El prestigio de los coches de lujo, un negocio al alza en Tailandia
Los vehículos importados cotizan cuatro impuestos distintos que llevan a un auto que cuesta unos 100.000 dólares (77.177 euros) en otro país a costar al cliente más de 300.000 dólares (231.530 euros).
Con estos precios, solo un reducido grupo de los 67 millones de tailandeses está en posición de contribuir legalmente a ampliar la cada vez más numerosa flota de bólidos y limusinas que pueblan las concurridas calles de Bangkok.
La corrupción y el contrabando ofrecen una oportunidad a más particulares de pertenecer a este exclusivo club.
Según Automotive Industries Club, de la Federación de Industrias Tailandesas, hasta 10.000 vehículos de lujo entran ilegalmente en el país cada año, principalmente de las marcas BMW, Mercedes, Lexus y Rolls Royce.
La prensa tailandesa ha denunciado en más de una ocasión que con contactos y al menos 50.000 dólares en sobornos es posible obtener los papeles reglamentarios de funcionarios sobornables del Departamento de Aduanas.
Un vehículo comprado por cerca de 100.000 dólares en Reino Unido, Australia, Hong Kong o cualquier otro territorio que conduzca por la izquierda, como en Tailandia, y luego importado al país asiático como auto de segunda mano, para pagar menos tasas, cuesta al comprador final la mitad del precio oficial.
Así se ha formado lo que los expertos en Tailandia conocen como ‘mercado gris’ y que abastece a casi la mitad del parque automovilístico del país.
Una práctica común de los importadores de coches es dejar los autos de lujo en depósitos hasta encontrar comprador con objeto de ahorrarse el desembolso de las tasas.
Aunque la situación en Tailandia ha cambiado desde que los militares asumieron el poder con un golpe de Estados incruento el 22 de mayo pasado, las prácticas corruptas son difíciles de erradicar.
El Departamento de Aduanas admitió hace unos días que ha perdido 500 coches de lujo importados que tenía en custodia, y no descartó que puedan haber sido sustraídos para ser posteriormente vendidos de manera ilegal sin pagar las correspondientes tasas.
La desaparición de flota tan numerosa pudo consumarse hace más de dos meses, y desde entonces los agentes de tráfico han supervisado más de 100 deportivos cuyos dueños no pudieron o supieron presentar los pagarés oficiales de haber abonado los impuestos correspondientes.
Hace poco más de tres décadas, el parque móvil de Tailandia estaba formado por una amalgama de vehículos de segunda mano comprados en el extranjero, vagonetas desvencijadas y motos de pequeña cilindrada.
Las camionetas de carga de fabricación japonesa aparecieron después y se convirtieron en las protagonistas de las calles de Bangkok.
En los últimos años, las creaciones automovilísticas europeas y niponas de colores relucientes y asientos de cuero ocupan la primera línea.
No obstante la competencia que el ‘mercado gris’ representa, la demanda tailandesa parece lo suficientemente fuerte para contentar a todos.
La filial tailandesa de Mercedes-Benz vendió 6.100 vehículos entre enero y agosto de este año, volumen que representa un aumento del 12 por ciento.
‘Esperamos que el segmento de los coches de lujo crezca entre un cinco y diez por ciento este año y alcance los 20.000 vehículos’, indicó recientemente el presidente de Mercedes-Benz (Thailand), Michael Grewe.