Rosberg, que a su victoria en la prueba inaugural de Australia añadió triunfos en Mónaco, Austria y Alemania, lidera el Mundial con 220 puntos, 29 más que Hamilton, tras acabar segundo en Bélgica, donde fue responsable del abandono de su compañero y donde el australiano Daniel Ricciardo (Red Bull) -tercero en el certamen, con 156-, único que lo había hecho hasta la fecha, volvió a cuestionar la hegemonía de los Mercedes, al ganar por tercera vez este año.
Ricciardo, que acaba de recibir el Trofeo Bandini al piloto más espectacular, repitió en Spa su victoria de Hungría, por delante de Rosberg y del finés Valtteri Bottas (Williams) -la otra revelación del curso-, en una carrera en la que, en la segunda vuelta, Nico se tocó con Hamilton y le provocó un pinchazo que arruinó su carrera, evitando de esta forma el que probablemente hubiese sido el séptimo ‘doblete’ de la temporada para las ‘flechas de plata’.
Nico, abucheado en el podio de Spa, que de inicio afirmó no tener claro qué había pasado, acabó reconociéndose culpable después de que Mercedes les llamase de nuevo a capítulo a él y a Hamilton -cinco veces ganador (Malasia, Bahrein, China, España e Inglaterra), pero con dos abandonos antes del de Spa (Australia y Canadá)-, que en Hungría desoyó órdenes de equipo para dejar pasar a su colega.
Los austriacos Toto Wolff y Niki Lauda, máximos responsables deportivos de la escudería, afirmaron que sería la última vez que consentirían un incidente similar; los pilotos declararon entender la anteposición de los intereses del equipo a los suyos propios; y Mercedes anunció que les permitiría seguir compitiendo entre sí.
Rosberg, no obstante, deberá purgar sus ‘pecados’ en Monza, el templo de la velocidad, una pista legendaria de 5.793 metros a la que el domingo está previsto se den 53 vueltas para completar un recorrido de 307 kilómetros. De la que, pase lo que pase, saldrá líder. Pero en la que se espera un nuevo contraataque de Hamilton.
Un circuito histórico en el que la Fórmula Uno está presente desde 1950, el año de su creación. Y que desde entonces, salvo una vez, en Imola (1980), alberga el Gran Premio de Italia, que alcanza su sexagésima quinta edición.
Monza acoge la decimotercera de las 19 carreras de un Mundial que acaba el 23 de noviembre en Abu Dhabi, con una prueba que puntuará doble. Tradicional feudo ferrarista, la ‘Scuderia’ festejó su último triunfo en la pista lombarda en 2010, gracias al doble campeón mundial español Fernando Alonso, segundo el año pasado, por detrás del alemán Sebastian Vettel (Red Bull), que ese día enchufó la directa hacia la que acabaría siendo su cuarta corona consecutiva.
Alonso, que también ganó en Monza en 2007 (con McLaren) y fue segundo (con Renault) en 2005, el año del primero de sus dos títulos consecutivos, viene de hacer séptimo en Bélgica, después de haberse exhibido, antes del parón, en Hungría, donde fue segundo, con un coche inferior al de cualquiera de los otros aspirantes al triunfo.
Fernando, víctima de un año para el olvido de Ferrari, es cuarto en el Mundial, con 121 puntos, once más que Bottas, que en Spa subió por cuarta vez a un podio en Fórmula Uno. Ganador de 32 Grandes Premios, el doble campeón mundial asturiano es el único que ha puntuado en todas las carreras este año, en el que, no obstante, sólo ha logrado dos podios -fue, asimismo, tercero en China-.
El astro astur, que esta semana, en un acto de apoyo a los niños enfermos de leucemia, indicó que cumplirá su contrato (que expira a finales de 2016) con la escudería de Maranello, intentará, de nuevo, optimizar recursos en Monza, donde se rodará, con neumáticos medio (raya blanca) y duro (naranja), a partir de mañana viernes, cuando arranquen los entrenamientos libres. Que se completarán el sábado, antes de la calificación que ordenará la parrilla de salida.
En el primer ensayo coincidirán tres españoles. El castellonense Roberto Merhi debutará en F1 a bordo de un Caterham y el barcelonés Dani Juncadella se subirá de nuevo al Force India, con el que el mexicano Sergio Pérez (duodécimo, 33 puntos) buscará repetir el podio logrado hace dos años, cuando acabó segundo con un Sauber.
Su compatriota Esteban Gutiérrez (Sauber) y el venezolano Pastor Maldonado (Lotus) intentarán estrenar su casillero en la pista en la que nadie iguala los cinco triunfos del séptuple campeón del mundo alemán Michael Schumacher, que se recupera del grave accidente de esquí sufrido a finales del pasado año.
Entre sus múltiples récords, el ‘Kaiser’ detenta el del triunfo con mayor velocidad media de toda la historia de la F1, logrado en 2003 precisamente en Monza, donde el colombiano Juan Pablo Montoya alcanzó una velocidad punta de 372,6 kilómetros a la hora dos años después. La más elevada hasta la fecha.
En la carrera del domingo la pista del Autódromo Nazionale tendrá dos zonas de DRS -una se activará pasada la séptima de las 11 curvas y la otra poco después de rebasar la línea de meta-, en un Gran Premio en el que la gravilla de la mitad interior de la famosa Parabólica se ha sustituido por una escapatoria asfaltada.