El ganador del Mundial de 2008 al volante de un McLaren explica que la fama no le gusta, pero que ‘tiene lados positivos’, como poder conocer a sus ídolos.
‘Lo que es alucinante es que puedo encontrarme con gente que me fascina’, señala, y pone como ejemplo el día en que Federer le pidió hacerse una foto con él, en Rusia. ‘Para mí era el mundo al revés’, afirma.
Entre otros encuentros que también le emocionaron, el piloto de 26 años destaca el 90 cumpleaños de Mandela, al que asistió en un hotel de Londres.
‘Fue realmente un momento especial encontrarse frente a ese hombre que ha marcado la historia’, indica.
En el terreno musical, Hamilton relata la noche de fiesta que pasó junto a Prince en Abu Dhabi, tras el Gran Premio de 2010, y a raíz de la cual los dos se envían ‘mensajes de móvil durante el año’.
El piloto, uno de los deportistas mejor pagados, dice que ‘el dinero nunca ha sido (su) motivación’, y que más allá de los regalos que hizo a su familia, a la que compró una casa y varios coches, guarda el resto de su dinero en el banco.
‘No tengo ni yate ni avión privado. De hecho, no estoy para nada impresionado por ese dinero y no tengo ninguna intención de despilfarrarlo’, subraya.
En cuanto a su forma de conducción, criticada por ser ‘muy agresiva’, Hamilton se pregunta: ‘¿Por qué iba a cambiar?’, y asevera que ‘no es bueno decir a los demás lo que deben hacer’.