de los Alpes.
Los funerales propiamente dichos se celebrarán de forma privada. La mayoría de los niños y el profesor serán enterrados juntos en un espacio común en el cementerio de Lommel.
La localidad de Heverlee oficiará mañana un funeral por los siete niños de sexto grado de la escuela Sint-Lambertus, fallecidos en el mismo accidente. Los restantes adultos fallecidos serán objeto de ceremonias privadas individuales.
Los niños de las escuelas de todo Bélgica han enviado en los últimos días mensajes a sus compañeros de los dos centros devastados por la tragedia.
Los reyes belgas Alberto y Paola, y el primer ministro, Elio Di Rupo encabezaron la ceremonia. Los soberanos saludaron personalmente a todos los familiares.
Como siete de los niños muertos en el accidente eran holandeses, asistieron además los príncipes de Holanda, Guillermo Alejandro y Máxima, así como el primer ministro, Mark Rutte.
También estuvo presente la presidenta federal suiza, Eveline Widmer-Schlumph, al frente de una delegación del cantón helvético de Valais, donde se sitúa el túnel de la localidad de Sierre en el que se estrelló el autobús, por motivos aún desconocidos.
Todas las personalidades estarán mañana en la ceremonia de Heverlee.
Más de 5.000 personas se concentraron en las afueras del pabellón de Lommel, donde se instalaron pantallas gigantes para seguir el funeral desde el exterior.
La ceremonia, que se desarrolló durante algo más de tres horas, fue retransmitida en directo por las principales cadenas públicas y privadas de televisión del país.
Rafael Cañas