Idean en Galicia frenos inteligentes y pintura auto reparable a partir de nanopartículas
El denominador común de todas estas aplicaciones, según explica a EFE Alberto Tielas, responsable del proyecto ‘Carboinspired’, es la disolución de nanopartículas en materiales plásticos para dotarlos de nuevas funciones como la conductividad de electricidad.
Este es el caso de un prototipo de freno ‘inteligente’ con el que viene trabajando el Centro Tecnológico de Automoción de Galicia, que al ser pisado con fuerza interpreta peligro de accidente y lo mantiene presionado hasta el final, dado que el instinto de los conductores es soltar el pedal para protegerse del golpe.
Este prototipo lleva incorporada una pieza plástica con nanopartículas carbonosas cuya conductividad varía en función de la presión recibida, con lo que una pisada fuera de lo normal es interpretada como señal de emergencia y activa los sistemas de seguridad pasiva como el airbag antes de producirse la colisión.
Otra posible aplicación de las nanopartículas, aunque en una fase experimental ‘menos avanzada’ que la anterior, según precisa Tielas, es el desarrollo de pinturas auto reparables en el caso de pequeños arañazos en la carrocería de los coches, y que también podría aplicarse en las carcasas de los teléfonos móviles.
Estas pinturas llevarían diluidos elementos químicos que solo reaccionarían cuando se les aplique corriente eléctrica o se les someta a un aumento de la temperatura.
Bastaría incluso con exponerlos al sol durante varias horas, apunta el coordinador de ‘Carboinspired’.
Mejorar el comportamiento ignífugo de piezas plásticas de carrocería, dotarlas de mayor dureza o propiciar que se puedan pintar con el sistema electrostático empleado para los elementos metálicos, son otras vertientes de una línea de investigación más amplia en la que participan varios centros españoles, franceses y portugueses.
Aparte de la automoción, el proyecto ‘Carboinspired’ trabaja en diferentes aplicaciones de nanopartículas en los ámbitos de la construcción y de la aeronáutica.
Alberto Tielas avanza que se está estudiando la posibilidad de implantar pequeñas piezas de plástico a modo de sensores de impactos tanto en columnas de edificios como en las alas de los aviones.
De este modo, se podría disponer de información actualizada sobre si están recibiendo ‘un esfuerzo por encima de un valor asumible’ a través de una variación de corriente detectada por estos sensores plásticos, lo que ayudaría en la decisión de reparar o cambiar la columna o el ala dañada.
El Centro Tecnológico de Automoción de Galicia, con sede en O Porriño, ultima dos proyectos en el marco de ‘Carboinspired’ que pronto verán la luz en cuanto se registren las patentes correspondientes.